Lawrence, Kansas.
01 de Noviembre, 1995.Corrió y siguió corriendo. Sentía su corazón en la garganta y sus piernas acalambrarse pero no podía darse el lujo de parar ahora. ¿Que iba a hacer? ¿En qué estaba pensando? No tenía respuestas para ni una de las dudas que corrían por su cabeza. Estaba completamente fuera de sí. Su vida estaba acabada. ¿Qué le diría a su padre? ¿Que cosas le diría su padre a él? Siguió corriendo...aún con las miles de preguntas que martillaban su cabeza, sus nervios y su maldita vida.
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Sus manos ensangrentadas y temblorosas abrieron la puerta principal de su casa, entró y luego la cerró rápidamente. Ahí fue cuando se dio el lujo de volver a respirar. Sus ojos azules analizaron sus manos, su ropa, sus zapatos todos decorados con pequeñas pintas de sangre, sangre que no era suya. Había corrido por más de una maldita hora, metiéndose por callejones y barrios muertos sólo para no ser atrapado, sólo para que su vida no se fuera por la basura. Había perdido la conciencia desde que sus amigos decidieron darle esa maldita pastilla negra. Luego se encontró solo en uno de los callejones lleno de sangre y con los recuerdos pesados de la atrocidad que había hecho.
Respiró un rato más aún en la entrada de su casa, sus manos se dirigieron a su cabello para tratar de arreglarlo con toda la transpiración que corría por su cuerpo. Pero parecía que la adrenalina no quería dejarlo en paz y esta volvió a los segundos cuando oyó la puerta de su casa ser abierta de nuevo. Por ahí entró su padre, con su traje de sherif y la placa brillando como nunca...aunque su cara y sus expresiones obviamente no brillaba como lo hacía su placa al verlo en tal situación.
— ¿Que mierda...? — empezó a preguntar su padre cuando éste cerró la puerta con lentitud mirando a su hijo como si este fuera un fenómeno.
— Papá sólo cállate y escucha por favor. No quería que nada de esto pasara pero el alcohol y mi grupo de amigos...Ay Dios, todo se descontroló y no sabía que pasaba o que estaba haciendo. Y este chico pasó y...papá voy a ir a prisión.— no podía controlar su respiración ni menos sus lágrimas. Miraba a su padre con desesperación mientras este formulaba una respuesta, mientras analizaba todo lo que estaba pasando. Su rostro se volvió sombrío, como si se hubiera acordado de algo, como si hubiera unido los puntos de todo.
— Fuiste tú...— fue lo único que salió de los labios de su padre por unos segundos y luego este volvió a hablar con total furia en su voz.— ¡Tienes 24 años! ¡24! Y te andas juntando con tus patéticos amigos que todavía no pueden cursar los últimos jodidos cursos del maldito colegio y más encima rompen la ley! Han violado, maltratado, masacrado a ese pobre niño ¡¿y vienes tú con lágrimas a la casa?! ¿Sabes lo que le prometí a la familia de ese pobre niño? Que iba a atrapar al miserable gusano que le haya hecho tal atrocidad a su hijo...a su hijo de 12 años. Pero resulta ¡Que el imbécil que lo hizo es mi propio hijo! Mi hijo mayor, mi orgullo! ¿En qué mierda estabas pensando? — la cara de su padre estaba roja y sus ojos brillosos. Se acarició las sienes con sus dedos mientras daba vueltas por el hall de su casa.
— Papá...y-yo no sé que hacer. Por favor tienes que ayudarme.— suplicó mientras las lágrimas seguían saliendo. Estaba acabado, estaba seguro. Si tan solo pudiera arreglar todo. Si tan solo sus amigos no le hubieran susurrado esas palabras, no le hubieran metido esas ideas a su cabeza. Joder, como se arrepentía.
