Malas Decisiones

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Ahora estaba más confundida que antes, los humanos son un frasco de problemas esperando por romperse y desatar un huracán de complicaciones.
Dipper había estado deprimido las últimas semanas, no comía como debería, no hablaba con nadie; se había encerrado en una burbuja y se negaba a salir de esta.

De nuevo me encontraba en el bosque, sentada sobre la rama de un árbol. Bill pasó por esa zona y comenzó a dar vueltas a pies del roble donde me encontraba.

-¡¡¡¡Niña!!!!- gritó de repente

Me dejé caer de cabeza, sujetandome con las piernas a la rama. Miré al rubio y bufé al verlo molesto.

-¿que quieres?- dije con molestia

-Dipper sigue deprimido

La mención de su nombre me ocasionó escalofríos. Me sentía triste por haberle roto el corazón, pero era lo que tenía que hacer.
Pensé un momento y salté de la rama cayendo de pie frente a Bill

-¿y que quieres que haga? - dije con tono engreído -no puedo quitarle lo depresivo con un hechizo, soy demonio no mago

El rubio frunció el ceño -tú le rompiste el corazón, tú debes sanarlo

Como siempre yo era responsable de una catástrofe, yo debía arreglarlo todo y yo no podía negarme. Suspire con pesadez y chasquee los dedos, frente a mi apareció un libro titulado "El funcionamiento de un corazón ". Mabel me lo había dado en el verano que la conocí, comencé a pasar las páginas buscando un apartado en específico, finalmente lo encontré.

"Como curar un corazón roto"

-aquí dice que para curar un corazón necesitas seguir algunos pasos- de inmediato agarre a Bill del brazo

- ¿a donde vamos?- cuestionó

-vamos a reparar el corazón de Dipper

(...)

Paso 1.
Fuimos a un supermercado y compramos toda clase de cosas dulces; chocolates, helado y caramelos.
Igual compramos algunos pañuelos y rentamos un par de películas antes de volver a casa.

Paso 2.
Bill entró en la habitación de Dipper y habló con el durante horas. Los primeros botes de helado desaparecieron. Cuando entraron en confianza dispusieron a ver las películas que había rentado con el rubio.

Paso 3.
Tras una semana de hacer que Bill fuera excesivamente cuidadoso y tierno con Dipper logramos que el castaño volviera a sonreír, como último paso fui va visitarlo y hablamos por horas.
Tratando de sanar la cicatriz que había dejado.

Narra Bill

Los días se habían vuelto más tranquilos y dulces; realicé al pie de la letra cada una de las ordenes e indicaciones que me daba la pelirroja y al parecer habían funcionado, de alguna forma Dipper confiaba más en mi ahora. Había veces que incluso se comportaba algo meloso, sólo que el no lo notaba, así que me veía obligado a reprimir mis impulsos, por algún motivo cada vez que se acurrucaba en mi pecho o metía algún caramelo en mi boca me daban ganas de tirarlo al suelo y desvestirlo en ese instante. Claro que la pelirroja me prohibió cualquier acercamiento físico que se relacionara al contacto sexual.

podrías asustarlo y ahora lo perderías para siempre

En eso tenía razón, si no era precavido todo podría irse al carajo.

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NO ME DEBO ENAMORAR (Billdip)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora