Capítulo 2

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- Mac te está mirando - canturreó Kat, desde su asiento en frente de mí

La cafetería estaba tan llena como siempre, y el ruido de conversaciones lo inundaba todo. La escuela Brithwoars era la única del pueblo, y los alumnos de último año comíamos al aire libre, en mesas de madera que dividían a los grupos de alumnos. Sonreí y no me giré, por lo visto, ayer por la noche Mac Duvons rompió con su novia por una pelea, y las chicas estaban como locas.

- Se está levantando... - me susurró Eva, que estaba a la izquiera de Kat - viene hacia aquí...

Puse los ojos en blanco y removí la comida con el tenedor, ignorando completamente a mis amigas. Mac no era feo, más bien todo lo contrario, era alto y fuerte, con el cabello castaño oscuro y unos ojos azules de infarto. Era un chico muy listo, y no era precisamente un "malote", sin embargo, su cuerpo y su cara bonita lo habían convertido en uno de los chicos más populares y deseados del instituto... por que claro, tenía uno de los mejor cuerpos y de las mejores caras que había.

- Hola chicas - dijo una voz masculina a mi espalda - ¿Qué hay?

Contuve el aliento y me di la vuelta, intentando esbozar la más dulce y tonta de mis sonrisas.

- Hola - dijimos todas al unísono

- ¿Querías algo? - pregunté finalmente, intentando no sonar muy provocativa

Mac se pasó una mano por el pelo y clavó sus ojos azules en mí.

- Pues, verás, Kate - titubeó - ehhh...

- ¿Quién es ese? - le interrumpió Kat, marcando cada una de las sílabas.

Todo el mundo se había quedado en silencio absoluto, mirando a alguien que había a las puertas del instituto... Aparté la mirada de Mac y seguí la de la multitud. Me quedé sin aliento.

Parado en la puerta había un chico de nuestra edad, con una bandeja de comida en las manos y una mirada de seguridad ciega en impresa en sus ojos verde esmeralda. Tenía los brazos musculosos y morenos, y un estomago plano, - seguro que con unos buenos abdominales -. Sonreía de medio lado mientras se acercaba y se colocaba en medio de la cafetería, dando vueltas sobre sí mismo, contemplando a todo el mundo... Dios, yo... yo lo conocía. Habría reconocido ese pelo en cualquier parte, tan rojo como el fuego. Hacía años que no lo veía, desde que me mudé y dejé atrás esa vida. Lo dejé atrás a él y a los otros. Su mirada se paró en nuestra mesa, la mesa de los populares. Caminó hacia aquí con andares seguros, seguido por las miradas curiosas de todo el mundo. En cuanto estuvo a unos pasos de nosotras, yo me di la vuelta rápidamente, esperando que no me hubiera visto la cara. Tragué saliva.

- Hola - dijo, con la voz más profunda de lo que recordaba - Soy nuevo, ¿Alguien podría enseñarme la escuela?

Su timbre era grave, un timbre de alguien que siempre consigue lo que quiere. Kat se levantó con toda la calma del mundo, devorándolo con la mirada.

- Yo misma - se ofreció con voz sensual - Me llamo Katherine, aunque tú me llamarás Kat ¿Vale? Bien. ¿Cómo te llamas?

- Soy Carter, Carter Kools - respondió a mi espalda

- Siéntate - Kat le hizo un sitio a su lado - después ya te enseñaré todo esto.

Que no se siente, que no se siente, que no se siente...

- Por supuesto - dijo Carter, y caminó hacia el asiento cedido, Mierda, estaba casi delante de mí

Bajé la mirada hacia la bandeja y me mordí el labio. Tal vez no me reconociera... Tal vez ni siquiera se fijase en mí.

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