— Estoy pensando en algo, cállate.— habló con voz dura antes de volver a mirarlo. Ojos y expresiones cargados con decepción.— Quiero que te vayas, que escapes. Trataré de cubrir lo más posible esto y quedarás libre...pero no te quiero ver nunca más, nunca ¿entiendes? No deberás aparecerte por Lawrence...no! Ni siquiera, por Kansas por el resto de tu vida porque prometo hijo mío, que en el momento que vuelva a ver tu cara, cerraré el caso y no tendré más opción que entregarte. Quiero que te busques una nueva identidad, no quiero que te contactes con tu hermano menor y quiero que todo tu maldito séquito de imbeciles se larguen de este lugar. — cuando volvió a observar los ojos de su padre pudo darse cuenta de que este estaba diciendo la verdad. Él quería que se fuera y ahora por fin podía entenderlo.
No tenía más opción que irse y su padre ahora estaba haciendo todo lo posible para salvarlo de esto e iba a tomar cualquier oportunidad que tuviera en frente aunque eso significara eliminar su antigua vida de su memoria para siempre. Ahora recién podía pensar en su familia, en su hermano menor y lo que significaría para él que su ejemplo a seguir haya decidido irse sin despedirse de él. Lo iba a destrozar y era todo su maldita culpa. ¿En que mierda estaba pensando cuando llego el momento de tomar de la inocencia de un niño de tal abominable forma?
— ¿Puedo al menos ir a despedirme de Cas? — preguntó con voz rota y mirando en dirección a las escaleras. —¿No sabrá nada cierto? No quiero que él también se decepcione de mí, no quiero que el me odie.
— Sabes que Cas es un niño inteligente, incluso tal vez el más inteligente de los 3. No voy a evitar que una puntos por sí solo pero tampoco le diré que su hermano mayor dejó en riesgo vital a un niño de su misma edad.— Asintió y emprendió su camino hacia el segundo piso, observando todas las fotos que colgaban de sus paredes.
Abrió la puerta de su pequeño hermano de a poco tratando de no despertarlo y luego entró viendo su desordenado pelo negro brillar con la tenue luz que entraba por la ventana. No se acercó pero sí sacó de su escritorio un pequeño lápiz y un cuaderno, donde empezó a escribir la pequeña carta que le dejaría como último recuerdo al pequeño Cas. Luego de terminarla la dejó sobre el escritorio y antes de salir por la puerta murmuró un pequeño "te quiero".
Nadie sabía de que Cas se había despertado al momento en que los gritos empezaron y había escuchado...todo.
⌚︎
Sus pies subieron los escalones del bus que conducía al estado de California. La capucha cubriendo su rostro y su mano bien aferrada a la maleta que llevaba consigo. Una y otra vez las palabras de su padre se reproducían en su cerebro haciendo que sus ojos se pusieran llorosos y sus labios temblaran.
Entregó el boleto al conductor y luego caminó hacia su asiento cuando ya lo tuvo de vuelta en su mano. Su asiento era uno de los últimos y pegado al gran ventanal del bus, al menos una buena vista tendría en el maldito viaje de 22 horas. Dejó su maleta a sus pies mientras se sentaba, apoyó su cabeza contra el ventanal y luego se dio permiso para romperse de nuevo...simplemente cerrando sus ojos y sintiendo la humedad bajar por sus mejillas.
⌚︎
"Querido Castiel:
Siempre he sido tú confidente, tu hermano mayor el que siempre te ha apoyado y sé que mi partida te dolerá pero quiero que entiendas que es lo mejor para ti, para papá y para mí. Sabes que te amo y espero que logres seguir tu camino sin mí, espero también que algún día volvamos a vernos y pueda apreciar al hombre en que te habrás convertido. No soy muy bueno escribiendo cartas, tampoco soy muy bueno con las despedidas pero por ti hice el esfuerzo y por ti lo seguiré haciendo.Con amor, Lucifer.
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La clave está fijarse en las fechas y en los apellidos. ( algunos apellidos están en los OS número 4 y número 6.
Esta parte es solo una recomendación para ir enlazando puntos y resolviendo misterios 7u7
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After Classes [samifer] EDITANDO
Fanfiction¿Cómo se supone que un alma inocente puede cambiar tan radicalmente? Nadie lo merece...