Entré a la escuela y una gran oleada de aire deslizó mi cabello por mis hombros llevándolo detrás de los mismos. Todos voltearon a verme. Desde los de primer año, hasta los del último. Los chicos me lanzaban miradas coquetas y las chicas miradas llenas de odio y envidia.
Drew se interpusó en mi camino.
-Eastwood, ¿podrías dejar de llamar la atención de los chicos por favor? Gracias.- dijo Drew rodeándome los hombros con su brazo derecho.
-¿Por qué? ¿Acaso esos son celos?.- pregunté divertida.
Drew levantó su mano izquierda en el aire apuntándome y mientras un grupo de chicos que parecían ser de último curso, ya que llevaban una chaqueta universitaria, me miraban, comenzó a gritar como un loco.
-ELLA- me señaló desenfrenadamente- ¡ES MI NOVIA! EL PRÓXIMO QUE LA MIRE, TENDRÁ SERIOS PROBLEMAS.
-Drew, ¿qué estás haciendo?- pregunté confundida.
-Estoy dando un aviso. Y como el dicho dice "el que avisa no traiciona".
Se que sonará estúpido, pero me había gustado que Drew hubiera hecho eso. Me daba una sensación de seguridad y protección. Aunque sé que no es verdad.
Caminamos hasta mi primera clase, música.
Entramos a un gran auditorio. Debo decir que era incluso más lindo que el de mi anterior escuela. Sus paredes eran de madera, con unas tenues luces alumbrándolo. Sus asientos estaban cubiertos de un tapizado rojo. Había unos diez alumnos sentados en las tres primeras filas.
Nos acercamos lentamente, parece que Drew tenía la misma clase que yo. Oh no, ¿adivinen qué? Justin también se encontraba allí. Me senté en una de las últimas sillas de la tercer fila junto a Drew, Justin estaba dos asientos mas adelante que nosotros. Un grupo de chicas entró por la gran puerta chillando. Eran cinco. Tres de ellas rubias y altas. Otra pelirroja y también alta, y la última era morocha y de un par de centímetros menos que todas las demás. Faldas cortas, remeras pegadas a sus cuerpos, tacos altos y labial rojo. Lo que imaginé, huecas. Se acomodaron en la primera fila, al lado de tres chicos con chaquetas universitarias.
Un señor con al menos unos 60 años de edad entró por la puerta cerrándola detrás de él. Caminó por el largo pasillo bajando escalón por escalón hasta llegar a un piano en una esquina del gran escenario.
-Chicos, silencio.- dijo tranquilamente.
Todos se callaron enseguida.
-Bien, veamos- cogió unos papeles de su maletín y comenzó a revisarlos.- tenemos tres alumnos nuevos en esta clase- dijo finalmente.
Tres?... oh claro, Justin y Drew también son nuevos.
-Pasen de a uno al escenario por favor- pidió el profesor.
Drew se levantó de su asiento, mi guiñó el ojo y caminó en dirección al escenario. Subió rápidamente.
-Bienvenidos, soy el profesor Dallas, pueden llamarme Víctor. ¿Y cómo te llamas tú?- le preguntó a Drew.
-Soy Drew Bieber.
-De acuerdo Drew, ¿y qué sabes hacer?.
Drew pareció pensar dos veces su pregunta y luego sonrió.
-Bueno, toco la guitarra y canto un poco.
-¿Un poco? Eso no es suficiente niño. Joshep, la guitarra por favor.- Un señor alto de cabello negro le alcanzó una guitarra a Drew. Este la tomó con cuidado y comenzó a tocar unos pocos acordes, como tratando de recordar algo- veamos que puedes hacer.- retomó el profesor.
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El juego de los quintillizos.| Justin Bieber |
Romance"El romanticismo está sobre valorado, ahora lo que se lleva es el realismo"