Shawn Mendes

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En cuanto le observo dormida contra mi pecho y entre mis brazos desnudos, con los labios completamente sellados, el cabello sobre el rostro y con las mejillas rojizas, a causa del calor humano que mi cuerpo emana hacía al suyo por el acogedor abrazo en el que estamos fundidos, recuerdo con pesar en el pecho cómo ella lloraba como una pequeña niña indefensa, con demasiado dolor recargado sobre su espalda y sin poder quitárselo de encima, en la esquina de la habitación y con los brazos alrededor de sus piernas y la cabeza entre las rodillas, escondiéndose de su propio temor y pesadillas constantes.

Le demostré y le expresé que no me sentía asqueado por su cuerpo. Se lo repetí mil veces para que supiera que el hecho de que su curvoso y hermoso cuerpo había sido tocado por otras sucias manos y contra su propia voluntad, mi tacto jamás sería idéntico a ése. De ningún modo se podría comparar el placer que le brindare con mi suave tacto a que con uno violento y forzado, sin cariño o afecto.

Todos los días que despierto a su lado le recuerdo lo valiosa que ella es. Porque ella es un tesoro exorbitante que todos desean obtener pero al final del día son mis labios lo que tocan los suyos con alegría y ansia, y soy yo el que la estrecha entre mis brazos para que duerma en ellos.

Como decía, cada mañana me encargo de besarle la mejilla y la coronilla de la cabeza observándole durante unos minutos, admirándola y adorándola todo el tiempo que se me de posible.

Pese a que no escuchará lo que tengo para decir hoy -tal como los días anteriores- se lo diré y con el corazón latiendo a mil.

—Conny —suspire. Colocándome en una posición cómoda, continúo: —Eres la mujer más testaruda y obstinada que he conocido. No obstante, por otro lado eres la mujer más dulce, cariñosa, gentil, encantadora, preciosa... En fin, podría enunciar mil y un cosas que me fascinan sobre ti, pero temo no acabar nunca —una carcajada nerviosa trepa por las paredes de mi garganta y sale por mi boca en cuanto finalizo lo que estaba diciendo —Lo más importante es que eres una mujer fuerte y audaz, capaz de sobrepasar cualquier obstáculo que se presente. Me sorprende cómo puedes sobrellevar contigo terribles memorias, recuerdos, sucesos y un sinfín de cosas que no todas pueden digerir y tolerar a tal grado —le acaricio la mejilla que tiene un color rojizo casi imperceptible a simple vista. Detengo el pulgar en su pómulo y sin si quiera tenerlo pensado, unas ganas inevitables de besarla entraron en mi sistema. —Me encanta tu actitud serena ante hechos que suceden. Tu compostura de tranquilidad es algo que me apasiona observar —saco el brazo por  debajo del costado lateral de su cuerpo con sumo cuidado para no despestarle de su sueño profundo y coloco mi codo sobre la almohada hundiendo la zona instantáneamente —Como persona y mujer eres admirable —confieso. —Más de lo que quieres creer, mi vida —reitero. Mis ojos caen sobre sus párpados levemente cerrados y observo como sus largas pestañas rozan con suavidad sus pómulos, haciéndola lucie angelical. —¿Sabes? Puede que ahora mismo no tengas los ojos abiertos, pero debajo de esos párpados cerrados se esconden unos orbes preciosos que podría observar las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana, y no sabría como detenerme, porque estaría atrapado en tu espléndida mirada. —algunas hebras de su cabello caen por los laterales de su rostro y sus labiod entre abiertos la hacen lucir aún más adorable que antes. Una súbita sonrisa se dibuja en mis labios mientras la observo con atención quitándole los molestos mechones que no me dejan apreciarla en su totalidad. 'Es una obra maestra' Pienso con las comisuras aún curvadas hacía arriba. —Eres mi mundo y también el sol que ilumina mis días. Eres el delicioso dulce que amo probar cada noche y día. Eres la mujer de mi vida y eso no cambiará nunca por más que quieras intentarlo porque, maldita sea, yo te amo.

Finalizo depositando un cálido y suave beso sobre sus labios e instantáneamente abre los ojos despertándose.

—Buenos días, mi amor —dice tomándome por las mejillas y besando la punta de mi nariz. Ella se da cuenta de que estoy despierto de hace un rato y preguntó con una sonrisa simple en los labios: —¿Cómo estás, cielo? —su apodo dirigido a mí logra avivar un poco más mi corazón y ahora sí que puedo oírle palpitar con alegría y bombear sangre rápidamente.

Una sonrisa se apoderó de mis labios una vez más y mis facciones se movieron acompañando la gesticulación.

—Agradecido de despertar otra mañana a tu lado, cariño.

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éste one shoot va dedicado a _irwinwhore_ ♡, espero que te haya gustado

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One Shots {2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora