마치 Butterfly처럼 - 기억을 걷는 밤 (Walk on Memories)

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- ¡Feliz navidad! – exclamó con una sonrisa Ultear saltando al cuerpo que se encontraba en la cama, sin moverse, ni nada. Notó como la otra se exaltaba y le daba un puñetazo que no le dolió, pero sí logró tirarla de la cama. Miró ofendida a su agresora.

- ¿Por qué sigues aquí, Ul? – preguntó soñolienta la chica de cabello escarlata sobando sus ojos por el sueño, y la gripe. Se podía notar por su nariz rojita y ojos vidriosos a pesar de que no tenía ni la más mínima intención de llorar.

- ¿Crees que tú mejor amiga te abandonaría en navidad? ¡Qué cruel, Erza! – se quejó la de cabellos negros sentándose en la cama - ¿Cuándo llega tu mamá? – susurró cambiando las compresas frías del cuerpo de su amiga.

- No lo sé con exactitud. Dijo que llegaba hoy, para que pudiéramos ir a casa, o al hospital – rió por lo último. Su madre era muy paranoica con ella, con sus hermanas también, pero sabía que la única buena mentirosa, era ella. Así que no le creía en absoluto cuando le decía que estaba bien.

- Hmp... ¿sabes? Jellal también está preocupado por ti... así que...

- Ultear... ¿Qué hiciste? – preguntó Erza sintiendo sus mejillas arder con fuerza, Ultear rió nerviosa mientras se alejaba hasta la puerta.

- ¡Tómalo como mi regalo de navidad! ¡Tengo que irme, mi madre me dijo que sólo tenía veinte minutos para verte! – dijo Ultear abriendo la puerta, para mostrar a un joven peli-azul, y ella salir como alma que lleva el diablo. Mientras Erza quedó con la mano extendida y el rostro pálido.

- Hola, Erza – sonrió el peli-azul de manera carismática, como Erza se dio cuenta, le sonreía a todos, así que ella no era especial, sólo era una amiga cercana.

- H-Hola. – suspiró rendida y decidió actuar de manera normal – No te ofendas o algo, pero, ¿por qué no te has ido de la Academia?

- Ah, eso. Laxus-Sempai y Zeref-Sempai me pidieron ayuda con algunas cosas, y dijeron que me darían el aventón hasta mi casa por hacerme perder mi trasporte – respondió el peli-azul tomando una silla y sentándose frente a la peli-roja. - ¿Cómo sigues?

- Lo mejor que se puede. Es sólo un resfriado, pero todo el mundo actúa como si fuera a morir en cualquier momento.

- Eso es, mi querida Erza, porque ver a la Chica Oni tan débil y susceptible... - el más alto acercó su mano hasta la mejilla caliente de Erza, que se sonrojó más y agradeció estar padeciendo de fiebre – es realmente extraño.

- Soy un humano – resopló alzando algunos mechones de cabello de su frente sudada. Un mensaje llegó a su celular y lo tomó para confirmar que era su madre, que venía llegando. Palideció y se levantó de golpe de la cama.

- ¿Qué pasa?

- Mi mamá cree que estoy perfecta. ¡Ni siquiera me he cambiado! – Erza dio un pequeño brinquito, y sus piernas flaquearon, casi cayendo al suelo, pero su amigo la tomó para que eso no pasará.

- ¿Sabes qué? Date un baño, arreglaré una maleta para ti. El agua fría ayudará un poco a tu temperatura, pero no la uses en exceso.

- G-Gracias, Jellal – susurró dándole una tuene sonrisa y corrió al baño lo más rápido que su débil cuerpo se lo permitió. Jellal suspiró y comenzó a tomar algunas cosas que la chica necesitaría las 4 semanas* que estaría fuera. Vio una foto enmarcada que nunca había visto en su vida, en el que conocía a la peli-roja.

Academia de Música Fairy TailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora