Después de dos clases enteras de meditación sobre el drama de esa mañana, llegué a la única conclusión posible: ahora Carter creía que era bipolar.
Después de que se fuera de mi casa, me metí dentro y cerré de un portazo tan fuerte que podría haber despertado a todo el vecindario. Me salté la primera clase que tenía, y fui corriendo a la escuela para llegar a tiempo a la segunda. La hora del almuerzo fue bastante extraña, porque Carter no se presentó, y Kat se pasó toda la santa hora parloteando sobre él como una verdadera pirada obsesiva y acosadora.
Supongo que yo tampoco era tan distinta, ya que me había pasado toda la mañana pensando en él como una pirada obsesiva y acosadora.
Ay, Dios mío.No debería haber montado ese numerito, seguro que se lo contará a todos los del equipo de futbol, que se lo contarán a las animadoras, que hablaran a mis espaldas del tema como si yo no me enterase de nada y... No podía soportar eso. Otra vez no. Fue culpa mía... si hubiese actuado como cualquier chica de mi grupo, todo eso no habría pasado, y ahora no me estaría comiendo la cabeza pensando en alguna mentira que contarle a Carter si lo veía antes de... que se montara un escándalo.
La clase de biología se llenó poco a poco, se llenó de gente que en ese momento estaba pensando en otras cosas, gente con vidas distintas a la mía, que no tenían ni idea de lo que me había pasado, ni de como era. Siempre es extraño pensar que, mientras tu estas en un sitio y un momento concreto, la gente a tu alrededor piensa en otras cosas, cosas de las que tú no sabes nada, pero que tratas de entender.
¿Dónde estará Carter ahora mismo? ¿En qué estará pensando? ¿Creerá en serio que soy bipolar...? Oh, Dios. Sí que sonaba como una maldita pirada obsesiva y acosadora. Mierda.
- ¿Puedo sentarme? – La voz grave de Mac Duvons me sobresaltó, y me giré en redondo en el asiento.
Me había olvidado por completo de que iba a clase conmigo. Asentí vagamente con la cabeza, y él me dirigió una sonrisa perfecta, de dientes rectos y blancos. Se la devolví como pude, intentando regresar al presente, y sacarme de la cabeza a un bicho pelirrojo.
- Me han dicho que has hecho pellas – se sentó en el pupitre de al lado, y su muslo chocó con el mío - ¿Es cierto?
Me encogí de hombros, y me vinieron a la cabeza millones de frases absurdas que dirían las chicas en esta ocasión... todas eran muy penosas, del estilo de "Supongo que soy una chica mala". Por favor... que tontería.
- Es que no podía con álgebra – Tenía álgebra a primera hora... oh, no, iba a necesitar empollar mucho para el examen
Mac asintió con la cabeza e hizo un gesto de exasperación.
- Es una mierda, igual que biología ¿Verdad?
A mí me gustaba mucho la biología...
- Sí, un palo
- ¿Qué asignatura prefieres? Ya sabes, la que sea menos... horrible
Fruncí el ceño, fingiendo que me lo pensaba mucho, aunque lo tenía muy claro... pero bueno. Mac se arrimó imperceptiblemente más a mí, y noté como el rubor me subía a las mejillas.
- Pues... me quedo con... lengua – balbucee, tratando de mirar fijamente sus ojos azules... y no sus labios. Para mi sorpresa, la verdad es que no me costó casi nada, y eso era... muy extraño.
- Yo con deporte - soltó una sonora carcajada, que hizo que media clase se girara hacia él
Su risa era agradable y risueña, y me hacía recordar cosas alegres... a diferencia de Carter, que me hacía sentir cosas extrañas y supuestamente desagradables... ¿Por qué las estoy comparando?
- Bueno, así que te molan las letras... y ¿Quieres dedicarte a eso?
- Sí, aunque aún no estoy muy segura de que rama escoger – me encogí de hombros – supongo que filología o algo así
- ¡Filología! Guau, eso es muy... guay. Yo estoy esperando que me ofrezcan alguna beca de futbol, y si no... bueno, me apetece estudiar... - se sonrojó ligeramente y negó con la cabeza – da igual
Enarqué las cejas. Nunca había visto a uno de los chicos de futbol sonrojarse... era muy raro. Y hacía que me entrara curiosidad.
- No da igual, puedes contármelo ¿Qué quieres estudiar?
- Pensarás que soy un poco ridículo... - negué con la cabeza efusivamente y Mac suspiró – bueno... me apetece estudiar derecho.
Me quedé con la boca abierta. ¿Derecho? ¿Mac Duvons quería estudiar derecho? Vaya. Eso era... increíble, en el buen sentido de la palabra. Sonreí.
- Está muy bien... está genial. Dios, no me lo habría imaginado... pero es... bueno, genial.
- ¿De verdad lo crees? – sus ojos centellearon y una sonrisa se expandió por su rostro – Mis amigos piensan que es una tontería.
- No lo es -negué con la cabeza – es más, creo que...
Capté algo extraño en la puerta por el rabillo del ojo, algo... Oh, mierda. Algo rojo. Algo rojo, alto, musculado y con ojazos que caminaba hacia el pupitre que tenía detrás.
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Máscara de diamante
RomanceNadie conoce de verdad a Kate Allen. Cualquiera diría que es una chica popular, guapa, simpática, graciosa, tonta... y es exactamente lo que Kate quiere que crean. Su pasado es una historia complicada que no quiere recordar... ni repetir, y por eso...