Capítulo 7

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FRANCO:

Habia tardado un poco mas de tiempo en consulta, y estaba llegando tarde a reunirme con Mia.

Con ella habia dos opciones, o me iba a putear y mandar a la mierda o no iba a estar mas.

Al llegar a la puerta de la zapateria no veo a nadie, miro mi celular y nada, así que decido subir a mi casa, que estaba arriba de la zapateria de mi padre, para dejar las cosas de la uni.

-Hola hijo, ¿como estuvo la universidad?- Escucho a mi padre desde la cocina.

-Muy bien, estoy muerto.- Le digo cuando veo que Mía me estaba llamando.

-Estoy por cocinar, ¿Que te gustaría comer?- Me dice mi papa.

-Me voy a comer a lo de Tomas, vuelvo mas tarde, nos vemos.- Le digo saliendo tan rápido como llegue a mi casa.

En la puerta de mi casa estaba Mía, con una gran sonrisa en su cara y dos bolsas de las cuales sale olor a comida.

-¿Vivís arriba de la zapateria?- Me dice curiosa.

-¿Estas de buen humor? Creo que es la primera vez que te veo con esa cara.- Le digo riendo.- ¿Que vamos a comer de rico y donde?

-Como no sabia que te gusta traje un poco de todo, ademas vamos a tener una noche larga.- Me dice y luego abre los ojos grandes.- ¡No lo mal pienses por favor!

-¡Yo no dije nada!- Dije riendo.- ¿Con que comidas me vas a sorprender?

-Bueno, como te dije, no sabia que te gustaba así que compre una pizza, una docena de empanadas y dos lomitos, No se vos pero yo tengo mucho hambre.- Me dice con una gran sonrisa.

-Tenes suerte de que me guste absolutamente todo, soy fan de la comida, y ahora decime porque estas tan feliz porque me estas asustando.- 

-Quería esperar hasta llegar al instituto, pero bueno.- Estaba diciendo ella cuando la interrumpí.

-¿Al instituto? ¿Me vas a hacer pasar la noche de largo bailando?- Le dije molesto.

-Te dije que iba a ser una sorpresa! Y no, mas que pasar la noche de largo bailando quería que me enseñes un poco de todo lo que sabes de tango y conocerte mas como persona, ademas no vamos a ir exactamente al instituto.- Me dice ella con aire de misterio.

Al llegar al Instituto ella saco una llave y abrió la puerta, me hizo caminar por el pasillo que daba a la oficina de mis abuelos, que hacia tanto que no andaba por ahí y luego ir a la terraza. De niño ese era mi lugar favorito, recuerdo haberme dejado mi guitarra ahí la ultima vez que estuve acá.

-No te preocupes que no vamos a pasar frió, este es mi lugar secreto y lo tengo bien cuidado. Creo que vivo mas en esa terraza que en mi cada.- Me dice Mía mientras abre la puerta que da a ella.

Al entrar estaba decorada con plantas, telas, unos sillones en un rincón y mi guitarra colgada en la pared.

-¿Lo dejaste hermoso?-

-¿Que ya lo conocías?- Me pregunta confundida.

-¡No! Digo, esta hermoso, esta muy lindo.- Empece a decir nervioso.

-¿A donde ibas a tango? Porque no te creo que aprendiste del aire- Me dice curiosa.

-Vine acá cuando era chico, pero después de que mi mama se murió, mi papa no quiso que venga mas y me pidió que lo ayude a trabajar.

-Lo lamento tanto, siempre meto la pata, perdón.- Dice apenada.

-No lo sientas, fue hace muchísimos años ¿Queres que comamos? - Le pregunto para cambiar de tema.

-¡Si, muero de hambre!- Dice dejando toda la comida en una mesita ratona.

Mientras íbamos comiendo ella me contaba de su vida, de lo distante que esta con sus padres, y lo presente que esta su hermano en su vida.

-¿Como sabia Giselle que mi hermano era compañero tuyo?-Me pregunta

-Luego de que te deje los zapatos en el show, me cruce con el y lo salude, y Gigi vio la situación y me contó que era hermano de la chica del zapato.- 

-¿La chica del zapato? ¿Que ahora soy cenicienta?

Miro la hora en mi celular.

-No, todavía no son las doce y no saliste corriendo.- 

Ella rió.

Que linda sonrisa tiene.

Pasión MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora