24.

223 30 66
                                    

Tres años después.

Día uno.

3:00pm

—Disculpe, señor Payne Malik—  una voz femenina se hizo escuchar.

Dejé de dar vueltas en la silla giratoria que Zayn había puesto en mi oficina y miré con semblante profesional a aquella mujer.

—¿Qué desea?— interrogue con voz elegante.

—Una persona al teléfono desea hablar con usted— avisó.

Asentí— Puede retirarse.

Esperé que saliera de mi oficina y sonreí infantilmente para agarrar el teléfono.

—Buenos días— saludé jugando con el cable que colgaba de ese artefacto.

—¿Liam Payne?— preguntó una voz bastante grave, que por alguna razón me sonaba conocida.

-Sip- sonreí-. ¿Quién es?

—Eso no importa. Tenemos a su hijo.

Mi sonrisa se borró de golpe.

Sentí mi alma caerse a mis pies.

Sacudí la cabeza, completamente seguro de que había escuchado mal.

Llevaba siete años luchando por ese niño, dándole todo mi amor y cariño, nadie tiene el derecho de arrebatarme a mi pequeño así como si nada.

Aunque, ¿quién dice que se trata de un secuestro? Puede ser que él se escapó del colegio y un hombre al verlo solo decidió darle cobijo en su hogar mientras sus padres iban a buscarlo... pero eso es algo que Andrew nunca haría.

—¿Di-disculpe?— por más que intente sonar firme, mi voz salió temblorosa.

-Tenemos a Andrew, y tiene dos semanas para darnos un millón de euros o lo mataremos, y luego iremos a por Zayn. Consideralo una venganza.

¿En qué momento mi vida se convirtió en una película o un libro para que ésto me pasará?

La puerta de mi oficina se abrió, dejando ver a Zayn.

—Li, ¿mañana prefieres ir a-?— se quedó callado al ver mi cara— ¡Mi amor! ¿Estás bien?— gritó corriendo hacia mí.

Me quitó el teléfono y colgó. Se sentó en mis piernas y tomó mi cara entre sus manos.

-Estás pálido, ¿te sientes bien?- me susurró.

Lo miré a los ojos fijamente y luego asentí, mintiendo descaradamente.

Me sentía peor que nunca.

Esa cálida oficina y el cuerpo de Zayn a mi lado nunca habían sido tan asfixiantes.

-Nunca había visto a nadie tan pálido en mi vida- susurró besando mi cara; primero mis mejillas, luego mis párpados, después mi frente y culminó en mis labios.

Normalmente hubiera sonreído por ese acto, pero me sentía muy lejano, sabía que Zayn me estaba besando, sí, pero no podía sentirlo. Solo podía sentir miedo de lo que le pasaría a mi hijo.

Bajé la mirada a mis manos que temblaban como si dependieran de eso— Es solo que tengo algo de frío. Voy a salir para que mi piel reciba sol— avisé levantándome, con la voz tan temblorosa como mis manos.

rockabye »ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora