Mientras el reloj marcaba el paso del tiempo con un suave tik tok, Dipper se agitaba inquieto en una de las sillas de la cocina. Estaba visiblemente ansioso y un tanto desesperado, aunque no lograba comprender del todo el por qué.Un par de horas atrás, se había topado con un joven algo peculiar, al cual le ofreció a asilo a cambio de compartir los gastos del hogar que pudieran surgir. El problema estaba en el nombre del chico, que sin duda había revivido memorias que estaban empezando a desvanecerse en la mente de Dipper. Estaba seguro de haber escuchado que aquel muchacho se llamaba Bill. Aunque en realidad eso no significaba gran cosa, la presencia de este extraño chico, que nunca antes había visto, y la inesperada ruptura de la estatua del demonio, le hacían imaginar que era algo más que una simple coincidencia. Sin embargo, trató de apartar esos pensamientos y convencerse de que todo era simplemente producto de su nerviosismo.
Decidió tomar un respiro y salir a abastecerse. En el supermercado decidió comprar provisiones para un mes, ya que Mabel vendría de visita en las vacaciones que parecían estar más cerca de lo que realmente estaban. Ella se quedaría con él durante el verano y luego regresaría a la universidad. Dipper se preguntaba si había sido una buena idea aceptar a un chico que no conocía, especialmente cuando su hermana estaría de visita en tan poco tiempo. ¿Era seguro para ella? Tras organizar la despensa en casa, se dejó caer en el sofá y encendió la televisión, aunque en realidad no prestaba mucha atención al programa. Su mente divagaba mientras mordisqueaba sus uñas, reflexionando sobre lo que podría haber causado la ruptura de la estatua. Un par de golpes en la puerta lo sacaron de su ensimismamiento.
Se levantó y se dirigió a la puerta. La luna iluminaba el cielo y un millón de estrellas le indicaron que había perdido la noción del tiempo. Una sonrisa coqueta lo recibió junto a una mirada alegre. El rubio llevaba una bolsa de compras en una mano y una maleta de equipaje roja en la otra, depositándolas ambas en el suelo antes de saludar.
-Hola, niño -se presentó, extendiendo una mano-. Así que esta es tu casa.
Dipper correspondió al saludo con una sonrisa.
-Me alegra que no te hayas perdido. En efecto, esta es mi casa.
-Casi me pierdo. Todos los árboles parecen iguales cuando caminas cerca del borde del bosque -dijo mientras ofrecía la bolsa de compras a Dipper-. Toma, esto es para ti.
-Gracias. No hacía falta que me dieras algo.
-No es de mi parte. Te lo envió una chica asiática. Cuando me perdí, ella estaba cerca de aquí. Creo que estaba regresando a su casa, así que me dio indicaciones y me pidió que te diera esto.
Ambos entraron a la cocina para revisar el contenido de la bolsa. El rubio se sentó en la primera silla que vio y apoyó su maleta a un lado. En la bolsa encontraron una nota:
"Mabel me pidió que te enviara estas frutas. Dijo que si no te las habías terminado cuando viniera al pueblo, se encargaría de ti. P.D: ¡Que las disfrutes! Son de mi propia cosecha. Candy"
Dipper comenzó a reír ante la exageración de su gemela. La nostalgia lo invadió por un momento, retrocediendo al momento en que encontraron el tercer diario. A pesar de las advertencias sobre no confiar en nadie, los gemelos habían aprendido que la confianza ayudaba a resolver los problemas más rápido. Dirigió una mirada al otro chico y suspiró, seguramente solo había estado imaginando escenarios innecesariamente complejos, y este agradable muchacho no era ni la mitad de peligroso de lo que había estado pensando. No le vendría mal confiar en un posible nuevo amigo.
-Y... ¿Dónde voy a dormir? -dijo el rubio algo incómodo por la mirada de Dipper sobre él.
-¡Cierto! Lo siento, me distraje -sacudió levemente su cabeza antes de pedirle que lo acompañara a los cuartos, tomando su mano y halándolo en su dirección-. Ven, es por aquí.
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NO ME DEBO ENAMORAR (Billdip)
FanfictionHan pasado casi 6 años desde el raromagedon y Dipper se ha decidido por iniciar su vida en Gravity Falls mientras piensa que será de su futuro. Una decisión muy difícil para un joven brillante, la llegada de su nuevo compañero de casa no le sera...