Capitulo 39

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La navidad había llegado, y con ella el frio que se apoderaba de los cuerpos desnudos en la gran cama de Daneh, bajo las sábanas de seda blanca testigo del amor que se profesaban las dos mujeres en sus noches de placer.

La castaña se removió en su sueño acercándose por inercia hacia el cuerpo que irradiaba calor a su lado, se abrazo a la ojiverde sintiendo como esta balbuceaba en un intento por despertar apretándola a su pecho como un gato buscando la comodidad.

—Amor—Susurró la castaña besando el oído de Alisha

—Mmm

—Mi vida, despiértate— Besaba su cuello

Alisha se removía ante las caricias de su chica

—Quiero dormir todo el día— exclamó con la voz ronca sin abrir los ojos

Daneh sonrió y siguió dejando besos en sus mejillas luego en su mandíbula bajando a su cuello con besos húmedos en el, el cuerpo de la pelinegra se estremecía ante el contacto pero su cerebro quería seguir durmiendo.

La castaña sonrió suspicaz, descendió despacio bajo la sábana dejando besos por el abdomen de la mujer, dando pequeñas mordidas en la cadera, se levanto un poco con la cobija encima para observa a la ojiverde que no avisaba despertar.

Se deslizó como una fiera en busca de su presa, apretó sus muslos con las manos dejando besos en ellos, acercándose cada vez más a la entrepierna de Alisha. Sin demorarse más paso su lengua húmeda en un deseo hambriento sobre el centro húmedo, causando un gemido gutural en la voz ronca y adormilada de la ojiverde

—Oh dios— Jadeó Alisha apretando sus manos en el cabello de Daneh que la devoraba sin compasión

Las olas de placer recorrían el cuerpo escultural de Alisha mientras Daneh creaba un nuevo tipo de arte con su lengua.

Lamió, chupó y succionó el clítoris de su chica como si fuera la última vez que lo hiciera, las manos de Alisha apretaban su cabello en una desesperación evidente

—Mmm sigue asi—Jadeaba mordiendo su labio inferior sintiendo el orgasmo expandirse por su cuerpo.

Daneh movió mas rápido como su lengua lo permitía saboreando el sabor mañanero de su novia, su cabeza era apretaba por las piernas temblorosas de Alisha y en segundos el orgasmo corrió por su boca, saboreándolo sin dejar rastro de él.

Subió de nuevo para besarla y dejar que saboreara su propio orgasmo, la besaba tan bien que podía tener otro orgasmo con solo hacerlo.

Alisha rodeó el cuello de Daneh con sus brazos controlando la respiración.

—Buenos días mi ojiverde favorita—

Alisha sonrió como adolescente enamorada

—Muy pero muy buenos días mi hermosa castaña—

— ¿Te gusto mi entrada navideña?—Preguntó dejando besos en sus labios

—Ha sido el mejor regalo de navidad—Suspiró soñadora

—Y los que faltan mi amor— Sonrió y volvió a besarla.

Sus besos estaban hechos para la otra, su sabor era el más exquisito y si tendría que compararlo con un postre, seria el postre más exquisito y afrodisiaco que podrías encontrar.

El día lo pasaron acostadas en el mueblé viendo películas, con mimos y cariños por parte de ambas. Daneh había cocinado para su chica, luego de la "entrada navideña" como la llamaba la castaña, decidió sorprenderla llevándole el desayuno a la cama. Alisha no objetó, amaba cuando Daneh la consentía de aquella manera. La felicidad en ambas era palpable, a veces ni ellas mismas lo creían.

Nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora