POCHÉ POV
Ya no sabía que más esperar de la vida, ya no tenía ganas de vivir, lo único que tenía era a mí papá y a mi hermanita Vale. Triste.
Me llamo María José Garzón pero me conocen por Poché, tengo 17 años, vivo con mi papá y mi hermana de 11 años, Valentina, mi razón de vivir, es lo único que me queda que me recuerda a mi mamá. Vivo en Miami y estoy en mi último año del Instituto.
No nací exactamente en los Estados Unidos, en realidad nací en Colombia, pero desde que tenía 3 años vivo aquí, en Miami, no me quejo, es un lugar muy bonito.
Hoy es el primer día en el Instituto, genial ¿no? Bueno no espero estar tan emocionada después de ser acosada literalmente por casi todo el Instituto y solo tener dos amigos varones, Alejo y Johann no digo que esté mal, solo que no me haría daño un poco de compañía alguna amiga, ellos dos han sido los únicos que han estado para mí y se los agradezco inmensamente, son como mis hermanos.
-Poché, levantate, por favor qué vas a llegar tarde- escuche a mi papá gritar desde la planta de abajo. Bueno creo que es hora de levantarme. Tomé una ducha rápida me cambie con mis pantalones estilo militar, una polera negra básica y mis vans negros, planche un poco mi cabello de muchos colores y me puse un poco de maquillaje, algo sencillo pero debo admitir que me miraba bien, o eso creía.
Baje corriendo las escaleras y debido a mi torpeza fui a dar directo al suelo, mi hermana se empezó a reír muy fuerte debido a mi caída, -¿De que te ríes pequeña mocosa?- le dije tiernamente -De nada Poché- trato de ocultar una risilla pero al final termino siendo una carcajada y era tan contagiosa que me le uní. Desayune algo rápido y me dispuse a ir, prefería ir caminando, era un buen ejercicio y podía aclarar mi mente, de todas formas no queda tan lejos el instituto, son solo unas cuadras. Cuándo llegué, pude ver a Alejo y a Johann parados en la entrada y estaba muy ansiosa de verlos, llevaba tres meses sin tener ningún tipo de contacto con ellos, en serio los extrañaba, cuándo estuve más cerca corrí para abrazarlos a ambos.
-Hey Poché, cuánta energía en un cuerpo tan pequeño- me guiño el ojo Johann, la verdad es que él desde el primer día había dado señales de que estaba enamorado de mí y ya me lo había dicho pero yo no siento nada más que apreció por él, -Hey enana, te extrañamos- dijo Alejo alborotando mi cabello, -¡Oye! No sabes lo que me cuesta ponerme así de linda en las mañanas como para que lo arruines tan temprano- le reclame a lo que Alejo sólo se encogió de hombros y se burló de mí pero le pegué de broma en el brazo, -Ouch, pequeño demonio- ellos siempre se burlaban de mi tan baja estatura, está bien no puedo decir que soy tan alta pero vamos, tampoco soy un maldito pitufo.La directora Collins nos dio una bienvenida que sinceramente no presté atención por estar bromeando con Johann y Alejo, a ellos a veces se les olvidaba que yo era una chica y eso me molestaba pero siempre lo dejaba pasar, nunca me importo mucho como para reclamarles.
Poco después que la directora terminara todos fuimos a nuestros salones, desgraciadamente no me tocó ninguna clase con Johann y Alejo, creo que me tocaría estar sola el resto del año, cuanta emoción, nótese mi sarcasmo. Entré al salón y pude ver un asiento disponible en la última fila del salon, agradecí internamente porque ese siempre había sido el sitio que siempre ocupaba, al fondo y con vista a la ventana, ya casi todos estaban llegando y solo pude ver a un par de caras conocidas, nada nuevo, aún. Entró la maestra Paula Galindo y se presentó-Buenos días jóvenes, espero que hayan tenido unas grandes vacaciones y vengan con ganas de aprender y de dar todo de sí, soy su nueva maestra durante el resto del año, Paula Galindo, pero pueden llamarme profe. Paula o como deseen, espero llevarme bien con ustedes y que cada duda que tengan puedan tener la confianza de venir conmigo. Bueno sin nada más que agregar vamos a empezar a conocernos un poco, así que quiero que por filas cada uno de ustedes se levante, diga su nombre y cuantos años tiene, empecemos.- me pareció bastante agradable, creo que es la profesora más joven y simpática de este viejo instituto, creo que todos los chicos están babeando por ella, pero es que a decir verdad ella era realmente hermosa.
Ya casi la mitad de estudiantes se habían presentado cuándo alguien tocó la puerta y entró. Juro no haber visto a nadie más hermoso que ella. Tenía el cabello ondulado hasta los hombros y era como rubio de las puntas y café de arriba, su cara perfectamente formada me atrevo a decir que esculpida por los mismos dioses, esa nariz tan bien formada, sus ojos, esos malditos ojos color café tan cautivadores se puede decir que con una historia que me gustaría escuchar toda la vida, sus labios, tan rosaditos y carnosos, apetecibles diría yo, sus curvas tan bien formadas y para terminar sus piernas, está chica era hermosa, puedo decir que la palabra que describe a está chica es perfecta. Nunca había visto a alguien así, creo que me perdí en la manera que hablaba porque sabía que estaba hablando pero no podía escuchar nada, todo se detuvo en el momento. Ella entró y creo que el único asiento disponible era al par mío, en serio que agradecí al que estaba encargado de poner a está chica al par mío para poder verla más de cerca. Alto, tuve que detener mis pensamientos ahí, a mí nunca me había gustado una chica y no estoy insinuando que me gusta está pero se que la palabra "heterosexual" nunca había sido una palabra que me definía pero nunca había sentido algo por una chica ni por un chico. Pero esta chica de aquí sacudió todo mi ser en menos de 5 segundos, ella es hermosa, simplemente le pagaría por que me dejará verla todos los días. Mejor paro mis pensamientos antes de que me confunda más de lo que ya estoy.
-Señorita, por favor podría presentarse ante la clase- dijo la profesora, -Buenos días, me llamo Daniela Calle, tengo 17 años y soy nueva en éste instituto- maldición hasta su voz es perfecta y ni hablar de su nombre Daniela Calle creo que ese nombre va a estar clavado en mi mente por mucho tiempo.La campana sonó, eso significaba que por fin podía contarle a mi mejor amigo Alejo acerca de éste raro sentimiento o interés a está chica nueva, lo vi viniendo hacía mi y me acerque más para que fuéramos por algo de comida. Elegimos un sándwich de pollo y un refresco de Cola. -Oye, ¿alguien nuevo en tu salón de clases?- preguntó con curiosidad Alejo y solo se me vinieron a la mente ese par de ojos chocolate que invadió por completo mi ser, -Hey, Poché, ¿estás ahí?- me llamo para que prestará atención, -Ehh sí, sí, aquí estoy, solo estaba pensando en otra cosa. Y sí, sí, hay una niña nueva en mi salón se llama Daniela- dije y creo que mis mejillas tomaron un leve color carmesí por suerte Alejo no noto nada.
El día transcurrió muy aburrido. No vi a la chica de ojitos cafés en todo el día y ya habían tocado la última campana, ya era hora de irnos, empaque mis cosas y me fui directamente para mi casa.
Cuándo ya estaba fuera pude notar que estaba el auto de mi papa, fue muy raro, el no llega hasta las 6:00 y apenas son las 2:00 de la tarde. Extraño. Cuándo entre no pude creer la escena que estaba viendo, mi papá pegándole sin control a mi hermana, ella estaba en el piso sin ningún movimiento, probablemente inconsciente, nunca había sentido tanto pánico y corrí para separarlo pero solo gane un golpe en mi pómulo derecho pero no iba a dejar que golpeara a Vale de esa manera, agarre un sombrilla y le pegué hasta que se calló, desde lejos se podía notar que estaba bajo sustancias alcohólicas y quién sabe que más. Llamé a la policía y a los paramédicos para que atendieran a Valentina. Yo estaba llorando desconsoladamente, está era una situación fuera de mis manos, no se que harían con nosotras pero no me importaba, lo que único que me importaba ahorita era Valentina. -Por favor mi amor, recuperate pronto, ¿si? Luchare por nosotras, te amo Vale, se fuerte, aquí estaré- le susurre al oído y luego se la llevaron al hospital.
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En Tus Ojos (Caché)
RomanceEstoy perdidamente enamorada de esos ojos color chocolate. Tan profundos que solo me transmiten seguridad y amor. Estoy enamorada de la manera en que sus suaves labios se mueven o de la manera en que su cadera baila a un ritmo perfecto. Enamorada de...