Luego de aquel encuentro en la oficina del padre de Alisha, las dos amigas regresaron a Miami al día siguiente. Ninguna habló, no era momento para hacerlo, el teléfono de Daneh sonó incesantemente, llamadas de Alisha, mensajes que prefirió no leer y dejo que su amiga los borrara. Su corazón estaba hecho pedazos, se fue con el sabor amargo en su alma, recordando cada segundo esa imagen, esa jodida imagen que la estaba comiendo viva. Tantas promesas, tantas palabras para todo ser derrumbado en un barranco de dolor.
Sus manos descansaban en sus piernas mientras observaba el cielo a través de la ventana del avión, su amiga miraba fijamente el espaldar del puesto de enfrente, perdida en sus pensamientos con sus ojos oscuros y una pequeña bolsa bajo ellos. Sus corazones bombeaban lentamente, su mente se negaba a seguir, a creer... Todo parecía estar tan perfecto para ambas pero al parecer era solo una idea de lo que era enamorarse, al menos eso pensaban las dos.
-¿Cómo te sientes?- Dijo poco audible Estefan
-No se si responderte eso Estefan- respondió simplemente manteniendo su mirada hacia aquel cielo azul
-Lo superaremos juntas, ¿lo sabes verdad?
-No hay nada que superar Estefan- dijo seca, sabia que no era su culpa y también sabia que ella estaba pasando por lo mismo. Quien lo diría, la chica por la cual su mejor amiga había dejado sus malas compañías era la misma que había roto su vida estando con la mujer que amaba. En ese momento se dio cuenta que el mundo era tan chico que podía cambiar la vida de una persona en un segundo.
-Por favor abrochar sus cinturones de seguridad en un par de minutos estaremos aterrizando en el Aeropuerto Internacional de Miami- Se escuchó la voz de una de las azafatas en los altavoces.
Hicieron lo que fue indicado y efectivamente un par de minutos el avión estaba aterrizando. Salieron de allí para buscar un taxi el cual para su suerte lo cogieron bastante rápido. No hablaron durante el camino excepto que irían al departamento de Daneh. Entraron y aun había cosas sin desempacar, Estefan dejo su maleta a un lado mientras la otra se sentaba en un sillón, su vista se fue a su lado y sus ojos se nublaron por las lágrimas que gritaban por salir, la chaqueta de Alisha estaba allí. Estefan lo notó y solo la agarro para tirarla por la ventana, se acerco a su amiga para abrazarla y escuchar los fuertes sollozos de esta mientras acariciaba su espalda.
-Dan mi vida, saldremos de esta te lo prometo- susurro la mas alta
-No se porque todo esto me tiene que pasar a mi Estefan, toda esta mierda- sollozó mas fuerte- ¿Cómo pudo hacerlo? ¡Prometió que nunca me haría daño!- Gritó abrazandose más a su amiga-
Estefan sin palabras solo la abrazaba, ¿Qué podría decirle? ¿Qué habían miles de personas mas?, no, ella también estaba mal pero era mas importante su amiga y no la dejaría ni la atormentaría con su dolor porque eso no ayudaría.
-No me dejes sola esta noche Estef- susurró Dan
-No Dan, aquí estaré-
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-¡¿COMO PUDISTE?!- gritaba Alisha a su padre quien hasta el otro día había aparecido, ella sabia que todo era plan de él y la psicópata de Alessandra. -¡¿POR QUE DEMONIOS LO HICISTE?!- gritó con mas furia al ver que su padre la miraba tranquilamente.
-Es lo mejor para ti, me lo vas a agradecer hija- dijo con ironía el hombre
-¡¿LO MEJOR PARA MI?! – Rio amargamente- Eres la ultima persona para decirme que es lo mejor para mi Francessco y ¡EN TU VIDA ME VUELVES A LLAMAR HIJA!- grito aun mas fuerte la ojiverde, Rachel se acercaba al escuchar lo gritos observando la escena
¡NO GRITES EN MI CASA!- grito ya sin paciencia el hombre – Aunque no lo quieras eres mi hija y eso nunca va a cambiar- ironizó
-TU Y TU MALDITA CASA ME VALEN MIERDA ¿ME OISTE? ERES LO PEOR, TU NO ERES MI PADRE, ¡NO ERES NADIE!
-¡LARGATE DE MI CASA!- Gritó con furia
-A mi hija no la corres Franchessco ¿o se te olvida que esta también es mi casa?- irrumpió Rachel manteniendo su control
-Por tu culpa ella esta así, por tu jodido capricho de dejarla hacer lo que quería. Ella tenía que estar en la empresa, no ser una cantante de mierda- escupió el hombre hacia su esposa. Alisha estaba al borde, aunque no quería aceptarlo las palabras de su padre le dolieron, y sus ojos se llenaron de lagrimas.
-Nunca fuiste un padre para ella Franchessco, quiero que te vayas ahora mismo- Dijo Rachel acercándose para abrazar a su hija el cual acepto soltando en lagrimas
-¡ESTA ES MI CASA!- Gritó
-¡QUE TE LARGUES!- Grito respondiendo Rachel, el eco retumbo en la gran casa y los ojos de Francessco irradiaban furia, dobló el paso y se dirigió a la puerta azotándola con fuerza al salir. Abrazo a su hija intentando tranquilizarla, verla así le dolía y aun mas sabiendo que era por el capricho de su marido de tener el control de todo. Unos minutos mas tardes la ojiverde se calmó un poco mientras su madre dejaba besos en su cabello.
-Todo estará bien hija- susurró
-Nada esta bien mamá, la mujer que amo se fue, no contesta mis llamadas ni mis mensajes, no me ha dejado explicarle que todo fue un maldito error- dijo alzando la voz con lagrimas a punto de salir de nuevo
-Ella necesita tiempo cariño, está lastimada y si la buscas ahorita ella no te escuchará- Dijo su madre tranquila
-No puedo perderla mamá- susurro la ojiverde
-No lo harás hija, ustedes se aman y todo esto lo superaran- dijo segura la mujer dándole un rayito de esperanza a su hija
Flash back
Alisha cayó sobre sus rodillas viendo el auto desaparecer, la mujer de su vida iba en él alejándose de ella, sintió los brazos de su madre rodeándola y su llanto se hizo fuerte. ¿En que momento había pasado todo? Se intento levantar pero un mareo la hizo sostenerse de su madre quien la miro preocupada, pero sus ojos se dirigieron hacia la rubia mujer quien se acercaba con los ojos vidriosos.
-Alisha déjame explicar- dijo la mujer con voz temblorosa
-¡VETE!-Grito Alisha desgarradoramente
-Alisha, necesito que me escu...
-¡QUE TE VAYAS MALDITA SEA O TE SACO YO!- Gritó soltándose de su madre perdiendo el equilibrio en un mareo fuerte debido a lo anterior bebido y cayendo al piso desmayada. Su madre corrió hacia ella llamando a los de servicio para pedir ayuda. La rubia se intento acercar pero la voz de Rachel la paro en seco
-Vete Alessandra, no quiero que vuelvas a pisar esta casa y acercarte a mi hija- dijo levantando la cabeza de su hija quien aun no despertaba. La rubia miraba la escena mientras uno de los mayordomos acercaba una torunda de algodón con alcohol a la nariz de la ojiverde quien parecía despertar, sin más salió de aquella casa, con su corazón en la garganta del error que había cometido, por primera vez estaba arrepentida.
Fin del Flash back
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Nuestro secreto
Teen FictionAmores, dos mujeres, mundos diferentes, vidas diferentes. Engaños, decepción, dolor, corazones rotos y almas heridas esperando su rescate. ¿Es posible perdonar a la persona que amas de los errores y las mentiras? ¿Es posible creer de nuevo?. Di...