Capítulo 14

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Al final compramos unas pizzas y muchos tipos de postres desde helados a cosas de bollería.
Sandra todo el camino de vuelta me hace un tercer grado de preguntas intentando averiguar quién me gusta, parece que la entretiene. Es muy insistente cuando quiere.

"¿Pero le conozco?"

"No puedes conocer a alguien que no existe"

"Engañate a ti, pero conmigo no lo vas a conseguir. Lo acabaré averiguando"

Ruedo los ojos sabiendo que no va a cansar de hacerme preguntas. Pero es un alivio llegar por fin a casa.
Al abrir la puerta, están Jeff y Yedra tirados en el suelo del salón hablando, cuando nos ven aparecer se callan como si interrumpiesemos su conversación.

La gente empieza a llegar un rato después, Iván es un vecino y amigo de Sandra que como es mayor de edad el se encargaba de traer algo de alcohol. También vienen conocidos y unas amigas que van con ella a clases de baile, llegaron dos chicos que eran altos como rascacielos,  me sorprende que Sandra no nos los haya presentado antes y la última en llegar es Ainara.

Ya todos en la fiesta estamos con la música dejándonos sordos, en poco tiempo se empieza a ver a los primeros en caer bajo el efecto del alcohol.
A venido más gente de la que esperaba, Sandra sabe montarse bien las fiestas. Las horas van pasando, yo me dedico a sentarme en el sofá tranquilamente, procuro no beber mucho a diferencia de Ainara y Yedra que a mi sorpresa se estaban pasando con los Jack and Daniel's, iban por su tercer vaso en menos de dos horas.

En una hora más Ainara ya no puede ni andar, la subo a una habitación libre para que descanse y me quedo un rato con ella.

Las horas siguen pasando y los que no se han ido quedando dormidos por los rincones estamos en un corrillo en el salón.

"Chicos, vamos a jugar al yo nunca" propone Luis, unos de los chicos que eran tan altos.

Todos empiezan a gritar ilusionados con la idea aunque ya estaban muy mal como para seguir bebiendo.

"Tú no vas a beber más" digo imponente a Yedra que estaba a mi lado cayéndose a momentos.

"Joooooo ¿Por qué no? No seas sosa" se queja pronunciando bastante mal al hablar y haciéndome un puchero demasiado adorable por lo que aparto la mirada para no ceder ante esa cara.

"Pero mírate, no puedes ni hablar, no vas a beber más" la arrebato el vaso que estaba cogiendo entre las manos para empezar el juego.

Si se queda aquí acabará bebiendo así que la levanto y la voy llevando al porche a tomar el aire y sentarnos en un banco a la entrada de la casa mientras los demás empiezan su juego. Ella viene tras de mi con cara de enfurruñada como si fuese una niña pequeña.
Cuando me siento en el banco ella se tumba a mi lado poniendo su cabeza sobre mis muslos mirándome a los ojos. La empiezo a quitar los pelos de la cara para poder verla mejor y cuando termino me quedo peinando su pelo hacia atrás haciendo que se relaje.

Sus ojos están cerrados y su respiración es muy calmada, creo que se ha dormido pero aún así la sigo acariciando el pelo. Me asusta cuando de repente sus ojos se abren enfocando directos a los míos.

"Que bonitas vistas nada más abrir los ojos"

Sonrie ligeramente, y siento que mi cara empieza ha arder, odio que tenga ese efecto sobre mi.

"Creo que soy yo la que tiene mejores vistas"

Ahora es su turno, puedo notar su cara un poco roja y que está avergonzada porque me deja de mirar a los ojos, me siento victoriosa de que por una vez sea ella la que reacciona así.

"¿Por qué has dicho eso?"

Me sorprende que pregunte eso, es verdad ¿con que propósito he dicho eso? no tengo una respuesta, solamente me ha salido decirlo.

"Pueees, no se, solo lo pienso"

"¿Sabes? Hay veces que yo también pienso cosas muy bonitas de ti, y no te las puedo decir todas porque suena un poco raro, por eso voy a aprovechar a decírtelo ahora mientras apenas puedo razonar.
Cuando sonríes pienso que voy a estallar de la felicidad, consigues ponerme nerviosa con solo mirarme y es divertido porque juego a disimularlo pero se me da muy mal. Me encanta la forma en la que te comportas la cara que pones cuando te hablo y estás en tu mundo, tu cara cuando finges que estás enfadada o tu cara de concentración. Todo en ti parece la cosa más entretenida del mundo"

Su monólogo me sorprende, levanta su mano y la lleva al lado derecho de mi cara y parece coger fuerzas para seguir hablando.

"Eres una de las mejores personas que he conocido. Eres buena, cariñosa, divertida y alegre, dede que me hablaste por primera vez en el parque no he dejado de sonreír por y para ti. Cuando estás a mi lado solo pienso en ti, que soy solo feliz de que estés a mi lado, no necesito a nadie más. Haces que quiera dar lo mejor de mi y casi no se ni lo que estoy diciendo.
Perdóname si mañana no me acuerdo de esta conversación, pero me alegro de haberte conicido y... solo que sepas que te quiero" y para finalizar se incorpora y me da un beso muy cerca de la comisura de la boca.

En Tú MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora