Segunda Parte: EL FUGITIVO - CAPÍTULO 37

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CAPÍTULO  37

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CAPÍTULO 37

—¿Está seguro de que mi padre está muerto?— preguntó Ana, desconfiada.

—Sí— asintió Lug con seguridad—. Su nombre era Efran, se acercó a tu madre y la enamoró, incluso se casó con ella, pero sus verdaderas intenciones eran sacarle información sobre su padre, tu abuelo. Efran era un espía, un informante de los Antiguos. Tu madre escapó de él cruzando las sierras de Rijovik hacia el bosque de los Sueños. Él la siguió, pero fue atacado por tetras.

—¿Qué son tetras?

—Seres especiales, se mueven más allá de las tres dimensiones que conocemos y no son muy amigables con los humanos.

—¿Y qué pasó?

—Los tetras le sacaron lo de dentro hacia afuera. Efran murió con las entrañas colgando, delirando en insoportable agonía.

Ana permaneció en silencio. No sabía exactamente cómo debía sentirse ante la horrenda muerte de su padre. No sabía si alegrarse de que hubiera sufrido o sentir pena por él. Lo que sintió sin dudas fue un gran alivio. Ya nadie la perseguía, ya no tenía que seguir viviendo con ese miedo que había vivido su madre toda la vida. Pero aquella historia no explicaba el misterio de las jarandas en la tumba de su madre.

—Pero si no fue él quien puso las flores, ¿quién pudo ser?

—¿Qué más sabes sobre ese extraño?— preguntó Lug.

—Nada que sirva. La gente imagina muchas cosas, algunos hasta llegaron a decir que el extraño montaba un unicornio— dijo Ana.

Lug sonrió.

—Sí, ya sé, es de lo más ridículo— dijo Ana, malinterpretando su sonrisa.

—Ana— le respondió Lug—, creo que el que puso esas flores fue tu abuelo, el padre de tu madre.

—¿Cómo puede saber eso?— preguntó Ana, incrédula.

—Porque yo lo conocí bien. Un anciano montando un unicornio y relacionado con tu madre solo puede ser él. Su nombre es Zenir, bueno, su verdadero nombre es Cathbad. Él es uno de los ex-Antiguos. Escapó de Bress y le hizo creer que estaba muerto. Efran descubrió a través de tu madre que en realidad estaba vivo, pero murió antes de poder revelar esa información al enemigo.

La noticia de que además de tener un hermano tenía un abuelo le iluminó el alma. Había estado tan sola durante tanto tiempo... ahora descubría que en realidad tenía una familia. Lamentó que el miedo constante que había heredado de su madre la hubiera privado de conocer a su abuelo. Lorin no le había hablado de ella a su abuelo para protegerla. Su protección la había separado de la poca familia que le quedaba en el mundo.

Ana pensó que si Lug sabía tanto sobre su familia, tal vez...

—Antes de morir, mi madre me dijo que tenía un hermano. ¿Sabe algo de eso?

LA PROFECÍA ROTA - Libro III de la SAGA DE LUGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora