Ojos Azules👀💙

Nunca vuelvas a besarlo

Capítulo 10:

Dylan estaba sobre el chico moliendo su rostro a golpes, el chico respondió varios golpes pero Dylan esquivaba la mayoría. Me quede paralizada mientras que la sangre salía de ambos, no sabía de quién de los dos era y no podía moverme. Mi mente le ordenaba a mis pies moverse pero no respondían, Jeff llego al círculo de personas que se había formado a nuestro alrededor, tomó a Dylan de la playera y lo empujó hacía atrás, su ojo estaba morado y su labio partido. La sangre caía de él y eso me hizo volver en sí, fui hacía él y le ayude a levantarse, tomo mi mano y me saco del club a rastras. Los gritos de Ashley no lo detuvieron. Salimos del club y el frío azotó contra mis piernas, saco de sus bolsillos unas llaves y camino hacía su moto que estaba al final del estacionamiento. Me subí al asiento y no dije nada más, puse mis manos sobre él y un gemido de dolor salió de sus labios, lo solté de inmediato pero tomó mis manos y las volvió a poner dónde estaban. Mi estómago al sentir su cuerpo con el mío, sentía lo mismo porque sus abdominales estuvieron tensos todo el camino. Bajo de la moto y me ayudo a bajar de igual manera, tomo mi mano y me llevó a la casa. La casa estaba oscura y silenciosa, él estaba exactamente igual.
—¿Dónde tienen...?
—En la segunda puerta del baño. Su mirada estaba directa al suelo y su voz estaba apagada como ningún día. Subí las escaleras de dos en dos y saque del gabinete una caja con algodones y medicamentos, me recargue en el lavamanos y deje caer mi cabeza hacía atrás. Inhala, exhala, inhala, exhala, inhala y exhala. Tengo que soportar estar junto a él, tengo que aguantar las ganas de besarlo, tengo que reprimir lo que siento por él. Baje y estaba sobre el sillón con la cara entre las manos. Me acerque a él y las quite, tome un algodón y lo moje en alcohol, lo puse sobre su labio y pómulo, limpie las heridas mientras estudiaba mi rostro. Sus ojos nunca dejaron mi rostro y la sensación pulsátil se hizo presente al segundo.
—¿Por qué lo hiciste? Tomo mi mano y la alejo de su rostro. Permanecí en silencio mientras humedecía de nuevo el algodón.
—¿Por qué jodidos besaste a ese imbécil? Tomo el algodón y lo lanzó hacía el rincón de la sala. Termine, estaba a punto de llorar y no me lo iba a permitir, me levante y tome la caja del sillón y guarde las cosas. Me jalo del brazo y caí sobre a él.
—Nunca joder, nunca vuelvas a besarlo ¿entiendes? ¿entiendes?
Su respiración estaba en mi rostro y sus ojos estaban furiosos, trate de safarme de su agarre pero me acercó a él mucho más. Sus labios se impactaron de lleno con los míos y comenzó a besarme con fuerza, sus manos se situaron en mis caderas y por instinto comencé a moverme en su ragazo. Soltó un gemido y eso hizo más fuerte el dolor entre mis piernas, bajo sus manos hacía mi trasero y ahí las mantuvo hasta que rompimos con el beso. Se había rendido y podía sentirlo. Saque su playera por la cabeza y comencé a besarlo de nuevo y nada importaba. Sólo quería sentirlo así, quería que me amara de la misma forma que yo lo amaba. Nos besamos hasta que mis labios estaban dormidos, sus manos comenzaron a subir por mis muslos y lo levantó hasta las caderas y lo saque por mi cabeza. Sus ojos se abrieron como platos y comenzó a besarme de nuevo, sus manos estaban sobre mi espalda buscando el broche de mi sujetador. Sus labios comenzaron a besar mi barbilla y dejó un camino de besos hacía mi cuello, el broche se abrió y sus labios besaron mis pechos. Sentía que iba morir en el momento que sus labios tomaron mi pezón y comezo a chuparlo con fuerza, el dolor entre mis piernas me estaba matando y lo único que pude hacer fue jalar su cabello, su gemido hizo vibrar mi piel y me abrazo. Sus brazos me cubrieron y no podía pedir más, estaba tan feliz que el corazón me latía tan fuerte que chocaba contra mis costillas, las lágrimas se acumularon en mis ojos y se derramaron.
—¿Qué tienes nena? Es por... Se levantó y comenzó a caminar por toda la sala. —Perdón, perdón perdí la cabeza, perdón.
Su rostro estaba angustiado y sus ojos apuntó de llorar, camine hacía él y lo bese, lo bese con todo lo que sentía por él, un beso lleno de amor y sentimiento. Los pedazos de mi alma se unieron y rogué a dios porque no los destruyera de nuevo. —