2.

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5 años después.

Alce la cabeza, sintiendo el dolor inundarme por completo, sintiendo los ojos pesados y completamente hinchados.

Apreté los labios al recordar la noche anterior.

—La comida está muy rica— alabó Ruth, sonriendo.

Mi madre le sonrió sin mostrar los dientes— Gracias, hija.

Seguimos comiendo tranquilamente.

Realmente cualquier persona que nos vea por unos cinco minutos puede pensar que somos una familia perfecta, me gustaría que fuera así, pero las cosas siempre suelen cambiar cuando mi padre abre la boca.

—Hoy ví una pareja de maricones— dijo, arruinando el silencio pacífico que se había creado, cambiandolo a un ambiente tenso.

Mis hermanas repentinamente parecieron más interesadas en la comida, mi mamá bajó la cabeza, sabiendo muy bien lo que vendría.

—Fue tan asqueroso ver a dos... Dos abominaciones anormales ir contra la ley de Dios por la calle, en público, como si fuera algo natural.

Frunci el ceño y apreté mis manos fuertemente.

No debo caer en sus juegos, no debo dejar que me gane.

Todos en la mesa nos quedamos callados, tensos, escuchando únicamente el sonido de Loki jadeando por agua.

—Disculpen, voy a ponerle agua a Loki— avisó Ruth.

Alce la mirada, me encontré con los ojos de mi padre observandome seriamente.

—Me da asco pensar que mi hijo es uno de esos maricones— susurró.

Cerré los ojos, intentando distraer mis pensamientos del claro hecho de que mi padre me odia.

—Cobarde, ¿no te vas a defender?, ¿no vas a defender a los de tu especie?

Abrí los ojos, enfrentándolo con la mirada.

—No sé a qué te refieres con eso, pertenezco a la especie humana.

—Ninguna persona que vea de una manera sexual a alguien de su mismo sexo puede ser considerado humano.

Abrí los ojos muy grandes, tragué saliva.

No esperaba que mi padre me diga que no soy un humano.

—Eso es... Basura. Una persona nace con su sexualidad, no puedes juzgar a una persona por algo con lo que nació, es tan idiota como menospreciar a alguien por el color de su piel o su nacionalidad.

—Los gays no nacen gays, ellos deciden ser esa asquerosidad.

—Piensa un segundo y dime, ¿crees que si tuviera la oportunidad de ser heterosexual y no recibir insultos diarios del hombre que me dió la vida, no lo haría? Ojalá pudiera elegir mi sexualidad, en serio, no hay nada que desearía más.

rockabye »ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora