Capítulo 23

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"Hola"

"Hola" dice cabizbaja
"Antes te escribí un mensaje"

"Lo recibí"

"Siento no haber dado señales de vida estos días, he estado enferma. El tiempo está un poco loco jeje"

Tenía que aparentar que me daba igual que no me haya hablado.

"Aaaams... ¿Y por qué has vendido hasta mi casa?"

"Bueno, como me había bajado la fiebre había pensado en venir a verte"

Se hace un silencio entre las dos

"Pues ya me estás viendo"

"El otro día te fuiste rápido" cambia de tema

Porque... Porque tu me gustas... Siempre fuiste tu y no lo ves...  Otra vez esas palabras volvían a mi y disimulo mi vergüenza mirando al suelo

"Tampoco había nada más que decir" respondo en tono hostil aunque sin poder mirarla a los ojos

"Si que quedaban más cosas por decir"

"No por mi parte... "

"Te quiero" grita

Mis ojos se abren y alzo la mirada

"¿Qué?"

"Que te quiero joder" dice más bajo y con una ligera sonrisa, otra vez esas sonrisas que tanto extrañaba

Siento que mi mente se ha ido volando a otro lado.
No soy capaz de artícular palabra

"¿Qué?" vuelvo a repetir casi entrando en bucle

"Yo también te quiero, siempre me has llamado la atención. Creía que era estúpida por hacerme películas y me decía a mi misma que era imposible.
Cuanto más tiempo pasaba contigo más me gustabas, tus sonrisas se habían vuelto mi aire de cada minuto.
Quería olvidarme de ti porque creí que nunca podría pasar nada y por eso empecé a salir con Jeff... Y me ponía celosa cuando preguntabas tanto por el" se rie más por nervios que porque la situación sea divertida

"Que imbécil he sido ¿verdad? Todo este tiempo me has gustado pero no era capaz de ver que yo a ti también. Tú eras muy atenta conmigo, te preocupabas por mi y me hacías reír en mis días tristes" me coge la mano y yo no opongo resistencia, sus suaves manos están frías y recuerdo que todavía está lloviznando y las dos estamos un poco empapadas

"Elisa, yo siempre te he querido. Cuando viniste aquel día a hablarme al parque yo ya me había fijado en ti, siempre ibas con tu lápiz y cuaderno y parecía que siempre estabas en tu mundo escuchando música, eres la persona más especial que he conocido en mi vida y no me puedo imaginar que por lo empanada que he sido con este tema te pierda" en este punto las lágrimas corren por mi cara sin control, sus palabras me han emocionado, me hace tan feliz saber que yo también la gusto.

Me suelto del agarre de su mano y me acerco un poco más a ella. Busco encontrarme con sus ojos, sus intensos ojos verdes que siempre la delatan, están muy oscuros y ella también está llorando, noto que sus piernas están temblando igual que las mías. La observo muy fijamente  analizando su rostro, pasando mi mano por allá donde miraba.
Acabo pasando mis dedos por sus labios, son suaves y están húmedos por la lluvia. Quiero besarla. Me acerco un poco más inclinándome para llegar a su boca, ella es ligeramente más alta que yo y ella por su parte pone sus manos en mis costados de forma muy dulce. Nuestros labios se conectan y me siento en una nube, la quiero, la quiero, la quiero, ahora lo se con certeza. LA QUIERO. Me empieza a faltar el aire y nos despegamos lentamente, al abrir mis ojos me encuentro con su cara muy cerca de la mía, sus labios están de un tono rojizo, me acerco de nuevo pero esta vez para darla un abrazo y escondo mi cara bajo su cuello, siento que me puedo acostumbrar a esta sensación.

FIN

En Tú MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora