Capítulo once: "Eso era él, era inalcanzable."

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Miércoles. Genial. Solo tres días para la fiesta, cuatro para la graduación. Aún no puedo creer que estoy terminando la escuela, recuerdo cuando tenía cuatro años y jugaba con Lola y Jason en los jardines del mismo instituto que me obligaron a abandonar. Eso me ponía triste por un lado, ya que me hubiese encantado terminar la secundaria en la misma escuela a la que iba en kinder; pero tampoco me arrepiento de haber conocido a los Bieber. 

Salí a la ruta dentro del Lamborghini de Drew justo a las 6:45. El día estaba lluvioso y oscuro. Cuando la lluvia comenzó a caer fuertemente, pensé en Justin. 

Justin, Justin y Justin. En lo único que pensaba era en Justin, ni siquiera en la graduación, en Justin. Pinche pendejo que no quería dejar mi cabeza en paz. Estaba empezando a odiarlo. En verdad no. Es que, cómo se pueda odiar a alguien tan hermoso. Cada una de sus facciones, todos sus defectos, sus estupideces; su falta de fe y sus miedos lo hacían débil, aunque el quisiera parecer fuerte. Todos tenemos miedos, yo, por ejemplo, tengo Atiquifobia, miedo al fracaso. Es por eso que lucho por cada cosa que quiero con mi alma. Está claro que el miedo al fracaso hay que superarlo, y más si en tu futuro quieres ser artista, pero estoy trabajando en ello. 

En estos pocos días, me di cuenta que Justin tiene Mnemofobia, miedo a los recuerdos.  Quiere escapar de ellos, odia su pasado, por eso hace lo que hace, tiene razones. 

Miraba la lluvia caer por los oscuros cristales del auto. Sonaba Demons, de Imagine Dragons. Comencé a cantar el estribillo acompañada por la música, a los pocos segundos, Drew se sumó. 

When you feel my heat 
Look into my eyes 
It's where my demons hide 
It's where my demons hide 
Don't get to close 
It's dark inside 
It's where my demons hide 
It's where my demons hide 


Comenzamos a reír y seguimos cantando toda la canción. 

Llegamos a la escuela y Drew estacionó el Lamborghini. Caminamos juntos hasta el salón número cinco, geografía. 

La clase no pasó tan aburrida. En verdad me gusta mucho geografía, me gustaría poder viajar por el mundo algún día. 

Las demás horas pasaron como un rayo, fueron aburridas, pero todas las compartí con Thomas así que no tuve de qué preocuparme. Nos fuimos antes ya que había faltado la profesora de gramática. 

Para mi suerte, esa clase la compartía solamente con Justin, así que era el único que volvía temprano a casa. 

Caminé hasta el estacionamiento con la esperanza de encontrarme allí a Justin y poder pedirle que me llevara a casa, pero nada.

Volvería caminando de nuevo, pero espero que esta vez esté Pattie en casa, así pueden llevarme a un médico y no tirarme un vaso con agua helada.

Iba por mi tercer calle, cuando una moto se acerca hasta mí. 

-¿Qué haces? Te estaba buscando.

-¡Justin! Me asustaste, creí que eras algún tipo que quería raptarme o algo por el estilo.

-Que exagerada. Sube.

-No, está bien, iré caminando.

La verdad era que no quería volver caminando, pero esperaba que me insistiera un poco más.

-Vamos, sube. No sería lindo llegar y verte tirada de nuevo en el suelo.- Dijo quitándose el casco y entregándomelo a mí.

-De acuerdo.- Solté una pequeña carcajada y subí detrás de él. Me coloqué el casco y Justin arrancó la moto.

El juego de los quintillizos.| Justin Bieber |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora