Capítulo 13

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La música sonaba a todo volumen, pero yo no la oía, ni notaba las manos de Mac en mis caderas, o mis pies bailando a un ritmo extraño.

Tenía dos problemas.

Uno, de una baja clase social.

El otro, pelirrojo.

Los... invitados especiales no habían llegado, ni Carter tampoco. ¿Sería él uno de ellos? No, imposible, Kat estaba desesperada por llevarlo a la cama.

Así que, mientras bailaba con Mac, no podía dejar de preguntarme a que dilema tendría que enfrentarme primero. El jugador de fútbol me acercó a su cuerpo, y rodeó mi cintura con sus brazos, sin dejar de balancearse de un lado a otro. Tenía los ojos azules muy abiertos, y clavados en los míos; una mirada depredadora.

Intenté concentrarme en él con todas mis fuerzas, olía a jabón y a desodorante. Antes de venir a la fiesta, los chicos habían ido a cambiarse a toda prisa, mientras que nosotras nos quedamos con los uniformes de animadoras puestos y los esperamos en la casa. La verdadera diversión empezó cuando llegaron.

Los altavoces se encendieron con un pitido, y todos nos pusimos a bailar como locos. Mac me sacó a mí... y por eso ahora me estaba restregando contra él.

Sin embargo, a medida que me perdía en el sonido y el ritmo, sus ojos azules se volvieron verdes, y su pelo castaño empezó a enrojecerse... ¿Pero, que co...? Estoy bailando con Mac. Todo volvió a la normalidad. Menos mal.

El chico me apretó aún más contra él, y sus manos volaron a mis caderas. Su cara estaba muy cerca, y sus labios todavía más.

Nuestras narices se tocaban.

Contuve el aliento, esperé, y...

...y entonces apareció uno de mis dos problemas.

- Disculpa tío – La voz de Carter resonó en mis oídos con fuerza, y Mac se apartó de un salto, la sonrisa del pelirrojo se ensanchó – No te importará que te la robe un rato ¿No?

Dios mío. Había venido... aunque no tenía buena pinta. Iba despeinado, y tenía ojeras debajo de sus alucinantes ojos. Obviamente, aun así, estaba espectacular, pero... no sé, era como si una parte de él se hubiese apagado. Resquebrajado.

Parecía muy cansado. ¿Habría dormido algo?

Un sentimiento extraño se instaló en mi pecho, algo parecido a la angustia. Iba a tener que conversar con él sobre lo de ayer, y a pesar de llevar dos días pensando en que decirle, todo se me había olvidado de golpe.

La mandíbula de Mac se tensó, y lo fulminó con la mirada.

- Lo siento... pero creo que no – mustió, volviendo a agarrarme de las caderas. Carter le puso una mano en la muñeca.

- Oye, no quiero interrumpir vuestro revolcón, pero tengo que hablar un momento con Katy – apretó el agarre - ¿Lo entiendes?

Se formó un silencio muy tenso, y los tres nos dimos cuenta de que la gente había empezado a escuchar. Así empezaban los cotilleos, y de estos brotaban los rumores. Mac y yo lo teníamos muy en cuenta, pero a Carter no parecía importarle. Estaba tan relajado como siempre, pero su mirada era decidida.

No iba a soltarlo.

Y yo no podía dejar que se armara una bomba de todo esto.

- Déjalo, Mac – murmuré

Ahora sí que todo el mundo nos escuchaba. Me mordí el labio, y me di cuenta de que, en vez de apagar la bomba, había pulsado el detonador.

- ¿Enserio, Kate? Vas a bailar con éste, que acaba de aparecer de repente y... ¿Enserio?

Máscara de diamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora