After Classes [samifer] EDITANDO

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Ubicado entre el one shot número cuatro y el seis.

Era el tercer día sin Sam y Castiel parecía estar entrando en una clase de crisis existencial. El segundo día sin Sam el pelinegro había ido después del colegio a visitar a su padre solamente para encontrarlo demasiado sedado para entablar una conversación decente así que dejó un simple beso en su frente y se marchó. Hoy era el tercer día y lastimosamente también el día en que se tenía que cruzar con su hermano en el colegio sí o sí, porque hoy le tocaba el ramo maldito...sí, Historia.

Castiel pensó en llegar tarde, también pensó en ni siquiera ir ese día al colegio pero le había prometido a Sam que iba a anotar toda la materia y en toda la materia también entraba Historia, ¡y como su suerte era del porte de un buque el maldito nuevo profesor de ese maldito y estúpido ramo era su maldito y desquiciado hermano! Sí, a Castiel le encantaba maldecir cuando estaba enojado y frustrado solamente que prefería hacerlo en su cabeza.

Cruzó las puertas de su instituto con manos sudorosas y sus libros bien pegados a su pecho. Con Sam alrededor suyo se sentía más seguro entre los pasillos pero cuando faltaba ( que pasaba bastante seguido ) Castiel parecía un pequeño pollito entre cientos de gallos listos para atacar ante la simple sensación de miedo que irradiaba su cuerpo.

Menos mal que al cruce de los pasillos no se encontró a nadie que amenazara su existencia así que se dedicó a entrar rápido a la sala y sentarse en el pupitre de al lado de donde Sam siempre lo hacía.

Pasaron minutos, pocos en realidad, pero que parecieron como una maldita eternidad. No paraba de chocar su lápiz contra la madera de su pupitre o morderse las uñas o rayar las hojas de su cuaderno con líneas brutas para que la ansiedad saliera de alguna manera de su cuerpo.

El timbre sonó y al mismo tiempo entró su hermano por la puerta de la sala. Lentes en su rostro sonriente, un libro bajo su brazo y un maletín colgado de su hombro. Dejó todas las cosas en su escritorio sin fijarse en Castiel y cuando su hermano, el rubio profesor, se giró para enfrentar a la clase la sonrisa desapareció de su rostro cuando su mirada cayó en el pelinegro.

Lucifer no sabía que Castiel sabía lo que había pasado esa noche, no sabía que había escuchado toda la discusión con su padre. Pero aún así los nervios de Lucifer aumentaron, no por las razones que todos pensarían, si no porque el rubio aún pensaba que Castiel se sentía abandonado por su hermano mayor. Oh...que equivocado estaba.

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La clase había terminado y Castiel agradecía que su hermano lo hubiera ignorado básicamente toda la clase. Cuando sonó el timbre Cas tomó todas sus cosas y rápido trató de salir de la sala, sólo para fallar al sentir una mano cerrarse en su muñeca y obligándolo a quedarse.

— Cas, espera...— ordenó Lucifer con voz suave aún sin soltar a su hermano menor que lo miraba con repulsión en sus ojos azules.

— Suéltame Lucifer. Ahora.— escupió Castiel, su ceño fruncido y su voz ronca haciéndolo ver al menos un poco más intimidante.

— Necesito hablar contigo, Cassie.— oh no...eso sí que no. No tenía el derecho de llamarlo así. No tenía el derecho de si quiera estar hablándole.

— Lo que tú necesitas, Lucifer, es soltarme, callarte de una buena vez y desaparecer de aquí de nuevo.— la voz de Castiel salía lenta y peligrosa, y Lucifer no sabía cuando su hermano menor había cambiado tanto.— ¡Llegaste a poner todo de cabezas de nuevo! Y ahora no se que mierda hacer por TU culpa. Papá está muriendo, mi mejor amigo es un desastre, mi ex novio para variar es el hermano mayor de mi mejor amigo quien me dejó por una perra llamada Lisa y por último como si mi maldita vida ya no fuera lo suficientemente mierda mi estúpido hermano mayor vuelve a joderme y más encima a tomar mi custodia después de que papá muera. Ándate a la mierda, Lucifer, por favor y déjame sólo. No me busques ni me hables a menos que lo necesite para el ramo.— Cas se soltó del agarre del rubio con brusquedad y recién ahí pudo darse cuenta que había empezado a llorar. Se limpió sus lágrimas con el dorso de la manga de su polerón y caminó hacia la puerta de la sala. Antes de salir se giró nuevamente hacia su hermano mayor.— Toma esto como quieras, pero te aconsejo que lo tomes como una amenaza porque así va dirigida. No te acerques a Sam Winchester o haré tu vida un infierno.— y con eso salió de la sala dejando a su hermano sin palabras y con la sorpresa y dolor inundando su pecho.

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Era el quinto día sin Sam cuando este lo llamó a las 1 de la madrugada. Era ya miércoles y nuevamente tendría Historia. Menos mal que su hermano había entendido bien el mensaje y no había sabido de él desde ese Lunes que lo amenazó.

— ¿Sam? ¿Aló? — preguntó Cas pegando su celular a su oreja. Su voz notoriamente somnolienta.

<< Cas! Te extrañado tanto.>> la voz de Sam parecía algo rasposa pero lo dejó pasar. A Castiel nunca le gustaba entrar en detalles cuando Sam iba a Palo Alto.

— Mmm...Son las 1 de la mañana Sam. Si quieres algo dilo rápido.— murmuró Castiel irritado por la interrupción en sus horas de sueño.

<< Necesito que me ayudes en un maravilloso plan que he creado.>>

— ¿De que trata?—

<< Una pequeña broma al nuevo profesor de historia. Ya sabes, la bienvenida al colegio y todo eso>>

Castiel despertó con eso. Sam quería hacerle una broma a su hermano. Las bromas de Sam siempre eran demasiado exageradas y tal vez...a Castiel le empezaba a gustar la idea.

— ¿Qué tengo que hacer?— preguntó con entusiasmo.

<< Eso quería escuchar>>

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Faltaba un día para que Sam llegara es decir que vería a su mejor amigo el viernes por la mañana ya en el colegio.

Había repasado el plan una y otra vez. Su parte era simple; solamente llamar a su hermano por una duda y distraerlo lo suficiente para que Sam pudiera sacar su billetera. El castaño no le había contado lo que pasaría después pero con tan solo saber de que recibiría su merecido ese fin de semana estaba feliz.

Lo que Cas no sabía es que Sam lo había utilizado como un simple peón en su juego sexual con su profesor de historia. Y lo peor era de que el castaño...no se arrepentía, al menos no por ahora.

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Si quieres leer como resultó la "broma" puedes ir a mi obra de One Shots y leer el número 6 😊