Capítulo diez y ocho: "¿Yo no controlo tu vida, Justin?"

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Música. Alcohol. Droga. Sexo. Ya estaba olvidando lo que eran las verdaderas fiestas. Ni bien puse un pie en esa casa, supe que iba a ser una noche inolvidable. Las miradas se posaban sobre mí. No estaba segura si era por el extravagante vestido o por mis extravagantes acompañantes "legendarios".

Iba caminando lentamente mientras el brazo de Justin envolvía mis hombros. Las miradas de Austin no paraban de penetrar en mi nuca y no sabía por qué. Thomas, Derek y Drew habían desaparecido en la multitud, entre las mujeres en específico. 

Justin se paró en seco y dio un giro, soltándome brúscamente. 

-¿No tienes otra cosa que hacer que estar siguiéndonos?

-¿No tienes otra cosa que hacer que siempre cagar todo? 

-¿Sabés qué? Puedes caminar derecho en esa dirección e irte bien a la mierda.

-¿Qué es lo que has dicho? 

-Lo que escuchaste. Tú no controlas mi vida.- soltó Justin más furioso que en toda su vida entera.

-¿Ah no? ¿Yo no controlo tu vida, Justin? Sabes que con una llamada todo está acabado para siempre.

-Justin- dije temerosamente- ¿de qué está hablando?

Justin me dio una ligera mirada, y luego a toda la gente que estaba a nuestro alrededor observando. Respiró hondo y soltó unas pocas palabras.

-¡Aquí no pasó nada, todos pueden seguir en lo que estaban, esto se terminó!- Cogió a Austin y juntos salieron del lugar lo más rápido posible. 

Traté de seguirlos, pero Damon se interpuso en mi camino.

-____, viniste!

-Si...escucha, tengo que irme, lo siento.- Traté de evadirlo.

-¿Qué? ¡No! Tú te quedas, tienes que disfrutar. Ven, vamos a tomar un trago y a bailar.-Tomó mi mano y, sin que pudiera hacer nada al respecto, me arrastró hasta la barra.

Me entregó una bebida alcohólica que, para ser sincera, me estaba tentando. Quería resistirme, pero no pude y la bebí. Luego de pensarlo por unos segundos, decidí disfrutar la noche, porque también era mía, no solo de Justin y sus problemáticos hermanos.

Comencé a beber un trago tras otro, sin pensarlo ni una vez. Estaban deliciosos, y yo estaba tan sedienta de alcohol, hacía mucho que no tomaba tanto, me sentía en las nubes. 

Me levavanté tambaleándome de mi taburete y subí corriendo al pequeño escenario que había; sabía que esta sería una gran noche.

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-Está inconsciente todavía. 

-Por favor, necesito que me digas qué sucedió ayer luego de que Justin y yo nos fuimos de la fiesta, mamá va a matarnos si se entera de cómo terminó.

-¿No lo sé! Yo estaba muy ebrio, no sabía ni dónde estaba parado, sólo recuero que ____ se subió a un escenario, y un tipo con ojos celestes se subió a bailar con ella. Creo que también estaba muy borracha. Hasta ahí recuerdo.

-Espera, ¿qué pasó luego con el tipo de ojos celestes?

-No lo sé Austin, ya te conté lo que recuerdo.

-Oh no no no, no puede ser.

-¿Qué está pasando?- grité exaltada, pero luego sentí que mi cabeza se rompía en un millón de pedacitos.

-Shh, tranquila.- Dijo Austin acercándose a mí.

-Aléjate, por favor, no recuerdo casi nada de lo que pasó ayer, pero lo poco que recuerdo, me gustaría no recordarlo. Mira, no tengo ni idea de lo que hablaban con Justin en la fiesta, pero sé que no tienes que amenazarlo, él no te hizo nada para que lo trates de esa forma, sé que tú fuiste quien le pego.

El juego de los quintillizos.| Justin Bieber |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora