13:"Entrenamiento"

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Capítulo 13
"Entrenamiento"

Narra Sucrette.

Ya había pasado una semana desde que hice el trato con Ámber. Quedamos en entrenar los fines de semana para que no haya clases por en medio.

Salí al patio y allí estaba Ámber, vestida de una manera un poco exagerada.

Iba con una coleta alta, un top de deporte y pantalones bastante cortos.

-Hola Ámber, ¿preparada para el entrenamiento?-Saludé animada.

-Sí, supongo.-Dijo con una sonrisa en la cara. Dios, Ámber que asco me das.

-Vale, si quieres estar tan fuerte como yo vamos a empezar a dar veinte vueltas al patio, ¿vale?-Dije con un fingido entusiasmo. Ni siquiera sabía si yo misma podría dar tantas vueltas, pues me paso la vida comiendo patatas y viendo anime.
Toda la fuerza que saqué al pegar a Annie fue pura rabia, no soy ni la mitad de fuerte que fui aquel día.

-¿V-veinte vueltas?- Preguntó con una cara de horror.

Asentí y me puse a correr a un ritmp lento para no cansarme.

Ámber me siguió de cerca y puso a correr más rápido, seguramente para ganarme. No tiene remedio.

-¡Qué fácil, por Dios! ¡Ahí te quedas!-Comenzó a correr demasiado rápido, es obvio que se va a cansar rápido.

Yo ya llevaba cinco vueltas mientras Ámber se había desplomado en el suelo hace rato.

-¡Va, levanta!-Le grité mientras pasaba de largo.

De reojo vi como la rubia se levantaba con dificultad y se ponía a correr a un ritmo más lento.

Cuando terminamos las veinte vueltas bebimos agua y descansamos unos cinco minutos.

-¿Cuánto tiempo tenemos para entrenar antes de que Debrah se vaya?-Pregunté haciendo crujir mis nudillos.

-Un mes exacto. Se va a finales de mayo.- Contestó la rubia malhumorada.

-Bien, ya va siendo hora de que te enseñe como golpear.-Le dije levantandome de mi lugar.
Ella, de mala gana, se levantó también.

Estuvimos toda la tarde entrenando, obviamente le enseñé cosas completamente inútiles.
Cosas que no servirían de nada cuando esté peleando con alguien, cualquiera con sentido común se habría dado cuenta de eso.
Pobre rubita oxigenada, pronto cobraré mi venganza.

Cuando terminamos el entrenamiento la rubia me dio algo de lo prometido: dinero.
Unos veinte euros. Sonreí y me los guardé, me estaba pagando por hacerla quedar en ridículo.

Me dirigí a la habitación de Armin para hablar un rato antes de la cena.

-Armin~ Le llamé mientras entraba bruscamente en su habitación.

-Hola Sucrette.-Me saludó con una sonrisa.

Me acerqué a él y le abracé.

El Internado[CDM] {ArminxSucrette} [[PAUSADA HASTA NUEVO AVISO]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora