Tercera Parte: EL SUJETADOR DE DEMONIOS - CAPÍTULO 110

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CAPÍTULO 110

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CAPÍTULO 110

Después de un largo rato, tan largo que Lug perdió la noción del tiempo, se separó del cuerpo de ella y se puso de pie nuevamente. Había pensado que al matarla, su cuerpo desaparecería, que se esfumaría como la visión que era, pero no. Su cuerpo seguía allí, inmóvil, yaciendo en un charco de sangre que era absorbido lentamente por la tierra, la misma sangre que manchaba su túnica, sangre derramada por su mano. Sin siquiera limpiar la sangre de la espada, la volvió a envainar mecánicamente.

Lug miró al cielo y vio que grandes nubes de tormenta se acercaban a la isla. El cielo se había vuelto gris y pesado. Tan gris y pesado como su alma en pena. Lug volvió a mirar el cuerpo muerto de ella. Por un momento, lo invadió la terrible angustia de la duda, ¿realmente la había matado? ¿Otra vez? Sintió deseos de ponerse el anillo solo para verla desaparecer, para comprobar que realmente había sido una visión. No, no podía ceder ahora, no después de todo lo que había hecho.

Lug suspiró un largo suspiro y trató de recomponer sus pensamientos, de volver a concentrarse en su misión, en Wonur. El maldito había estado callado por un largo rato, seguramente sorprendido de ver su plan desbaratado. Al fin lo había logrado, había forzado sus propias reglas, había escapado del juego de Wonur. Ahora era su turno.

Lugse sentó lentamente en el suelo, de espaldas al cuerpo de ella, y cruzó laspiernas. Desenvainó la espada y la puso sobre sus rodillas, apoyando una palmaabierta sobre la empuñadura y la otra sobre la hoja plateada y roja. Cerró losojos e hizo lo que había hecho muchas veces: se concentró y comenzó a buscarpatrones. Esta vez la conexión se haría en sus términos. Tenía que sacar partido mientras Wonur estuviera aun desconcertado por sus acciones inesperadas. Teníaque aprovechar el momento.

 Teníaque aprovechar el momento

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No fue difícil localizarlo. Su mente no estaba exactamente en la isla, es decir, no completamente, pero su habilidad era lo suficientemente poderosa como para traspasar las barreras dimensionales y encontrar la totalidad de su entidad. Aun cuando no podía ver su cuerpo entero, podía percibir su mente entera. Era una mente muy compleja, con muchos niveles. Lug pensó que le tomaría años descifrar aquellos intrincados patrones. No tenía tanto tiempo. Tenía solo un momento antes de que Wonur reaccionara, tenía que concentrarse, tenía que encontrar lo que buscaba lo más rápido posible, y luego salir, antes de quedar atrapado sin remedio.

LA PROFECÍA ROTA - Libro III de la SAGA DE LUGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora