Cameron Dallas

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N/A: No olviden comentar y votar los capítulos 🖤

—Muñeca —susurra Cameron apegándose a mi cuello—... estás que ardes.

Tiemblo bajo su mirada y caricias suaves y él me besa el mentón. Se echa para atrás acomodándose entre mis piernas y me doy el tiempo de contemplar su, envuelta en unos simples pantalones cortos, anatomía caucásica esculpida por los artistas más fantásticos del mundo, qué digo, del universo entero.

—Tú no quedas atrás —digo con una sonrisa al verlo estrecharse en mi pecho—. Es decir, te arde la espalda... creo que estuviste mucho tiempo bajo el sol.

Sostengo su rostro entre mis manos y deslizándome en sus brazos, nos tumbamos en la cama.

—¿Quieres seguir haciéndolo?

—No, ya estoy cansada —me acomodé bajo su brazo—. Tanto cortar esa bendita madera me tiene cansada. Creo que tomaré una ducha —agrego e irguiéndome deshago su abrazo para ponerme de pie.

Cameron gime y formando un puchero, me toma de la mano y me atrae hacia él, no permitiendo que me aleje.

—¿Qué haces, cariño? —cuestiono sonriéndole divertida.

—No te vayas, quédate conmigo. —se queja, apretujándome contra él y enredando sus piernas con las mías—. ¿Qué tal si mejor nos recostamos y te hago cariño hasta que te duermas? Así como te gusta, bombón —insiste.

Reprimo una sonrisa sintiendo mi corazón dispararse como loco.

—Suena tentador —Cierto, cada palabra suena tan bien en mi cabeza y las imágenes que proporciona mi mente me hacen querer descansar en el pecho de Cameron y fundirme en sus caricias—... pero estoy sudorosa y apesto, bañarme es todo lo que necesito ahora.

Su agarre se afloja, deposito un beso en su frente y camino en dirección al baño.

Al terminar de aplicar y enjuagar el champú de mi cabello, cierro el grifo y el agua que minutos atrás resbalaba por mi espalda cesa.

—Diablos —maldigo en voz baja mientras me aferro a la cortina de baño—. ¡Cameron, ¿me podrías traer una toalla?!

Unos segundos más tarde, Cameron se abre paso en el pequeño cuarto y dirige una toalla hacia mí.

—Pensar tanto en mí te causa estragos, olvidas hasta cosas mínimas porque soy el centro de tu mente —dice él cuando intento arrebatarle la toalla de las manos y retrocede.

Cameron sonríe, sintiéndose claramente halagado.

—No te hagas ilusiones, Cameron —reprocho—. Dámela ya, ¡me estoy congelando!

Él suelta una risilla pícara y entorna los ojos en mi dirección, una expresión coqueta trazándose en su fina fisonomía.

—Entonces, déjame calentarte.

Mis mejillas no tardan en arder y a su vez, aquel ardor se transporta a través de mi cuerpo, deslizándose en lugares y cavidades que me hacen desear tener a Cameron más próximo a mí.

—¿Hay suficiente espacio allí para mí? —pregunta dejando caer la toalla al suelo.

Suelto la cortina de baño y mi cuerpo no tarda en vislumbrarse ante sus ojos.

—No lo sé. ¿Por qué no entras y lo compruebas?

Eso bastó para darle iniciativa. Cameron se deshace de la única prenda que lo cubre y en un santiamén, los dos nos hallamos a centímetros, nuestras anatomías desnudas creando un espacio inexistente, mi mojado cuerpo humedeciendo el suyo.

—Eres todo lo que siempre deseé —me recuerda mientras acaricia mis costados con ambas manos.

Cameron frota la piel de su pelvis contra la mía con movimientos suaves e hipnotizantes, deliciosos y atrayentes.

—Detente —le digo—. No si después no harás nada después —Me aparto de un tirón y hago el amago de salirme de la ducha.

Me toma de la cintura, su brazo deslizándose y posándose en mi cadera.

—Me estás subestimando. ¿Quién ha dicho que no te haré nada? —sonríe pícaro y seguidamente, apoyando mi espalda en su mano izquierda, me besa—. Estás preciosa, mi amor —nuestras narices se topan y atraigo sus labios a los míos.

Él me envuelve entre sus brazos, la mano izquierda sosteniéndome por la espalda baja y la mano derecha sujetando mi nuca junto con mi cabello, en el que anteriormente había procedido a enredar sus dedos.

—Así que ya estabas preparado —comento al verlo estirarse hacia fuera y tomar un preservativo que se encuentra sobre el mesón del lavamanos.

No emite respuesta. Asumo que está demasiado concentrado para responderme o siquiera contestarme.

—Bebé, ¿recuerdas la última vez que lo hicimos en una ducha? —pregunta, separándose unos centímetros y así acomodarse.

—Cómo no —me rio sintiendo las mejillas acaloradas mientras observo a Cameron besar mi cuello y pecho, hasta llegar a esa parte que dispara mi juicio a la mierda.

Él continúa estimulando cuando de una estocada, se introduce en mí. Nunca antes habíamos practicado esta posición: Cameron apoyando mi espalda en la pared y dejando que yo enrolle mis piernas alrededor de sus caderas; jamás le había permitido tanto acceso como ahora.

—¡Cielos! —echo mi cabeza en su hombro y siento que en cualquier segundo explotaré de tanto placer que Cameron produce con ese ligero pero vertiginoso vaivén que domina tan bien.

Clavo las uñas en su espalda y un ronco gemido, con el cual quedo más que extasiada, se le escapa; sus labios rodean esa sensible zona que me hace delirar y sin avisar, me vengo junto a él.

—Vaya —resoplo recuperando el aliento—. Eso estuvo increíble —hago una pausa para contemplar su enarbolado rostro y luego fijamente a el par de brillantes ojos que me siguen la mirada—. Creo que estoy un poco sucia, ¿me ayudas a limpiarme?

Él sonríe.

—Con gusto.

éste one shoot va dedicado a X-FallenAngel-X, espero que te haya gustado

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One Shots {2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora