Capítulo 2.

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Poché POV

Estaba muy asustada por Valentina y por lo que pasará con nosotras, somos menores de edad con un papá alcohólico, violento y sin control. Pero ahorita me tenía más preocupada por Vale, está en UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) desde ayer y ni siquiera ha despertado. -Vale, mi amor, por favor levantate, te necesito...- a éste punto estaba llorando desconsoladamente y tomando la mano de mi hermana. Ya no sabía que hacer. Ojalá me dejen quedarme en Miami con Vale, no me gustaría irme hasta el otro lado del país con mis abuelos, no, aquí es dónde crecí.

En mi tristeza me acordé de la hermosa chica de ayer y fue lo único que pudo sacarme una sonrisa en toda la noche, no sabía que me estaba pasando así que decidí ir a tomar aire fuera de este asqueroso hospital tome mi chaqueta y salí. Eran las 6:00 de la mañana y mi cabeza estaba saturada de pensamientos acerca de que va a ser de nosotras, ¿dónde pararemos? ¿me separaran de Vale? ¿Ya no la podré volver a ver? No se, esa era la única respuesta que tengo, ahogada en mis pensamientos vi a un perrito corriendo hacía mi y creo que es lo único después de Daniela que ha podido sacarme una sonrisa. Me puse de rodillas para poder acariciar al pug, era tan lindo y no me di cuenta a que horas unas curvas que ya se me hacían conocidas se posaron frente a mi y a medida que iba subiendo la cabeza totalmente embobada con esa figura que ya se me hacía conocida apareció esa sonrisa tan segura de si misma y esos ojos color café que han estado atrapados en mi cabeza estos días. -¡Oye¡ Ramón, un día de éstos me vas a matar de un susto, ven para acá- el pug muy obediente fue tras ella y me dedico una calida sonrisa yo se la devolví y juro que es la primera sonrisa sincera que he dado en días. No me di cuenta a que horas ella quedo tan cerca y me saludo, -Hey, oye ¿cómo te llamas?- me pregunto y me regaló una cálida sonrisita de lado, es tan tierna. -M-e mm.. Me llamo María José pero me... p...puedes decir Poché, ¿y tú?- estaba claramente nerviosa con la presencia de está chica. -Lindo nombre Poché, me llamo Daniela, pero me puedes decir Calle ¿Qué haces aquí tan temprano?- preguntó de repente -Salí a tomar aire ¿y tú?- muy bien Poché, es obvio que está paseando al perro me pegué una cachetada en mis adentros. -Paseando a éste travieso, ¿verdad que eres un travieso Ramón?- le hablaba a su perro como a un bebé me parecía extremadamente tierno y arrugo su nariz tan lindo. Sólo me reí de como le hablaba a su perro, -¿Te estas burlando de nosotros Poché?- hizo un puchero muy tierno, todo en esta niña me parecía tierno, -No, claro que no, solo me parece muy lindo que le hables así a tu perro- en serio no estoy pensando que estoy diciendo pero ella sonríe en todo momento
-Oye, Poché, creo que tu y tenemos una clase juntas ¿No?- si, se acordaba que compartíamos una clase -Claro, bueno creo que tenemos más- ella sonrió y miro su teléfono y abrió los ojos como platos y dijo -Poché, ya me tengo que ir, mis papás me esperan en mi casa, nos vemos en el Instituto. Di adiós Ramón- agarro la patita de Ramón e hizo un gesto cómo de despedida y se fue, creo que eso arreglo mi día de mierda, no ¿en que estoy pensando? No puedo sentir nada por una mujer y peor por Calle, todo es muy confuso.

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Ya llevaba tres días en el hospital y Vale por fín se levantó hoy en la mañana, estaba tan feliz por eso y ha estado todo el día hablando. Todavía tiene algunos rasguños en la cara y su muñeca tiene una venda que tendrá por unas semanas.

Ya nos habían dicho que harían con nosotras. Mi tía Anna nos vendrá a ver todas las tardes pero viviremos solas. Creo que hoy le darán de alta a Vale. -Hora de irnos a casa pequeña- le dije mientras metía mis libros a mi mochila y por fin salimos de ese lugar.

Cuándo llegamos a casa prepare algo para cenar y charlar un poco acerca de lo que había ocurrido y de cómo nos dimos cuenta que mi papá iba a estar en la cárcel unos años, claro que me ponía triste que el estuviera pasando por eso pero después de lo que le hizo a Vale creo que es lo mejor.

Terminamos de cenar y fui directamente para mí cuarto agarré mi computadora y mis audífonos y entré a la maravillosa red social llamada Tumblr, dónde nadie me juzgaba por mis palabras y a decir verdad podía ser quién de verdad era sin tener que fingir nada.

Estuve un rato más en tumblr y apague el computador. Me acosté y me puse cómoda para poder dormir ya qué tenía mucho sueño y el último pensamiento que se me vino a la mente fueron esos ojos. Era ella. Calle. 

En Tus Ojos (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora