La Travesía de Naiara

19 Un sin fin de complicaciones

Caída la noche, los vastos campos verdes parte de la gran y austera casa ocupada por el grupo desertor y rebelde de Ghilmort, se convierte en el perfecto ambiente de una alegre cena entre los integrantes de este grupo, podría decirse gremio. El lugar era iluminado por varios postes de madera de las que colgaban unas lamparillas que iluminaban tenuemente, acompañadas de la brillante luz de la luna llena de esa noche. Cerca de la casa, se posaban unas mesas de madera apiladas en fila formando una larga mesa que era rodeada por sillas, en estas, cincuenta personas se encontraban sentadas disfrutando de los alimentos anteriormente colocados al centro de toda la mesa. Con una no muy variada comida, entre mucho pan, queso, frutas y pocas carnes sin más, pero suficiente para los jóvenes que satisfechos platicaban sonrientes entre sí, entre ellos estaban también Natalia, Samuel y Naiara. Esta última el ambiente risueño y alegre sin duda le hace bien y le trae paz, después de semanas de soledad sin descansar entre el bosque, nuevamente se siente completa alrededor de las amables y simpáticas personas que iban siendo presentadas a la castaña por el chico de piel morocha, era un ambiente de dicha sin duda, pero entonces, Naiara se percató de la ausencia de cierta pelirroja, que no muy lejos de ahí,se encontraba entre su profunda nostalgia, apoyada al pie de un árbol abrazando fuertemente sus piernas como buscando consuelo, mientras observaba apática a las personas alegres de la mesa delante suya, en el fondo triste de que nadie notara su tristeza, o eso creía ella.

Naiara miró con atención entre las personas cuando a lo lejos, cruzó su mirada con la chica a quien buscaba, hizo al instante una mueca al ver la clara cara nostálgica y la soledad en que se encontraba. Miró nuevamente a su alrededor, todos estaban muy entretenidos platicando entre sí, nadie nota la ausencia de la pelirroja. Disimuladamente se retira de la mesa, para, como antes había prometido hablar con la pelirroja.

POV: Naiara

Con seguridad me acerqué a Sarah, parecía mirar a ningún lado en particular, con un rostro sin duda apático, quiero saber que le sucede, desde que dije que me quedaría con ellos a estado actuando muy distante e incluso desapareciéndose a quien sabe dónde, no lo logro entender, pero si está así por mi presencia, muy a mi pesar preferiría marchar.

MI seguridad se acababa conforme me acercaba ¿y si mejor me voy?. No. Debes de ir. Me paré enfrente suya, para eso ya se había percatado de mi presencia, noté que cuando hice aquello se movió ligeramente en su lugar, seguro incómoda, además de que evitó todo contacto visual conmigo, la mire un momento, analizándola, pero, leer lo que piensan las personas no es lo mio.

- Sarah, ¿que tienes? -

- Nada. - respondió cortante

- A mi me parece que sí, desde que dije que me quedaría actúas muy cortante conmigo, no me hablas ni te acercas ¿no quieres que me quede? - cuestioné afligida. Es cierto, puede que la moleste, puede que ella me moleste, me golpe, me falte al respeto y que somos como agua y aceite, pero nunca quise ni quisiera herirla, es como una hermana pequeña para mí

- Me da igual si te quedas o no -

- Sarah ¿estás molesta?, dime ¿hice algo malo? ¿que te hice? -. Me inclinaba para verla mejor

- ¡Nada, déjame en paz! - exclamó molesta, parándose de repente y empujándome, desequilibrandome un poco.

- ¡Hey! ¿que pasa aquí? - Exclamó Samuel demandante entrando en escena. Además de él también habían venido Nat y varios curiosos

- No estoy segura... - murmuré

- Sarah, vamos - dijo Nat agarrando a Sarah del brazo y llevándosela adentro de la casa-mansión.

- ¿Puedes explicarme por qué Sarah está así? -

- Lamentablemente no lo sé, yo también quiero saber que le pasa, por eso intenté hablar con ella. Pero ya vez como se puso. -