0:Llegada

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Capítulo 0
(Prólogo)
Llegada.

Narra Sucrette

Hoy era el último día en mi ciudad natal, el último día para ver a mis amigos.

Hoy es el último día que tengo para despedirme de ellos y prometerled que pronto los volveré a ver, cosa que tal vez incumpla.

-Por favor, Sucrette. No te vayas. ¡T-te necesitamos! Yo te necesito...- Me decía Dake mientras me cogía de la mano.

-Tranquilo, Dake. Nos volveremos a ver. Te lo prometo.-Dije con una sonrisa finjida. Por dentro es como si mil puñales atravesaran mi corazón.

-Si hay chicos guapos pasame fotos.-Decía Laeti con lágrimas en los ojos.

-Dalo por hecho.-Contesté intentando aguantar mis lágrimas.

Mi móvil comenzó a vibrar, era mi madre.

-Os echaré mucho de menos.-No aguanté más y me largué a llorar mientras nos abrazabamos.

Después de aquella emotiva escena me fui hacia mi casa, donde me esperaban mis padres con el coche y las maletas hechas.

-¿Era necesario irnos?-Pregunté con un hilo de voz.

-Lo sentimos, amor, pero tu padre ha encontrado un trabajo que nos mantendrá. Podrás ver a tus amigos de aquí algún día pero por el momento tenemos que marcharnos. Entiendelo.-Mi mirada llena de odio se dirigió a mis padres y acto seguido me subí al coche, me coloqué los auriculares y desconecté de esa mierda de lugar al que la gente suele llamar mundo.

Fueron diez largas horas de viaje, pero por fin llegamos. Mis padres bajaron mis maletas y me metieron en un internado llamado Sweet Amoris.

-Vendremos a visitarte en las festividades, ¿vale?-Dijo mi madre en un tono cálido.

-Cuidado con los chicos y haz caso a los profesores.-Mi padre salió después de decir todo esto.

-Si pasa cualquier cosa, llamame.- Después de un abrazo y un beso en la mejilla mi madre salió por la puerta y me dejó ahí sola.

Cogí mis maletas y me dirigí a recepción.

-Hola, ¿en qué puedo ayudarle?-Preguntó una señora de unos cincuenta años.

-Pues soy nueva aquí, estoy matriculada para este curso. Soy Sucrette _____(t/a).-Dije con el tono más amable y pelota del mundo.

-¡Aquí estás! Sí, vale, perfecto. Bien, Sucrette, habitación 234, compartes habitación con Rosalya e Iris.-Asentí confusa.

-¿No hay que hacer nada más?-La secretaria negó y me dirigí al ascensor.

Si es la 234, estará en el segundo piso, ¿no?

Las puertas del ascensor se abrieron ante mí, dejando salir a una muchacha de cabello negro y tez castaña.

-Una pregunta.-La chica me miró.

-Dime.

-¿La habitación 234 dónde se encuentra?-Pregunté amablemente.

-Piso segundo, sigue el pasillo todo recto. Está hacia el final.

-Vale, gracias.-Dije agradecida.

Me metí en el ascensor y piqué al segundo piso.

Llegué y seguí las indicaciones de la muchacha. Abrí la puerta con la llave que me entregaron anteriormente.

-Estoy tan feliz de verte este curso de nuevo... ¿Crees que será mucho más difícil que primero?-Preguntaba una voz dulce.

-No creo. Si la perra de Amber deja de meterse en los asuntos de los demás tal vez sea más fácil.-Decía otra voz, un poco más grave que la anterior.

Entré y sus miradas se posaron en mí.

-Debes de ser la nueva. Encantada soy Rosalya y ella es Iris.- Ambas se levantaron y me saludaron.

-Gracias a ti Amber ya no está en nuestra habitación.-La tal Rosalya me dio un abrazo, el cual correspondí.

-Supongo que me alegro... ¿Cuándo empiezan las clases?

-Pasado mañana. Tendremos tiempo a conocernos.-Asentí. Era una habitación con encanto. Las paredes estaban pintadas de un color rosa pálido, había una litera y una cama a parte, un escritorio, unas cortinas blancas y pósters de gente famosa. Vi que mi lado de la habitación estaba vacío así que comencé a colocar mis cosas.

-En el armario hemos reservado un espacio para ti. Si quieres te ayudamos a deshacer las maletas.-Yo acepté gustosamente su peticion. Mientras yo colgaba pósters y fotos en mi lado de la cama ellas colocaban mi ropa en mi lado del armario.

Mis pósters decían bastante de quién era. Amaba con todas mis fuerzas Shingeki no Kyojin. Adoraba todos los juegos de GTA, sobretodo el San Andreas. Amaba Mystic Messenger. Amaba Tokyo Ghoul y muchos más juegos y animes más.

-Sucrette...-Me giré cuando me llamaron.

-¿Qué es esto?-En sus manos se sostenía una caja llena de cigarrillos.

-Mierda... Mi padre los debe de estar buscando como un loco. Pff...No son míos, tranquilas.-Mentira. Pues claro que eran míos. No era fumadora constante pero los reservaba para ocasiones especiales. En mi ciudad natal hacíamos fiestas casi todas las semanas y nos colocabamos de maneras distintas en cada una de ellas. Cachimbas, porros, marihuana, cigarros... Eso era vida. Me ayudaba a alejarme de la mierda de mundo en el cual vivo.

-Ah... Te los dejamos donde estaban o...

-No,no,no ya los guardo yo...-Dije nerviosa. Pues en el mismo lugar llevaba marihuana y cigarros de liar. Solo por si me estresaba o me pegaban como en mi antiguo instituto.

Cuando terminaron de colocar mi ropa en el armario les agradecí con un simple "gracias, sois muy amables" y me puse a leer.

-Yo creo que le gustará conocer a Armin...-Susurró la peliblanca.

-¿Armin?

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N/A:

Espero que os haya gustado el prólogo >///<
Sé que es un poco cortito pero intentaré hacer los episodios más largos.

Palabras:888

El Internado[CDM] {ArminxSucrette} [[PAUSADA HASTA NUEVO AVISO]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora