3.

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—Li, despierta— sentí unas manos sobre mis hombros, sacudiéndome ligeramente.

Abrí los ojos, bostezando, sintiéndome perdido y confundido.

—¿Zayn?— me talle los ojos con mis puños, frunciendo el ceño.

El sol me irritó completamente, entrecerre los ojos y coloque una mano sobre éstos, mirando a Zayn.

—Sí- eh, te- yo creo que te quedaste dormido— se sonrojó levemente ante el hecho tan obvio que acaba de comentar.

—Ya veo— mire a todos lados, confundido.

Me di cuenta de que estaba en una banca, fuera del colegio, mire a Zayn en busca de ayuda para entender un poco todo, sabiendo perfectamente que él estaría tan confundido como yo.

—Creo que... Deberías ir al baño. No lo digo porque tú- yo no- no es que huelas mal, o algo así, ni te ves mal, no es eso, siempre hueles muy bien es que- Mmm...— se rindió.

—¿Qué hora es?— frunci el ceño, ignorando sus palabras.

—Las doce, hoy nos dejaron salir temprano— me avisó con una sonrisa—. No te ví en todo el día- en el colegio, ni el recreo— sus labios formaron un pequeño puchero—, aunque el recreo es en el colegio. Mmm, ¿Tienes hambre? Te traje comida por si acaso, aquí está, no te la di porque no sabía dónde estabas porque, tú sabes, no puedo saberlo siempre porque no te espio o algo así— comenzó a reír, nervioso.

Me cubrí la frente con una mano— Ya sé lo que pasó ayer— murmuré, aturdido por el dolor de cabeza.

Sonrió, feliz— Entonces cuéntame.

Suspire— Cuando llegue a mi casa eran las dos de la mañana, o eso decía mi teléfono. Toque el timbre muchas veces, golpee la puerta, incluso lance piedras, y nadie salió a abrir la puerta-— el nudo en mi garganta me interrumpió, tome aire— estuve tres horas esperando que me abrieran y a las cinco de la mañana me rendí, decidir venir aquí para no perderme las clases  y me dormí— golpee mi frente con la banca—. Ahora me perdí todo un día de clases y no he comido nada desde el desayuno de ayer y-— las lágrimas en mis ojos me ganaron y comencé a llorar, rindiendome, sin intentar parecer fuerte frente a Zayn por primera vez en mucho tiempo.

Abrí los ojos suavemente, limpiando las continuas lágrimas que salían de ellos. Zayn tenía la boca abierta grandemente, sin palabras para consolarme, nervioso— Li— me acarició suavemente el cabello.

—Zayn— cerré los ojos.

—Tengo una- un plan, creo. Es que... Vamos al baño antes de que cierren el colegio y haces lo que necesites hacer, en camino a mi casa te comes el desayuno, luego en mi casa almuerzas si aún tienes hambre, y después vas a dónde quieras- digo, si quieres, yo no- nunca te obligaría a hacer algo que no quieres— bajó la mirada.

Me senté en la banca— Dame un beso— pedí, cambiando de tema muy repentinamente, sin vergüenza.

Se sonrojó e intentó reprimir una sonrisa, fallando— ¿Qué?

—Vamos, ya me haz besado antes. No es tan difícil... ¿o sí?— alce una ceja.

Se agachó un poco y me dió un corto beso, sin siquiera mover los labios. Aún así, siendo tan inocente y simple, se siente mejor que cualquier otro beso que he dado antes con cualquier otra persona.

Ningún beso me hace sentir cosquillas en la parte baja de mi estómago, ni hace que mi corazón se acelere, pero Zayn no es cualquier persona, Zayn es especial.

—Vamos— me levanté y le di la mano.

Miró nuestras manos entrelazadas, mordiéndose el labio.

Caminamos hasta el baño y nos soltamos de la mano, dejándome libertad para poder verme en el espejo.

—¿Quién sigue haciendo esto en pleno siglo XXI?

Llevé mi cara hacia el lavamanos y comencé a lavar el bigote, los lentes y las pollas que me dibujaron mientras dormía.

—Creo que fueron Louis y sus amigos- no lo digo porque yo haya participado, porque no lo haría, nunca. Si los hubiera visto haciendo eso les hubiera dicho algo como «¡Hey, chicos! No hagan eso», pero lo digo porque eso parece algo que dibujaría Louis.

Lo fulmine con la mirada— ¿Quién dice «Hey, chicos»?— tome una servilleta y comencé a secarme la cara.

Se sonrojó— No muchas personas besan a chicos con penes dibujados en su cara y aún así lo hice, y no me pareció escuchar  a que te quejarás.

Touché.

∆∆∆

—¿Ya te vas a ir o lo harás más tarde?— preguntó Zayn ladeando la cabeza.

Alce las cejas— ¿Eso quieres?, ¿quieres que me vaya ahora mismo?

—¡No! Si fuera por mí te quedarás a dormir... no como en mi cama- no es como- o tal vez sí, si quieres— divagó.

Sonreí— Está bien, niño lindo, me iré— suspiré, fingiendo tristeza—. Ahora debo ir a un lugar horrible, maligno, espantoso— hice un pequeño puchero.

Ladeó la cabeza, interesado— ¿Qué lugar?

—Un lugar donde hay dos humanas, un perro, un monstruo y su ayudante del mal— explique seriamente.

Abrió los ojos muy grande, sorprendido y fascinado.

No pude evitar sonreír, pero ¿cómo no hacerlo? Amo tanto su inocencia, no puedo creer que este niño tenga dieciséis años, no puedo creer que yo sea la persona que lo pone nervioso.

—¡Dios, Li! ¿Y qué hace el monstruo malvado?

—Oh, Dios, en serio estás interesado en esto— solté una risa—. Él lástima a los gays.

Soltó un chillido de horror—Creo que me cae mal.

—Pero no hay problema con eso porque tú no eres gay— me levanté del sofá, y él se levantó después de mi, siguiéndome.

—¿No lo soy?— dudó— Digo... No lo soy— afirmó—, ¿cierto?— me miró en busca de aprobación.

—Oh, pequeño, solo tú puedes saber eso— le despeine un poco el cabello y camine hasta la puerta.

—¿A dónde vas?— me siguió, corriendo, mientras yo solamente caminaba lentamente.

Suspiré— ¿Recuerdas el lugar del que te hable? Bueno, la verdad es que es mi casa, y si no estoy ahí lo más pronto posible probablemente el monstruo malvado me mate— hice una mueca y le bese la frente.

rockabye »ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora