Pasado

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Narra Dipper~

Las semanas pasan a prisa. La primavera nos recibe con flores de vivos colores y una calidez que resulta abrumadora, han pasado algunos meses de la trascendencia de Bill, he hablado con su hermano casi todos los días, Will dice que la transformación puede durar tanto una semana como una vida entera.

Me preocupa que se quede así para siempre. Sus cambios de humor se hacen cada vez más presentes y los ataques de ira son los peores, pues pierde un control absoluto de todo.
Lirio dice que en realidad no es un problema, o un verdadero descontrol, ella dice que es miedo; miedo a perderme de nuevo. Sigo sin entender a que se refiere con "de nuevo"

...

Mabel estaba en la sala, haciendo una videollamada con su novio, que volvió al instituto hace poco más de un mes; se ve sumamente alegre al hablar con él. Parece que su rabieta por no decirle lo de Bill ha pasado, ya habla con él y con la pelirroja, se ve más calmada en su presencia y me ayuda a mantener ocultos algunos secretos de ambos demonios.

El trabajo con McGucket igual a reanudado, las compañías son difíciles de manejar y el hecho de que mi jefe ahora se dedique ha hacer patentes y atracciones, en vez de disfrutar del dinero que va ganando, es un tanto chocante, aunque igual entiendo su constante deseo de hacer más y más robots. Ahora trabajamos en un pie grande animatronico para un museo de rarezas.
Gideon y Pacífica han viajado bastante, últimamente pasan demasiado tiempo por mi casa, no sé que mosco les ha picado pero me estresa que puedan comenzar a sospechar algo.

–Dipper ¿vas a ir?– repite Lirio cerca de mi oído causando un escalofrío

–¡Perdón! – me incomodo –No, creo que quiero quedarme

–Si tu lo dices– comenta –Mabel quiere venir, al parecer quiere saber como es su versión de Reverse Falls, aunque no creo que se lleven bien... Probablemente volvamos con William

–Bien, espero que Bill esté tranquilo allí

–Yo igual

Al cabo de unas horas abrieron un portal a Reverse Falls y se marcharon. Hace unos días Bill había recibido una carta de su hermano diciendo que se estaba sintiendo muy enfermo y necesitaba de su ayuda para terminar algo importante. El rubio se veía indeciso de ir pero al final optó por darle una visita a su hermanito.

Cuando caí en cuenta de que estaba solo me sentí abandonado, aunque fui yo quien decidió quedarse, pero la casa estaba muy silenciosa sin nadie alrededor que me estuviera molestando a cada segundo.
Respiré hondo y seguí con mis obligaciones diarias. Ordené la casa y vigilé que Pato no se comiera mis hortalizas.
Entré en la habitación de mi hermana; recogí algunas prendas tiradas, acomodé la cama y limpié los trozos de frituras, caramelos y migas de pan que había en el suelo.
Abrí la puerta del cuarto de Lirio y me sorprendí con semejante desorden, tardé una hora en arreglar su desastre.

Mi habitación no estaba tan sucia; no es que fuese un maníaco de la limpieza, pero trataba de mantener limpio el lugar que compartía con el demonio. Levanté una camiseta suya y aspiré con fuerza su aroma. Debía parecer un acosador o demente en ese momento.
Miré en el espejo del baño mi cara roja, de inmediato me eché agua fría para bajar el rubor.

–Idiota– susurré para mí mismo

Recordaba las miles de veces que Bill me había besado en el tiempo que llevábamos de novios, recordé nuestros roces, los placeres cuando trataba de poseerme, su aroma cuando acercaba su boca a mi cuello para lamerlo, ese aroma tan dulce como dominante. Pensé en la manera en que me acariciaba y causaba que parte de mi cordura desapareciera, la forma en que me hacía desearlo a tal grado de querer arrancarle la ropa y pedirle que me hiciera suyo.

NO ME DEBO ENAMORAR (Billdip)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora