Capítulo 6

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Hacia tan solo dos semanas que Franco era mi compañero de baile y seguía poniéndome nerviosa cada vez que teníamos que bailar, todavía no entendía porque sentía ese nudo en la panza cada vez que me tocaba.

-¿Entonces? ¿Venís Mía?- Me dice Paloma sacándome de mis pensamientos.

-¿Que? Perdón Palo, tengo la cabeza en cualquier lado.- Le dije cerrado el libro de Química.

-Te volviste a tildar, ¿qué te pasa?- Toca el timbre del recreo y teníamos que entrar a química.

Que mal me veo en química en este momento, estoy tanto tiempo pensando en tango, en la música, en el mundial, Franco, que descuido el colegio y mis papas ya me tienen amenaza con dejar tango si me sigue yendo mal.

-A la salida hablamos Palo.- Le digo dejándola atrás en busca de Lorenzo. Era uno de mis mejores amigos, no tanto como Juan, pero siempre me salvaba las papas cuando tenía que rendir. Lo sé, suena a que lo uso, pero no. Lo quiero de verdad, es un gran amigo que está siempre.

-¡Lorenzo!- Digo emocionada abrazándolo.

-Adivino, necesitas sentarte conmigo para que te ayude en Química, como siempre.- Dice sarcásticamente.

Odio cuando siento que lo uso.

-Sí, pero también te quería invitar a almorzar a la salida del cole ¿Te pinta?- (Era lo que menos podía hacer, por todas las veces que me salvo de llevarme una materia)

-¿Enserio? ¿Con todos los chicos o solo nosotros?- Me dijo sorprendido.

-Vos y yo chiquito, hace mucho que no tenemos de nuestras súper charlas de 4 o 5 horas seguidas.- Le dije mientras entrabamos a rendir.

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Las horas pasaban y no dejábamos de hablar, extrañaba tanto charlar con Lorenzo.

-Nunca me voy a olvidar de esas vacaciones.- Dijo Lorenzo riendo.

-Ojala pudiera volver a esas vacaciones, y detenerme por siempre ahí, o detener el tiempo arriba del escenario bailando. Como odio tener que crecer.- Digo frustrada mientras le doy un último bocado a mi pizza.

-Todavía no entiendo porque te haces tanto problema. Todo el mundo sabe, hasta la gente que no te conoce, que lo que más amas en el mundo es el tango, ¿Por qué no te dedicas a eso y listo?-Me dice pegándome en un punto sensible.

-¿Porque vos no te dedicas al tango, o Juan o Paloma? Si a ustedes les gusta tanto como a mi.- Le digo.

-Porque aunque hace diez años que voy a tango, la razón por la que empecé es porque en ese entonces me re gustabas y solo quería pasar tiempo contigo.- Dijo mirando sus manos incomodo.- Y después me di cuenta que me gustaba mucho, pero no viviría de esto. Lo tomo como una costumbre, como algunos van al gimnasio todos los días, a mí me gusta bailar.

-¿Y no será que seguir enamorado de mí?- Le digo en broma y escucho sonar mi celular.- Te salvo el celular de contestarme.

-¿Paloma que paso?- Cierro los ojos al darme cuenta.- Ni me digas, ya vamos para allá.

-¿Que paso?- Me pregunto preocupado Lolo.

-Hace una hora teníamos ensayo, y no fuimos.- Le digo enojada.- ¡Nunca en mi vida falte! ¿Cómo me voy a colgar tanto así?

-¿Qué tiene de malo Mía? Estábamos charlando y pasándola bien, te tenes que relajar un poco, estas demasiada obsesionada con tango.- Me dice levantándose y dejando arriba de la mesa la plata del almuerzo.

-Esa es la diferencia entre Paloma, Juan, vos y yo. ¡El tango es lo que más me importa en el mundo, es lo único que quiero hacer, en lo único que pienso y en lo único que proyecto mi vida!

-¡Entonces estudia eso! Yo debería dejar tango por la misma razón que Juan, si quiero que me vaya bien el año que viene debería dejar, Ingeniería Civil es una carrera pesada, pero sigo porque le prometí a Paloma llegar al mundial.- Me dice y luego se va, y yo lo sigo.

-¿Sos joda? ¡Por lo menos lo que vos le prometes a Paloma lo cumplís! ¡Juan me dejo en banda!- Le grito intentando alcanzarlo.

-¿De qué te quejas? ¿Viste como baila tu compañero? Es la primera vez que veo bailar a alguien tan bien y vos seguís enojada con Juan. Sos una ridícula.- Me dice frustrado.

Respiro hondo, y decido dejar de hablar para no pelear más, tampoco entiendo porque empezamos a pelear, pero al llegar a la puerta del Instituto justo veo salir a Franco que me mira decepcionado y se va.

-Si no queres perder a otro compañero, seguilo.- Me dice Lorenzo y le hago caso.

-¡Franco espera! Lo siento mucho, odio faltar, perdón.- Le ruego intentando alcanzarlo.

-Yo tengo mi vida también ¿sabes? Trabajo en la zapatería todas las mañanas, estudio, vengo acá sin falta siempre y además después de acá me voy a la universidad, y vos te das el tupe de faltar para salir con tu novio.- Me dice muy molesto.

-¡No es mi novio! Y no me di cuenta, por favor perdóname.- El me evita y sigue caminando.

-No me hagas volver a ir hasta tu clase a rogarte que te quedes conmigo.- Le grito.

-Vas a terminar haciendo que ponga una orden de restricción contra a ti si haces que me echen de la universidad.- Dijo riendo dándose la vuelta para mirarme.

-¿A qué hora salís de la uni hoy?

-A las ocho-

-Genial, el instituto cierra a esa hora.- Dije pensando.- Ocho y media nos encontramos en la zapatería, tengo algo para mostrarte.

-Hace dos semanas que te conozco, ¿Cómo puedo confiar de que no seas una loca psicópata que se va a comer cada pedazo de mi cuerpo para ser mejor bailarina?- Me pregunta entretenido.

-Tenes dos opciones, venís o no venís. Si no venís te vas a quedar con la duda y yo con hambre de ser mejor bailarina.-

-Está bien, nos vemos a las ocho y media.


Pasión MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora