"¡No importa que digan los demás!, ¡lucharé por hacer mi sueño realidad!"
Pasaron siete años desde haber dicho esas palabras, era solo un crío, pero durante estos siete años he mantenido mi palabra, no me rendí. Mi tío Edgar nos entrenó a mi y a Liz desde aquel día, realmente ser guardia real no era tan fácil como creíamos, cada mañana antes de salir el sol entrenábamos hasta el medio día cuando empezaban nuestras clases, no podíamos desatender nuestros estudios, pues para ser guardia se necesito entrenamiento físico y mental. Aveces nos resultó difícil y agotador, pero entre Liz y yo nos apoyábamos mutuamente para nunca siquiera pensar en rendirse. Al principio la gente creyó que no lo lograríamos, que era mejor renunciar. Pero, ¿como hacerlo, cuando cada día sentimos estar más cerca de alcanzarlo?. Sin importar lo que dijera la gente, seguimos firmes a nuestro sueño, al final se resignaron y dejaron de intentar interferir. Finalmente hemos alcanzado nuestra meta, tan pronto Edgar supo que estábamos listos, se marchó hace ya un par de días a Myriad para hablar al rey sobre nosotros, al final quien tiene en sus manos si seremos capaces de cumplir nuestro sueño es su majestad. Sino hay inconvenientes. Debería llegar a darnos la noticia en unos cuantos minutos, y yo me encontraba más que ansioso, seguro Liz también pero es muy buena ocultando lo que siente...
Estaban Liz, Zack, su madre y la tía de la primera en la casa del castaño, todos esperando la llegada de Edgar más que ansiosos.
- Zack, cual sea la noticia que nos dé Edgar, yo siempre te apoyaré - Aseguró la madre del castaño, quien asintió sonriente.
Pocos minutos después la puerta principal se escuchó abrirse, Liz y su tía quienes estaban sentadas en el sillón de la sala se pusieron rápidamente de pie, y Zack y su madre igualmente voltearon a la puerta donde llegaba Edgar de su viaje.
- ¿Y bien? -preguntó Zack impaciente ante el silencio
- Pues, hable con su majestad y dijo que necesitaba más guardias y que con gusto los recibiría a ambos -
- ¡Sí! - Gritó Zack emocionado saltando cual niño pequeño y apurandose para atrapar a Liz en un abrazo, quien por esta vez no ocultó su emoción.
- Sabia que lo lograrían - dijo Leonor alegre
- Pues claro, somos los mejores, obvio tenian que aceptarnos ¿verdad Liz? -
- ¡Por supuesto! -
- Niños...¿que les hemos dicho de sus comentarios? -
- ¿Niños, que niños?. ¡Aqui solo hay dos grandes guardias reales! -
- De hecho... técnicamente aún no son del todo guardias reales - confesó Edgar integrándose a la conversación, llamando la atención de los presentes
- ¿De qué hablas? - cuestionó Liz
- Bueno, llegarán al castillo para una audiencia con su majestad, los evaluará durante una semana de preuba en el castillo, si aprueban, obtendrán el título -
- Ya veo... una prueba, ¡eso se oye interesante! - exclamó el chico
- Partirán mañana temprano, la audiencia será a medio día en el salón personal de rey. Tengan estos papeles - Edgar le dio a cada uno un papel donde venían escritas las ordenes del rey para los jóvenes de asistir a la audiencia. - Entréguenselos a los guardias de la entrada para que los deje entrar -
- Entiendo, muchas gracias tío -
- Aún no me agradezcas, todavia deben pasar la prueba -
- Apropósito, ¿que clase de prueba será? - cuestionó Liz
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La Travesía de Naiara
PertualanganLa protagonista de esta historia, una princesa de diecisiete que no se comporta como una, desea vivir una vida independiente en busca de su lugar en el mundo, por lo que huye de su reino, pero las cosas se complicarán cuando se adentra a país enemig...