Luego de una repentina caída la cual dejó a YoonGi algo atónito, sintió todo su cuerpo colisionar contra el frío y roto piso de cemento, algo polvoriento.
Abrió los ojos y pestañeo múltiples veces, su mente estaba en blanco, no sabía de qué altura había caído, pero lo había dejado inconsciente por unos segundos, miró a su alrededor sin levantar la cabeza, totalmente desorbitado.
Se encontraba en lo que parecía ser un sótano, bastante sucio, oscuro y maloliente para más detalle. Un repentino dolor en su tobillo lo sorprendió, acompañando la punzante e insistente molestia en su mano, que seguía sangrando sin detenerse.
YoonGi subió su borrosa mirada y vio como JungKook seguía mirándolo con una aterradora mueca desde el piso de arriba, le dedicó una sonrisa torcida y YoonGi supo inmediatamente que significaba.Iría a por él. Y ahora, estaba atrapado.
Rápidamente se levantó tambaleándose y volvió a sentir el dolor en su tobillo al pararse, pensó que tal vez con la caída éste se había torcido y eso era una nueva dificultad.
Buscó con desesperación algún tipo de salida, encontrándose con dos posibilidades, una puerta de madera bastante demacrada y vieja que estaba completamente llena de cadenas gruesas y lucía tal y cómo esas puertas trampa antiguas que solían conducir a patios traseros inmensos, y otra puerta también de madera y bastante arruinada, que parecía dar a una escalera. YoonGi dedujo inmediatamente que se trataba de una puerta que conectaba con los pisos de arriba, así que debía bloquear esa puerta con algo, lo que sea.
Al pararse y observar todo, tuvo el—no tan agradable—placer de ver la asquerosa y sangrienta escena justo a su lado, había otra gran estrella o pentagrama dibujado con sangre y en el medio, había lo que a YoonGi le pareció como una especie de cabra, obviamente estaba muerta y degollada, con litros de sangre reseca a su alrededor.
Desprendía un aroma horrible, a éste también se le sumó la pestilencia del cadáver con el que se había escondido anteriormente, el cuál cayó junto con él y debido a su estado de putrefacción absoluta, estalló contra el piso dejando una mezcla entre sangre, vísceras y pequeños insectos.
YoonGi admiró que aún después de tantos olores e imágenes desagradables no haya vomitado sin más.
Volvió a concentrarse en lo que debía poner en la puerta de madera para poder detener al menos por unos minutos al pelinegro, mientras intentaba escapar por la otra entrada.
Vio rápidamente a su alrededor, hasta que encontró lo que parecía ser su salvación en ese instante: otra palanca.
Ésta estaba toda ensangrentada y lo peor, justo al lado de la cabra muerta, pero no había otra opción.
La tomó con algo de asco y corrió hacia la puerta de las escaleras posicionándola de forma atravesada, bloqueando así la posibilidad de poder abrirla sin más, estaba seguro de que con algo de fuerza se podría abrir por lo que tuvo que buscar rápidamente la forma de quitar aquellas cadenas tan gruesas de la otra puerta.— YoonGi... ~ ¿Estás ahí? —
Se escuchó el cantito no tan amable de JungKook llamándolo por su nombre una vez más, esto lo asustó bastante y se dio cuenta que tenía los segundos contados antes de que su indeseable amigo irrumpiera en aquel desagradable sótano y lo degollara para sacrificarlo a quién sea.
Comenzó a buscar con desesperación por todo el gran banco de trabajo que había allí, una herramienta que le permitiera salir cuanto antes, vio entonces, colgado, un manojo de llaves con más de diez u once llaves pequeñas, sonrió y lo tomó con su mano sana.
Apenas lo tomó escuchó los escalones rechinar, lo cual lo puso bastante más nervioso.
Se encontraba frente a un gran problema, ¿Cuál de esas diez u once llaves era la correcta para poder abrir aquel condenado candado que lo separaba de su tan ansiada libertad?No tenía idea, porque todas eran llaves iguales, pequeñas, plateadas algunas más oxidadas que otras.
Escuchó ahora unos golpecitos en la puerta.
— YoonGi... Vamos, déjame entrar, quiero verte. ¿Te has lastimado verdad? Déjame ayudarte. — Dijo JungKook con un tono bastante tierno y convincente lo cual confundió al peli menta por unos segundos, éste movió su cabeza hacia los lados en busca de algo de cordura y, por supuesto, sentido común. YoonGi no respondió, pero se dirigió al candado para empezar a probar las llaves.
JungKook se había quedado en completo silencio por unos cuantos segundos, esperando la respuesta del chico, pero su paciencia, la cual no se caracterizaba por ser enorme, estaba acabándose, ya ansiaba con enterrar su cuchillo en aquel cuello tan blanco y suave.
Volvió a golpear la puerta con mucha más fuerza, él no quería irrumpir de golpe porque sabía que estaba atrapado y no había forma de que saliera, por lo cual ansiaba divertirse un poco con su invitado, matar a alguien debía ser una experiencia divertida, porque clavar un cuchillo en el cuello, lo hace cualquiera, pero torturar a alguien hasta el punto de que se quiera matar el mismo, solo lo hacen los profesionales, y claro que JungKook se denominaba a él mismo como un maldito profesional.— ¡Vamos! ¡Sal de ahí y seré más considerado contigo! — Acotó el pelinegro.
YoonGi por su parte hacía un increíble esfuerzo mental para no ceder ante sus palabras e inclusive para no tener una crisis nerviosa allí mismo.
Seguía probando las llavecitas, había probado una... Dos... Tres... Ninguna abría el condenado candado y se estaba poniendo muy nervioso, mientras que JungKook, estaba cada vez más insistente con sus golpes.— Vamos... Por favor... — Susurraba YoonGi mientras buscaba la próxima llave que deseaba que por el amor de todos los dioses del olimpo, abriera el maldito candado.
JungKook suspiró y frunció el ceño.— Está bien YoonGi, si no me abres, yo entraré por mis propios medios. — Dijo JungKook, esto le preocupó al peli verde, sus manos temblaban y estaban sudorosas mientras probaba las llaves que nunca encajaban. Entonces escuchó un no tan encantador estruendo en la puerta e inmediatamente pensó que estaba intentando entrar a la fuerza, no estaba seguro de cuanto aguantaría aquella barra de metal que había puesto. Así que intentó apurarse con las llavecitas.
Finalmente creyó que la octava o novena llave calzó perfectamente en la ranura de apertura y logró desbloquear el candado, YoonGi le dedicó una mueca de alegría a éste suceso y sacó con su mano sana—e incluso la lastimada— el candado y las cadenas.
Se dio vuelta un segundo y vio como la mano de su indeseable vecino pasaba a través de una pequeña apertura e intentaba quitar la palanca que atravesaba la puerta.Se preocupó mucho por esto y pensó que debía hacer algo o si no lo alcanzaría, caminó hasta la puerta y le dio una patada, apretando así la muñeca de su perseguidor y consiguiendo un esperado grito de su parte.
Rápidamente se devolvió a la otra salida y empujó como pudo las puertas que lo separaban de su libertad.
Cuando las abrió, pasó rápidamente hacia una especie de patio trasero y cerró la trampilla detrás de él.
Y mierda, éste lugar, lucía diez veces peor que los anteriores.JungKook por su parte, estaba enfurecido y ya no tendría más piedad contra el imbécil invasor de su vecino. Rompería cada hueso de su cuerpo y lo haría sufrir como nunca a nadie.
Pateó con toda su fuerza la puerta, y empuñó el cuchillo completamente decidido a que el final de aquel cuchillo sería terminar enterrado en el delgado cuerpo del peli verde.
Olvidó toda aquella basura de divertirse con él, ahora, solo quería verlo muerto, asesinado, mutilado. Y mientras más palabras mencionaba, pensaba en cuánto su amo se lo iba a agradecer cuando le entregara el cuerpo del muchacho.Porque sí, matar, es un una experiencia divertida. Y JungKook, lo tiene muy presente.

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infierno - yoonkook
TerrorA YOONKOOK TALE║ O72817 ❝siendo racionales y libres, los seres humanos son capaces de ser diabólicos.❞ -•••- Terminada el 17 de Septiembre de 2017.