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—Papi, ¿Podemos ir a comer un helado solo tu y yo hoy? —Pregunta el pequeño Colin jalando la camisa de su padre.

—Hoy no hijo, papi tiene trabajo —Se excusa el mayor mientras acomoda su corbata.

—Tu siempre tienes trabajo —Replicó el pequeño—. ¿Cuándo iré a divertirse con alguien que no sea mi niñera?

—Te prometo que iremos después solo tu y yo ¿Si?

—Eso es lo que siempre dices...

Dan tomó su portafolio, la mochila de su hijo y las subió al auto en lo que el terminaba de desayunar.

—¡Vámonos Colin!

El pequeño hizo caso al llamado de su padre y subió al auto para ir a la escuela.

—Llegamos —Dan le entregó a su hijo la mochila—. ¿Hiciste tu tarea?

—Siempre.

—Perfecto —Sonrió esperando a que su pequeño le diera un beso de despedida.

—¡Adiós papi, suerte en el trabajo! —El pequeño se alejaba por la puerta de entrada mientras agitaba su manita despidiéndose.

—Adiós...pequeño.

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Dan se quedó pensando en lo que su hijo le había dicho en la mañana, sabía que pasaba muy poco tiempo con el, pero el trabajo le impedía tener todo el día para su pequeño, incluso para el mismo.

Alguien toca la puerta de su oficina, sacándole de su trance.

—Ah, Uhm... Pase —Dice con un tono de disgusto.

—Alguien lo espera abajo —Dice la mujer saliéndo del borde de la puerta para retirárarse del lugar.

Dan ya tenía idea de quien era, puesto que el día anterior la niñera de su pequeño, Lucy, le hablaba de un rechazo por una enfermedad que la atacaba. Claramente ella tenía ya sus años, así que podría ser eso.

Bajó en el ascensor rápidamente, para encontrarse efectivamente en la recepción con la mujer sentada y con la cara más pálida de lo normal.

—¡Lucy! Pero que alegría verte —Dice fundiéndo a la niñera en un abrazo.

—Sabes por qué estoy aquí, ¿No?

—¿La renuncia? —Dice el mayor jugándo con sus dedos.

—Si Dan, el cáncer a avanzado más de lo que creía, no pensé que me quedaría solo 2 meses de vida —Dice la anciana con una pequeña lágrima saliéndo de su ojo izquierdo.

—Oh Dios Lucy ¿Cómo viviremos sin tí? Haz sido mi niñera cuándo yo era pequeño, ahora eras de Colin. No puede ser verdad —Dice Dan aferrándose de los brazos de ella mientras sollozaba ligeramente.

El afecto que le tenía Dan a Lucy era inmenso, era su niñera de pequeño y ahora de su hijo. Y su esposa, que si aún lo les ha quedado claro, ella murió al  a luz a Colin.

Desde ese entonces no ha estado con nadie más, tiene miedo de abrir sus sentimientos tanto como lo hizo alguna vez. No quiere perder a más personas.

Aunque ahora ya estaba perdiendo a otra igual de especial.

Dad To My Dreams ➵PhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora