☣ Capitulo 25 ☣

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El grupo emprendió camino en la dirección contraria a la de los rusos. La calle era la postal de una masacre. Hwan tomó la delantera, intentando ayudar, guiándolos por dónde recordaba ser el camino más correcto.

Eran casi las nueve de la mañana y la ciudad se veía bastante clara a pesar de que el cielo amenazaba con más tormentas, quizás pronto, quizás en unas horas. Los chicos marchaban unidos y pendientes de todos los sonidos que llegaban a ellos.

Necesitaban ocultarse. Ya se los habían advertido. La claridad del día revelaría fácilmente su posición y lo que menos necesitaban ahora era toparse con más locos. Un zombie salió al paso. Jimin se acercó, ya entendido en la materia, para hacerle añicos la cabeza con su bate. Ese sector de la ciudad se mostraba bastante calmo, quizás porque todos los muertos se habían agolpado frente al bar, atraídos por el ruido.

- Así que... - Yoongi rompe el silencio. – Ahora sí que te has despedido definitivamente del trabajo, Hobi... -

- Te pagan por ser tan idiota, Suga? –

- Hey, sólo decía... - Algo lo enmudeció. – Chicos, desde la ventana lateral de esa casa... -

- Cuál? – Preguntó Jimin.

- Aquí derecho, la casa azul... - Señaló unos metros más adelante. – Alguien nos espiaba. – Se acercaban más y más a la vivienda. –

- Imaginas cosas. – Agregó Hoseok.

Al pasar por la puerta principal, esta se abre, dejando ver como una persona de edad avanzada les hacía señas para que se acerquen. – Jóvenes, es peligroso allí afuera. Entren, rápido! –

- Se los dije! –Les recriminó Yoongi.

- Qué hacemos Suga? –

- Parece un viejo pedófilo... espera, por qué debo decidir yo!? – Se quejó ante la pregunta de Jimin.

Desde la puerta seguían recibiendo señas, sin decidir qué hacer. Un par de disparos a lejos les hicieron ver que allí afuera corrían grandes riesgos y todos, al mismo tiempo, dirigieron sus pasos al interior de la casa.

- Entren, entren... Soy Yon, encantado. – Todos respondieron extendiendo su mano, revelando sus respectivos nombres. – Por todos los cielos, que aspecto traen. Dejen su calzado aquí, no quiero que ensucien mi piso. – Todos acataron, mirándose confundidos entre sí, pero era un pequeño precio a pagar para no estar afuera. – De todas formas está bien calefaccionado aquí. Dejen también sus abrigos y mochilas en ese armario. Estarán más cómodos. – Otra vez obedecieron.

- Señor Yon... - Yoongi intentó hablar, pero sin resultado.

- Tienen suerte de que yo apareciera en sus caminos. Síganme. – Llegaron a un comedor dónde una joven permanecía sentada junto al calefactor. – Ella es Suni, llegó una hora antes que ustedes, otra afortunada... - La muchacha intentó saludar, pero también fue interrumpida. – Tomen asiento, iré a buscar agua para ofrecerles algo caliente... -

- Espero no sea café... - Susurró Yoongi ante la mirada atroz de Hoseok.

- Cómo dices, hijo...? –

- Nada, señor. Lo esperamos, gracias. – La puerta se cerró y los pasos se perdieron en la casa. – Me da escalofríos. – Cambió su tono de voz. – Hola, hermosa... - Dirigiéndose a la joven que le devolvió una tímida sonrisa.

- No comiences... - Sentenció Jimin.

- Cállate, nalgona celosa... - Volvió a mirar a Suni. – Como te decía.... –

- Aléjate de ella. – Yon apareció de golpe, regañándolo de manera muy amenazante. – No en mi casa, niñato torpe... - Todos se mostraron sorprendidos por la reacción. – Tomen una taza cada uno de ese aparador y sírvanse té. – Su tono fue ahora relajado.

Todos obedecieron, tratando de restarle importancia. Tal vez era un viejo solitario que no sabía cómo tratar con visitas y menos en un contexto como el que estaban viviendo.

- Gracias señor. – Suni fue la primera en tomar la tetera. – Realmente agradezco... - Se distrajo mientras hablaba, derramando té sobre la mesa.

- Qué mierda crees que haces!? Maldita estúpida!! – El rostro de Yon se transformó. – Si llegas a arruinar ese fino mueble... – Se gira para tomar un trapo, dejando ver que llevaba una pistola en su cinturón. Yoongi se lo señala a todos, creando un pánico involuntario, que trataron de disimular. – Saben qué? Al carajo!! Todos a dormir!! –

- Caímos en la cueva de un lunático... - Susurró Hoseok.

- Detrás de esa puerta hay una habitación. Todos dormirán ahí! Y no quiero manoseos con esta jovenzuela.... – Advirtió.

- Haga algo sargento... - Dijo entre dientes Yoongi.

- Qué demonios quieres que haga sin mi arma frente a alguien que si tiene...? – Se justificó.

No les quedó otra opción que obedecer al pie de la letra. Sin embargo, Jeon que hasta ese momento había permanecido indiferente, se acercó al viejo.

- Tiene un cobertizo? –

- Lleno de ratas, un puto asco, pero así es... -

- Quiero dormir allí... - Todos se exaltaron ante el pedido de su amigo.

- Me estás dando órdenes? – Yon dejó ver su arma para intimidar al muchacho.

- Máteme entonces. No me meteré a esa habitación. – Nadie entendía nada de lo que estaba pasando. – Mire, es obvio que no escaparé ni traeré a la policía. Estamos en el infierno. Sin ir más lejos, allí hay un oficial y no ha servido de nada. – Señaló a un ruborizado Hwan. –

- Estás loco Cookie!? Qué te pasa!? – Hoseok intenta hacerlo entrar en razón.

- Usted decide, señor. – Ignora a sus amigos. – Me deja dormir en el cobertizo o limpiará mis sesos de su linda alfombra y no creo que quiera eso.

Yon ordena que todos se metan en la habitación de una vez, para encerrarlos bajo llave. Al advertir la situación, gritos, golpes a la puerta e insultos inundan la sala.

- Tú ganas, jovenzuelo. – Lo toma del brazo y apuntando con su arma, lo lleva a la cocina. Allí estaba la salida al patio. – Toma. – Le da una llave de candado para que pueda acceder al pequeño cuarto exterior. – Disfrútalo, imbécil. – Seguidamente traba la puerta.

- Se dan cuenta que si buscamos la definición de mala suerte en el diccionario, aparecemos nosotros con cara de idiotas, saludando. – Se queja Yoongi. – Y qué le pasó a Jeon...? No teníamos cosas de qué preocuparnos, para que haga semejante estupidez!! –

- Es verdad... eso fue extraño. Tenemos que salir de aquí sea como sea... - Agregó Hwan.

- Claro, dinos como Houdini. Ves esa puerta? Es lo único que hay. Y detrás hay un maniático armado! – Comenzó a exasperarse. – Oh! Y por cierto, nuestras mochilas y ''armas'' – Hizo señas con los dedos. – Están en la entrada.

- Tú tampoco aportas nada, así que cierra la boca... - Concluyó el oficial.

Mientras tanto, en el comedor, Yon se encontraba tratando de quitar la mancha que había quedado sobre el esmalte de su mesa. – Malditos idiotas desagradecidos, arruinan mis cosas... Les ofrezco un poco de mi escasos alimentos y así me pagan... - Su locura se acrecentaba segundo a segundo . – Que es esto...? – descubrió irritado como el agua hirviente había arruinado realmente su ''fino mueble''. – Hijos de puta, me las pagarán.... Me las pagarán... - Tomó su arma y la llave de la habitación.

- Mierda... es él... - Jimin se alertó con el sonido de la cerradura y todos se pusieron de pie.

- Todos, malditos bastardos, quítense la ropa y párense sobre ella, sin excepción. – El viejo se tronaba el cuello mientras daba órdenes.

- Les dije que era un pedófilo... - Yoongi no pudo contener lo que pensaba. 

Dead Lives /// BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora