"Porque... Porque tu me gustas... Siempre fuiste tu y no lo ves..." mis palabras quedaron en el aire rellenando un silencio que parecía no tener fin.
Me arrepentí a medida que las iba diciendo. Ahora definitivamente la había liado, ella no querrá volver a verme.Aprovechando su confusión esta vez fui yo la que se fue, ni siquiera lo hice corriendo, me voy a paso normal sin levantar la mirada de las baldosas.
Martes por la mañana, inglés a primera hora, Yedra no viene a clase, pasan la segunda y la tercera hora y sigue sin aparecer. No soy capaz de concentrarme y solo me dedico a pasar las clases dibujando y dibujando que parece ser lo único que me hace no pensar en ella.
Los días pasan eternos, es viernes y no viene ningún día, Sandra habló con ella y dice que es porque se encuentra mal, pero yo se la verdad y no viene por mi culpa... La echo de menos, extraño su voz, como venía detrás de mi en los intercambios y me intentaba asustar y yo fingia que así era, extraño que me de abrazos de los que te alegran los días, su sonrisa y su forma de mirarme... Y lo estropeé, no volveré a ver ninguna de esas cosas.Miércoles, ha pasado más de una semana sin que Yedra venga al insti,es tercera hora y estamos dando lengua cuando mi móvil vibra, veo una notificación de Yedra, en ese momento mis ojos se abren como platos. Lo reviso para asegurarme de que era ella.
Yedra: Hola
Solo miro la pantalla del teléfono buscando el fallo, es imposible que ella me esté hablando.
"¡¡ELISA!! ¿estás usando el teléfono durante mi clase?"
La profesora se acerca hasta mi asiento y me arrebata el teléfono de las manos.
"Si quieres recuperarlo tendrán que venir tus padres a por él a dirección"
Mierda mierda mierda... no podría haber sido mas oprtuna, cuando me quiero dar cuenta toda la clase esta mirando en mi dirección y mi cara empieza a enrojecer. Para disimular cubro mi rostro con el pelo pero aun puedo sentir mil ojos clavados en mi nuca.
¿Por qué me habrá hablado de repente?¿Estará enfadada? Estoy cansada de no poder hacer otra cosa que pensar en ella. Esto nunca debería haber pasado, nunca debí haberme fijado en ella aquel día en el parque. Tal vez solo esté confundiendo la amistad, podría intentar salir con un chico haber que pasa... NO, que tonterías digo.
Al final de la clase recojo mis cosas lo más rápido que puedo y me salgo a la calle casi corriendo, estamos en la hora del recreo y necesito un poco de aire. Encima me han quitado el teléfono y estoy sola sin nada que hacer. Recuerdo una pequeña plaza que hay tras unos edificios de la calle de enfrente al insti y voy ahí a sentarme a un banco. En el lugar solo hay cuatro ancianos hablando muy metidos en su conversación y yo solo me quedo viendo a la gente pasar dejando que el aire me mueva el pelo y me de en la cara haciendo que cierre los ojos cada vez que veo una ráfaga.
La hora del recreo pasó, pero estaba tan tranquila en ese ambiente que me hacía sentir en una burbuja que decidí no volver a clase.
No podía volver a casa estando mi madre ahí, y tampoco tenía prisa por llegar. Son las tres, el timbre del fin de clases sonó hace casi una hora y yo seguía tirada en ese banco, ahora había sacado mi lápiz y un cuaderno y seguía dibujando las cosas que se me venían a la mente, había encontrado una vía de escape a mis problemas que era salir a dibujar a lugares tranquilos.Estábamos en unos meses de tiempo extraño, estaba a punto de comenzar la primavera y había sol y todo estaba muy verde, me encantaba mirar el verde de las flores y los parques. De un momento a otro comienza una lluvia floja, pero lo suficientemente abundante como para hacer que piense en volver a casa.
Rápido guardo todas mis cosas en la cartera, y empiezo andar el camino de regreso a casa a paso lento. Con la llovizna no hay gente en la calle, pero yo dejaba que el agua me mojarse, eran cuatro gotas que hacían que las calles estuviesen desiertas y me gustaba esa sensación.
A medida que me iba acercando a mi portal vi la triste silueta de una persona tirada en el suelo bajo la lluvia, mi cara palideció y detuve mi andar en seco. Me doy dos segundos para cerciorarme de la persona que allí estaba, era Yedra.
Me entra tal pánico que pienso en dar la vuelta e irme, pero es tarde, ella se levanta del suelo al verme y se queda parada como si estuviese esperando a que fuese yo quien se acercase.
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En Tú Mirada
RomanceElisa, es la protagonista de esta historia en la que se va a descubrir a si misma y va a tener que afrontar cosas y sentimientos desconocidos para ella.