Pérdidas

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Mis piernas dolían como el demonio, tenía un bulto bajo mi vestido. La daga atravesó mi cuerpo y todo se volvió rojo.

...

Abrí los ojos como plato al encontrarme con tal mensaje en la bandeja de entrada de mi móvil.

Lirio: "Lo siento"

Un nudo se formó en mi estómago y los pies me comenzaron a cosquillear. Me coloqué unos calzoncillos y un short que encontré tirado en el suelo, me puse una chamarra y salí corriendo de casa.

Al abrir la puerta Mabel me vio y sujetó de los hombros, estaba sudando y la respiración la traía agitada, sus manos temblaban y los ojos los tenía llorosos.

–Ford viene, él sabe lo de Bill, sus radares lo descubrieron, ¡Ahora si lo va a matar!

Mi corazón se detuvo. Aparté a Mabel y corrí al bosque. Tenía miedo, sabía que ya lo había perdido varias veces, sentía que ya había perdido demasiado. No quería que él se fuera.

Mientras más me adentraba en el bosque más cerca estaba de él. Lo sentía.

Finalmente lo vi, en una zona con pocos árboles, sudando. Su cabello rubio estaba revuelto, los tatuajes en su cuerpo estaban bastante marcados y los ojos esmeralda brillaban. Sus colmillos estaban grandes he incluso tenía garras.

Sentí escalofríos al verlo. Sobre uno de sus ojos había una pequeña y delgada luz amarillenta en forma triangular.

–Es la trascendencia– escuché una voz susurrar a mis espaldas

Lirio estaba asustada, lo veía en su mirada. Era raro, a ella nada le daba miedo.

–¿Que rayos estuvieron haciendo anoche? La cabaña estaba como loca, todos los sensores se activaron y a media noche hubo un desprendimiento de energía. Ford solo necesitó eso para saber que Bill era el demonio del cuál provenía tanta energía.

Se veía algo molesta al decir aquello. Me miró y terminé clavado en sus ojos como la noche unos instantes.

–Apestas a él

Con una mirada ella supo todo. Porque así era ella, una mirada le revelaba toda la verdad.

Iba a hablar pero el sonido de un disparo me sorprendió, regresé la mirada a Bill y noté que se adentraba más al bosque.

–Tengo que ayudarlo, tienes que ayudarme– supliqué con el corazón a punto de romperse

–Lo siento– respondió ella con tristeza– Se lo prometí

Agarró mi mano y tiró de ella. Trataba de alejarme. Note la desesperada forma en que trataba de llevarme con ella, cuando se detuvo en seco y volteo levemente en mi dirección supe que trataría de cargarme o tal vez me noquearía para poder apartarme. Estaba tan asustado que hice algo que nunca antes habría sido capaz de hacer.

Le di una patada en el estómago y salí corriendo a por el demonio.

...

Escuchaba las pisadas de mis tíos cercanas a las mías. La voz de Ford me alertaba que estaba armado.
Corrí lo más rápido que pude tratando de llegar primero al rubio, el sudor corría por mi frente y los pulmones iban a explotarme, pero llegué a él.

NO ME DEBO ENAMORAR (Billdip)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora