Capítulo 2

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Acabado el desayuno me encargo de recoger la mesa y colocar todo en su sitio, mietras mis padres se despiden en la puerta.
Mamá llega a la cocina con una sonrisa en la cara y me ayuda a acabar de meter los platos sucios al lavavajillas.

"Eli, en un rato necesito que acompañes a tu hermana al parque a estar un rato con sus amigas" dice exigiendo más que rogando.

"¿A caso no sabe ir ella sola?" reprocho "Tiene 13 años, no la hace falta que la acompañe."

"Por favor hija, no me gusta que tu hermana ande sola, me preocupa que la pase algo" no es justo que me lo pida, tenía pensado quedarme en casa disfrutando un rato de soledad en mi cuarto "todavía sigue siendo mi pequeña" insiste un poco más y con eso ya me toca la fibra sensible y accedo.

La verdad es que esta niña siempre me estropea hasta los planes mas tontos, así que salgo de la cocina y voy a mi cuarto a prepararme.

"Sofi, como no estes lista en cinco minutos no vamos a ningún lado" la grito mientas me ato los cordones.

Como un reloj está preparada en la puerta a la hora, casi le faltaba la correa y mover el rabo como un perro.
En cuanto se empezó a ver el parque a lo lejos salió corriendo y me dejo andando sola mientras la veía desaparecer con otros niños que se la habían sumado. Menuda forma de perder la mañana... Me tendrían que pagar por hacer de niñera, pero por lo menos como siempre voy preparada, me he traído de casa mi bloc de dibujo y mi lapicero. Al llegar ya al lugar, busco un banco que es el más apartado de la gente y tiene buena sombra, me siento tranquila y observo muy detenidamente que es lo que podría dibujar. En realidad no se está tan mal en el parque, es muy bonito ver a niños jugando a ratos, pegándose a otros y riendo siempre, sus risas son una melodía que suena continuamente, en esta época los árboles y el césped tiene un tono verde intenso y hay flores de muchísimos colores, parece que un arcoiris a estornudado en el lugar, grupos de chicos están simplemente tirados a la sombra de cualquier árbol mientras juegan entretenidos a las cartas y los perros juegan y se rebozan por el suelo mientras sus dueños charlan entre ellos. Y luego estoy yo, la rara, que a una semana de empezar las clases está de niñera en el parque buscando algo que merezca la pena dibujar.

Hecho la cabeza hacia atrás para sentir mejor el viento y despues de estar un rato disfrutando de las vistas, me pongo los cascos para ver si con un poco de música me inspiro y dejo que la canción de Wonderwall-Oasis inunde mis oidos.

Con la música sonando, todo parece estar sacado de una película, el leve movimiento de las hojas de los árboles  va acorde con el moviento de las cuerdas de la guitarra en la canción. Regreso de mis pensamientos cuando veo a una chica apoyada en el tronco de un árbol frente a mi, leyendo un libro, no puedo evitar ver como su cara mostraba todas los pensamientos que tenía mientras leía. Sus expresiones parecen puras, como si no puediese ocultar ninguna emoción, por el como frunce en ceño a tal punto que parece que parece que está viviendo el libro como si ella fuese la protagonista.

"Eli, vamonos a casa, ya se han ido todos" girandome doy un brinco asustada, mirando con los ojos muy abiertos a Sofi que apareció a mi lado sin darme cuenta, perdí la noción del tiempo mirando a aquella chica.

Al pensar en la chica vuelvo la vista al árbol sobre el que estaba apoyada, pero ya no la encuentro ahí y en mi cara se refleja decepción.

"¿Dónde estás mirando?" mi hermana pregunta intentando seguir la dirección de mis ojos.

Me levanto del banco tendiendole una mano a Sofi para que la coja, mirandola con una sonrisa pícara como si me hubiesen pillado haciendo algo que no debía.

"Estaba mirando que es verdad que se han ido todos, vamonos" ella, tan inocente y conforme con mi respuesta, me agarra de la mano para regresar.

En Tú MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora