Capítulo 19

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Aún no me lo puedo creer, después de volver del paseo Jeff habló con Yedra para proponerla salir como pareja a lo que ella dijo que si. No puedo describir la sensación que tuve en ese momento, mi pecho dolía de una forma que nunca había sentido.
Todos estaban alegres por la noticia de que dos amigos nuestros empiecen una relación, yo simplemente fui al baño porque necesitaba estar sola. Acababa de admitirme a mi misma que es posible que tuviese sentimientos hacia ella, la conté que me estaba empezando a gustar alguien y ella en el mismo día empieza a salir con Jeff... Demasiadas cosas para solo 24 horas.

¿Qué se supone que haga ahora? ¿Cómo debo actuar?

"Eli" me llama una voz insistente y familiar desde fuera del baño "llevas mucho tiempo ahí dentro ¿necesitas algo?"

Me encontraba con la cabeza metida entre las rodillas como si fuese una niña pequeña tirada en el suelo, ni siquiera podía contestar.
Esta situación cada vez me supera más.

"Por favor Eli, ábreme la pueta, vamos a hablar"

Como si sirviese de algo el hablar, como si hablar fuese a quitar el dolor en mi pecho y en mi cabeza.

"Si no me abres la puerta pienso quedarme aquí sentada hasta que tu decidas salir"

¿Por qué no se cansa de ser tan insistente? Se podría ir y ya, dejarme sola para poder aclararme las ideas.
A los veinte minutos me empiezo a sentir mal por comportarme así y me levanto para abrir en cerrojo y volver a sentarme en el suelo. Pocos segundos después la puerta se abre y por ella aparece Sandra.
Me sorprende cuando no dice ninguna palabra, solo entra y vuelve a cerrar la puerta, se sienta en el suelo junto a mi y me abraza.

No se porque pero nada más tenerme entre sus brazos mis ojos se humedecen y las lágrimas se abren camino empapando toda mi cara. No hacian falta las palabras entre nosotras porque ese abrazo fue suficiente.

Con en tiempo mi llanto disminuye y mi respiración vuelve a la normalidad, respiro hondo y suelto el aire muy despacio.

"¿Me puedes contar que es lo que te pasa?"

Ni yo se que es lo que me ha pasado, me siento mal porque Yedra haya empezado a salir con Jeff ¿desde cuando le gusta? ni siquiera me ha mencionado nada. No tiene sentido.

"Me ha sentado mal la comida" miento de pena.

"No tienes porque mentirme, puedes contarme lo que sea"

"No te miento, me encuentro mal... "

Ella hace silencio durante un rato más pensando alguna solución.

"¿Quieres que le diga a Yedra que venga ella?"

"¡NO!"

Respondo casi por inercia, no se como salir de esta situación.

"¿Quieres ir al salón mientras te preparo algo caliente para que se te pase? Tal vez te has puesto mala por salir a la calle antes"

Yo asiento con pocas ganas, no tengo ganas de decir ni una palabra.
Sandra es increíble, siempre sabe lo que decir y me dedica una sonrisa que por un momento me hace olvidar las cosas, me tiende la mano derecha para ayudarme a levantarme de mi escondite y me acompaña hasta el salón.
Al atravesar el marco de la puerta veo a Yedra con las piernas sobre Jeff muy juntitos, y el dolor vuelve a mi pecho en forma de punzada.

Sandra me sienta lentamente en un sillón para que me quede esperando sola y ella pone camino a la cocina, Yedra me mira un instante y después de poner una cara extraña viene directa a mi. Se pone en cuclillas frente a mi y me mira desde abajo con una amplia sonrisa.

"Hey ¿Te encuentras bien? Sandra me ha dicho que te habías encerrado en el baño"

"Todo bien" mi voz es rasposa y sin una pizca de amabilidad.

Gira la cabeza mirándome con cara de pena y se levanta para acomodarse a mi lado. Ya es lo suficiente pequeño el sillón como para que ocupe más espacio, de sorpresa me acerca a ella con sus brazos y me empieza a hacer caricias en el hombro para que me calme. Me dejo llevar y cierro los ojos permitiéndome disfrutar de sentir como su pecho sube y baja.

"¿Por qué estás aquí y no con Jeff?" digo aún en tono borde.

"Tú eres mi amiga y ahora estás mal, prefiero estar contigo"

Su voz sigue siendo tan tranquila, parece una melodía. No se altera por muy mal que la hable, sabe guardar muy bien la calma.

Sandra llega con té rojo que es el único que tenía en casa y Yedra no se separa de mi ni un instante. Después de una hora digo que me encuentro mejor porque fue una excusa para salir del aprieto.

A la mañana siguiente todos regresamos a muestras casas, cosa que agradezco bastante después del fin de semana.
Me tiro encima de mi cama nada mas llegar y me quedo mirando el techo pensando alguna razón para no sentirme estúpida por que me guste una persona que encima tiene novio...

En Tú MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora