Capitulo I: Un niño maldito.

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Temprano por la mañana, un pleno día de primavera, donde los pétalos de cerezos caen de sus árboles y llenan las calles de pétalos, un día soleado pero frío, el día del inicio de clases, las calles estaban atareadas de personas y estudiantes, quienes iban camino a cumplir su rutina.

Amigos se reencontraban en las entradas del instituto, otros eran nuevos y esperaban conseguir amigos o conocer a alguien.

Ichimatsu ya era un estudiante de segundo año de preparatoria, como todas las mañanas, iba con su uniforme, una sudadera color morado, sobre ella la típica chaqueta de cuello largo y el pantalón de color negro, no se molesto en peinarse, así que como siempre estaba desarreglado, llevaba su bolso en su espalda y su característica mirada de cansancio.

—Ya me voy. —Agregó antes de cerrar la puerta detrás de él.

—¡Que te vaya bien, recuerda pasar por el supermercado, hay descuento! —Grito su madre desde la cocina.

El pelinegro cerro la puerta y comenzó a caminar hacia el instituto, miraba el ambiente a su alrededor, que particularmente no le causaba ninguna impresión, vivía no muy lejos del puente que pasaba sobre un arroyo bastante grande, caminaba en los bordes de este, hasta llegar al puente para cruzar.

—¡Ichimachu~! —Grito una voz masculina no muy lejos.

Un chico de su misma estatura de cabello negro, un poco más arreglado que el suyo, corría hacia el con una gran sonrisa en sus labios, era Osomatsu, un compañero de su clase desde que tiene memoria, aún que no lo considere un amigo, el siempre se le acercaba y charlaba con él a pesar de que no se lo pidiera o no le interesase, simplemente se sentaba a su lado y le contaba de sus problemas o sus quejas.

—Hoy se te ve realmente alegre. —Dijo Ichimatsu.

—¡Sí...! —Contesto y tomó un poco de aire. —Es que... Ha... Haa... ¡Seguro estaré en la misma clase que Totoko! Joder... Debo hacer más ejercicio...—Agrego agotado.

Juntos caminaron al instituto, Ichimatsu como se costumbre no decía nada, solo escuchaba hablar a Osomatsu, quien hablaba y hablaba y no se detenía, simplemente seguía, él siempre estaba alegre, bueno nunca le dijo al pelinegro lo contrario, de cierta forma lo admiraba por ver todo tan despreocupadamente.

—¡Oh! Mira cuantas chicas nuevas. —Dijo emocionado. —¿Vienes?

Preguntó ya en la entrada a las taquillas, Ichimatsu lo miró algo desinteresado y volteo, sin decirle nada salió nuevamente a caminar por el exterior del instituto, dejando algo confundido a Osomatsu, pero no le hizo mucho caso y siguió su camino.

Ya en la parte trasera de la escuela, donde ya no había gente y ni un diminuto sonido más que el de la naturaleza, el pelinegro se sintió en paz, busco un lugar para sentarse o recortarse un rato, pero cuando creía estar solo escucho un sonido sordo y por alguna razón se escondió detrás de un árbol.

—¿Por qué me estoy escondiendo? —Se pregunto mentalmente a si mismo.

De las sombras apareció una figura, un chico de cabello negro, con el mismo uniforme que él y una sudadera azul debajo, caminaba en silencio y se sentó en un banco en el que Ichimatsu iba a sentarse.

Él se recostó y miro al cielo, sus ojos eran de un hermoso color azul, profundos como el mar, Ichimatsu se impresionó un poco pues nunca lo había visto antes y parecía ser igualmente de segundo año.

—¿Quién es? ¿Por qué se recostó en donde se supone que yo iba a recostarme? ¡¿Por qué mira al cielo como en una película de drama?! ¡¿Quién se cree que es?! —Comenzó a molestarse sin razón.

Un camino oscuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora