POCHÉ POV
Sin duda alguna he tenido mis momentos malos, y entre todos ellos este ha sido de los peores. Jamás me había sentido tan mal, tan abajo. Este era de esos momentos en lo que ya no sabes que hacer, ni para dónde ir. Todo lo que más amaba me quería como un secreto, como algo que esta mal.
Pero no me dejaría vencer por este sentimiento, tengo que salir adelante por mi.
Decidí tomarme un respiro y salir a pensar por mi propia cuenta, así que iría al parque que estaba cerca de mi casa y distraerme un poco, tal vez tomar algo y regresar a casa.
Tome un suéter, me puse mis tenis y salí de mi casa.
Encontré una banca abajo de un árbol y me senté ahí, cuando menos espere empezaron a caer todos los recuerdos con Calle. Pedazo a pedazo mi corazón se iba quebrando. Estaría mintiendo si digo que no disfruté cada momento con ella, pero me dolía ver que era tan difícil para ella aceptarse, me confundía. Quería ser libre pero con ella, quería que todo saliera bien entre nosotras, pero se nos vino abajo todo.
Ella era lo mejor de mi vida, lo único que me hacía feliz desde la muerte de mi mamá, dolía y mucho. Esperaba mejores cosas para nuestra... Lo que sea que somos, o fuimos.
Juro por todo lo que quiero en esta vida que la amo con todas mis fuerzas, con cada cosa que tengo, con cada cosa que hago se lo demuestro, pero me hiere mucho esta situación, no creo soportarla más, yo merezco algo mejor que esto.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte golpe en mi cabeza, al instante levanté mi cabeza y pude ver quien fue el causante de ese dolor punzante de mi cabeza, vi a una chica totalmente hermosa.
Su pelo era corto y ondulado, tenía unos rasgos bien marcados, una sonrisa con unos dientes totalmente blancos y muy bien alineados, su nariz perfecta y unos labios ni tan grandes ni tan pequeños, muy bien proporcionados. Pero lo que más me sorprendió fueron sus ojos, entre verdes y grises. Esta chica era hermosa y no había porque ocultarlo.
–¿Terminaste de escanearme?– dijo ella, tan seria que sentí que estaba sonrojandome tan fuerte.
–No te estaba escaneando– dije yo esperando a que ella me creyera, pero a ver, cualquiera estuviera escaneando a esta mujer. –Por cierto juega con más cuidado a la próxima, me golpeaste– dije yo acordandome que esta chica me golpeó duro en la cabeza con su estúpida pelota.
–Oye, en mi defensa, tu te atravesaste enfrente de mi pelota, ella estaba recorriendo el parque muy tranquila hasta que una chiquita de pelo azul se interpuso en su camino ¿verdad?– dijo ella preguntándole en serio a su pelota. Yo la quedé viendo con los ojos entrecerrados, no podía creer que esta chica estuviera hablando en serio después de casi dejarme sin cabeza. Estúpida.
–Estaba bromeando– dijo ella con una sonrisa –Me llamo Alanna– me tendió una mano como saludo.
–Soy Poché–dije yo respondiendo a su saludo.
–Pues para recompensa del golpe de tu cabeza estaba pensando que si quieres ir a tomar algo conmigo. Si no tienes ningún compromiso, claro– dijo ella con una gran sonrisa, lo cual no negué, me haría bien algo de compañia.
Salimos del parque y fuimos a un café de ahí cerca. Pedimos lo que nos íbamos a tomar y nos sentamos en la terraza del lugar a petición de ella.
–No quiero sonar metida o algo por el estilo, pero te ví algo mal en el parque, ¿pasa algo?– dijo revolviendo su bebida.
–Están pasando muchas cosas pero me gustaría no hablar de eso ahorita– ella asintió y muy tranquilamente cambió de tema. Empezamos a hablar de las cosas que nos gustaba hacer, de cosas tan simples y vanas pero poco a poco pude ver que ella y yo teníamos bastante en común y me agradaba bastante estar con ella, me gustó mucho ese tiempo. Me hacía reír mucho y fué la primera risa que tenía después de lo sucedido con Calle, pero no quería pensar mucho en ella, me gustaba la compañia de Alanna, era una chica encantadora.
Ella era un año mayor que yo, tenía 18 años, le gustaba mucho ese café, tiene un perro que ama mucho, vive con su abuela, tiene gustos musicales muy raros, y en comidas también, es abierta a comer y probar lo que sea que le pongan, toca la guitarra y el piano, es aficionada en la música, le gusta ir a cafés en donde toquen bandas nuevas y muy poco reconocidas. Le gusta leer mucho, es una chica inteligente. Le gustan las artes, quiere estudiar algo relacionado a eso, aún no lo sabe. Y lo más importante, comparte el mismo amor que yo por las mujeres.
–Me gustó mucho salir contigo– le dije mientras saliamos del lugar.
–¿A quién no?– dijo ella antes de soltar una pequeña risa en sus labios. –Estoy bromeando, a mi también pequeña Poché–
–Ya es algo tarde y creo que tengo que irme– dije viendo la hora de mi celular.
–Si, es tarde, yo también debería de irme– dijo ella. –Deberíamos salir otro día– agarro mi celular y anotó su número y me hizo una seña para que la llamara y se fué.
Estaba caminando para mi casa pensando en que no todo en la vida era tan malo, siempre habrán cosas o personas que te puedan subir el ánimo rápido, y me alegró tanto poder ver como las cosas cambian tan rápido.
La vida es una montaña rusa, aveces estamos tan pero tan arriba que no nos damos cuenta que vamos a caer. Nos aferramos a la idea de que todo está bien, y que todo estará bien, hasta que caes. Estar abajo no es del todo malo, también ayuda a darse cuenta de muchas cosas, lo importante es levantarse. Yo me tenía que levantar, y pronto, no quería estar mal por algo o alguien.
Tal vez es hora de enfocarme en otras cosas, pero cómo hacerlo si todo lo que tengo ahora en la cabeza es a Daniela Calle.
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En Tus Ojos (Caché)
RomanceEstoy perdidamente enamorada de esos ojos color chocolate. Tan profundos que solo me transmiten seguridad y amor. Estoy enamorada de la manera en que sus suaves labios se mueven o de la manera en que su cadera baila a un ritmo perfecto. Enamorada de...