19.

326 31 103
                                    

Niall

Estaba sentado frente la casa de Shawn, llevaba unos trece minutos ahí y todo lo que sabía de él es que tenía veinticuatro llamadas perdidas, todas de su novio (o sea, yo).

Frunci el ceño, ya no me encontraba molesto ni quería romperle la cara por no abrirme la puerta, en esos momentos estaba preocupado y quería besarle toda la cara para luego golpearlo por no abrirme.

Estaba preocupado, realmente lo estaba.

Normalmente cuando le decía a Shawn que iba a su casa al llegar él estaba en la puerta, esperando por mis labios sobre los suyos y mis brazos rodeándolo.

Me trata como a una princesa, me hace sentir en mi hogar, me hace reír y ser feliz, pero esta vez me estaba sintiendo muy mal.

Me levanté y volví a tocar la puerta.

Mis nudillos dolían, por lo que había parado de golpear la puerta anteriormente, pero necesitaba ver a Shawn.

—Niño— escuche una voz a mis espaldas.

La ignore y recosté mi cabeza en la puerta, sin dejar de tocarla.

—Niño.

Mire mi reloj.

Los minutos nunca se me habían hecho tan infinitos.

—Niño.

Bostece.

—Niño.

Suspire y mire a mis espaldas, encontrándome con una señora anciana tras unas rejas.

—Hola— sonreí y saludé con la mano.

—Ven— pidió.

—Mmm... Lo que pasa es que- bueno, estoy esperando a mi novio y-

—Ven— repitió.

Bufe y le hice caso, dirigiendo mis pies cubiertos por unas Vans a la casa de la señora.

Llegue a la reja y alce las cejas— ¿Qué quiere, señora?

Comenzó a reír, primero levemente, observando mi cara pero viendo más allá de ella, y luego se convirtió en una carcajada fuerte y continua.

Frunci el ceño y retrocedi un par de pasos.

—Oh, Dios, ¿estás molestando a alguien de nuevo?

Un chico apareció a un lado de la viejita, luciendo cansado.

—Disculpa, rubio— me dijo, tomando el brazo de la señora con una mano y dirigiéndose a una silla.

—No te preocupes— mire a ambos lados de la calle—. Oye, ¿me puedes ayudar?

—Claro, ¿qué necesitas?

—¿Ha visto a un... Chico muy guapo y alto, canadiense, que vive en la casa de al frente que también es su tienda?

—Sí, me pareció ver que ayer se lo llevó la policía— me informó y desapareció por la puerta de su casa.

Frunci el ceño.

Supuse que el chico estaba terriblemente equivocado, no tenía alguna razón para pensarlo pero preferí hacerlo pasar por loco antes de creer que mi hermoso novio estaba en una cárcel mugrienta en estos momentos.

En esos momentos llegó un trabajador de la tienda de Shawn.

Corrí hasta él rápidamente— ¿Dónde​ está Shawn?

Me miró confundido pero al ver mi casa se puso firme.

Sonreí inconsciente. Los trabajadores de Shawn saben que soy muy importante para él, por eso me tienen que tratar como a un maldito príncipe.

rockabye »ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora