Capítulo 17

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Estuve como una hora a una cuadra de la casa de Franco caminando sin cesar, debatiéndome si iba a hablar con él o no.

¿Pero que le iba a decir? Quedaban semanas para ir a la primera instancia del mundial y teníamos mucho que practicar.

¿Y por qué me iba a decir que si? Tal vez ahora tenía una novia anti tango y no le iba a interesar que haga esto.

-Que estúpido pensamiento Mía.- Me dije en voz alta y me di cuenta que una señora me miraba como si fuera una loca.

Estaba caminando tanto en círculos que me estaba mareando.

Me tocan bocina y freno de golpe. La cabeza me daba vueltas, pero pude llegar al auto con normalidad. Abro la puerta y meto la cabeza adentro del auto.

No sé cómo, pero mi hermano me había encontrado así. Iba a pensar que soy una loca realmente.

-¿A esta hora no cursas?- Le pregunto de mala cara, pero cuando veo quién es se me abren los ojos como dos huevos de dinosaurio. Saco la cabeza del auto y no era el auto de mi hermano.

-¿Ya te olvidaste mis horarios?- Me pregunto haciéndose el ofendido.

Me subo al auto y cierro la puerta.

-Pensé que eras mi hermano.

-Pero el auto no es nada que ver.- Dijo riendo.

-¿Tenes ganas de llevarme a algún lugar que vos creas que nunca vi o conocí en Buenos Aires?- Le pregunto a Franco.

-Te encantan los misterios o que te sorprendan.- Me afirma.

-La verdad, que nunca me gusto. Pero con vos es todo distinto.- Le dije tirándome a la pileta, ya no sé si hay o no agua. Tal vez es tarde, probablemente sea tarde. Pero me agarro calor y yo no me vuelvo a mi casa sin tirarme a su pileta.

En el camino al lugar sorpresa que me llevaba le conté lo que había pasado con mis papas y que realmente quería volver a bailar con él.

-Te juro que por un momento nunca más iba a bailar.- Me dice sin dejar de mirar hacia adelante.

-¿Por qué?- Dije sorprendida.

-Va a sonar muy cursi, pero solo quiero bailar con vos.- Dijo mirándome de reojo.

No pude evitar hacer una gran sonrisa, y seguramente estaba roja como un tomate, pero mi yo interior estaba bailando y corriendo dentro de mí.

No llegue a contestar que el estaciono.

-Hay que caminar dos cuadras.- Me dijo y nos bajamos del auto.

Al llegar a la esquina me di cuenta donde estábamos.

-¿Me trajiste al teatro colon?- Le pregunte sorprendida.

-No sé si alguna vez bailaste acá, pero el mejor amigo de mi papa es encargado del teatro y tengo la esperanza de que nos deje el escenario un rato para nosotros.

Había bailado una vez, pero no le quería arruinar su sorpresa por lo que no dije nada.

Espere en la puerta mientras él hablaba con el amigo de su papa y no dejaba de sentir un cosquilleo en la panza que me estaba volviendo loca. Me transpiraban las manos y no quería que él se diera cuenta, por lo que me frotaba las manos en el pantalón para que dejen de transpirar, pero no paraba.

-Listo, ya podes entrar.- Me dijo Franco con una gran sonrisa.

Al entrar, solo estaban prendidas las luces del escenario y se escucha la canción que íbamos a usar para la primera instancia del mundial de fondo, no sé por qué razón me emocione.

Franco me estiro su mano y me acerco a él para que comencemos a bailar.

-Probablemente ya has estado en este lugar, y no me sorprendería si ya bailaste también en este escenario, pero es la primera vez que venís conmigo.- Me dijo al oído haciendo que suba un cosquilleo por todo el cuerpo.

No terminaba la canción que él rozaba sus labios con los míos, hasta que lentamente nos damos un beso mientras bailamos.

Lo amo.

Pasión MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora