Capítulo 15

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"Te quiero" esas palabras que no paraban de repetirse en mi cabeza, sin darme cuenta habían desencadenado un total caos de lo que había estado intentando evitar pensar.
Intentando engañarme sobre mis propios sentimientos.
Tengo miedo de la verdad, miedo a todo lo que se me viene encima, miedo de tener que admitir lo que ya sabía desde hace mucho tiempo.
Tenía que sincerarme conmigo misma, pero no tengo valor suficiente. Admitírmelo a mi significaría tener que afrontarme a un mundo que desconozco.
El sentimiento que ha creado esas dos simples pablaras simplemente ya no puedo ignorarlo.

Ella se había quedado dormida en mis piernas tan tranquila después de soltar esas pablaras que me desmoronaron porque me había hecho dudar, me hace sentir diferente estar a su lado, me siento atraída... atraída, esa palabra parece bastante fuerte, es imposible, no puede ser, está mal que me atraiga mi amiga ¿Realmente está mal? No puede estar mal cuando solo con una mirada me hace sentir bien, o cuando su sonrisa ilumina su rostro y se ve como la persona más guapa del mundo, su voz puede ser la más dulce del mundo o más áspera que una lija dependiendo de como se levante y cuando siento su tacto en mi piel consigue paralizarme ¿Todo esto de verdad puede ser malo? La gente dice que lo es ¿Debería fiarme de la palabra de unos pocos? También aseguraban que la Tierra era plana y era una locura contradecirlo.

Pensaba... pensaba... pensaba y no paraba de pensar, entre medias miraba la cara resguardada sobre mis muslos, acariciaba la suave cara de Yedra, y veía como su pecho sabía y bajaba, su respiración era profunda y pausada mientras que la mía estaba acelerada.
¿Me gusta de verdad? Tengo que descubrir cuales son mis verdaderos sentimientos, y lo más importante ¿Le gustaré yo a ella? Me dice amenudo que me quiere y que se siente contenta conmigo. Suspiro intentando expulsar así el temor a esta realidad. Otra vez empiezo ha hacerme preguntas inútiles.

Así no iba a llegar a ninguna conclusión, la noche se pasó rápido y el día comenzaba a aclararse con las primeras briznas de luz. Eran las siete de la mañana y tenía algo de sueño, las piernas se me habían empezado a dormir por la posición de la cabeza de Yedra. Con mucho cuidado cojo su cabeza entre mis manos y la levanto suavemente, muevo un poco las piernas para recuperar la circulación y me levanto, Yedra reacciona y se pone de costado, aún está adormilada.

Hace un poco de frío por el amanecer y no puedo dejar a Yedra así en el banco, intento despertarla para que entre de nuevo a la casa.

"Levántate, hace mucho frió para estar aquí" la toco el hombro para que se de la vuelta.

"Cinco minutos más mamá, me da tiempo a llegar a clase" dice con las palabras colgando, ilusa, se cree que tiene que ir a clase.

"Te vas a poner mala como te quedes aquí y no pienso ir a verte a casa cuando tengas fiebre. Puedes seguir durmiendo dentro" aviso pero ya no recibo respuesta de su parte.

Costosamente llego a la habitación de Sandra con Yedra casi arrastras. Abajo los chicos aún seguían bebiendo, Sandra estaba tirada en el sofá con la boca abierta (no me fui sin sacarla una foto para futuras amenazas)
Al abrir la puerta tiro a Yedra sobre la cama, podría haber un terremoto ahora mismo que estoy segura de que no se despertaría, la quito los tacones y los dejo en un rincón, y con mucha dulzura la paso las mantas por encima para que no tenga frió. Me quedo parada frente a ella sin hacer nada, se ve tan adorable cuando duerme.
Mi cama va a ser algo improvisada, tiro unos cuantos cojines al lado de la cama y me hecho unas mantas por encima, es algo incómodo, pero con el sueño que tengo sería capaz de dormir hasta en una cama de pinchos.

Quedo mirando el techo de la habitación y me empiezo a relajar cerrando mis ojos lentamente y cayendo en un profundo sueño.

En Tú MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora