Blue.

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Mis días solían ser aburridos, monótonos y rutinarios. El café sobre la mesa de la cocina, el silencio total alrededor de la ciudad hasta que daba las primeras señales de un despertar. Un mundo gris con tonalidades azules, frio y solitario, el único mundo que parecía conocer, pero desde que conocí a Jaehyun todo dio un giro. La paleta de colores había cambiado drásticamente, ya no eran colores oscuros sino unos más cálidos, la sonrisa que aparecía en mi rostro, la extraña sensación en mi pecho y la forma en que me sentía más animado, todo había cambiado.

Mis sentimientos suelen ser neutrales la mayoría del tiempo. Para sentir algo diferente tiene que haber un evento positivo o negativo. Después de que la alegría o la tristeza haya pasado, me siento vacío de nuevo, como si solamente mi cuerpo estuviera allí sin reacción alguna. Aunque ya no es así, no desde que sus ojos se posaron en mí, la alegría y ese sentimiento reconfortante no lograban salir de mi cuerpo. Cada vez que venía a la tienda me saludaba con una gran sonrisa, su rostro nunca me demostró preocupación alguna, tampoco me contaba sobre sus problemas. ¿De verdad vivía una vida tan feliz?, no sabía como responder eso. Compartíamos experiencias e historias, mi momento favorito fue escucharlo hablar sobre como vivió en Estados Unidos por algunos años y me demostró sus habilidades en el inglés, aunque ya no podía formar oraciones tan largas como sabía hacerlo en el pasado. Nos reímos a carcajadas en nuestro pequeño mundo que era la tienda, las coloridas y bonitas flores a nuestro alrededor y el silencio que ya no era incómodo. 

No quería arruinar lo poco que habíamos construido juntos, pero existían momentos en que me sentía débil y miserable. Sus dedos rozando mi mano por accidente, sus manos tocando mi cintura al tratar de pasar detrás de mí, la forma en que le gustaba acariciar mi cabello ya que, según él, era igual a un algodón de azúcar. A veces le gustaba bromear sobre mi estatura y me atrapaba entre sus brazos, diciendo lo pequeño y adorable que me veía, aunque sabía perfectamente que yo era unos años mayor. Eran aquellas cosas que me confundían y lograban hacer que mi corazón se disparara, estaba seguro que él no se daba cuenta del efecto que causaba en mí y eso dolía un poco.

Al contrario de Jaehyun, yo si me daba cuenta sobre lo que ocurría con él. Recuerdo lo desanimado que se veía aquel martes lluvioso, sus ojos no llevaban ese brillo tan característico y sus hoyuelos se encontraban ausentes en sus pálidas mejillas. No sabía si debía preguntar, quizás solo me vería como un entrometido, pero noté como no dejaba de revisar su celular una y otra vez, esperando una llamada o algún mensaje. Suspiré y me mantuve en silencio, observándolo desde la otra esquina, dándole su espacio porque parecía necesitarlo. Me concentre en mi propio trabajo, arrastre una de las bolsas de tierra hacia el interior y limpie el sudor de mi frente, completamente exhausto. Jaehyun se encontraba acomodando algunas rosas sobre el mostrador, quitándoles las espinas con un pequeño cuchillo, pero parecía que no podía hacerlo fácilmente así que me acerqué a él.

- ¿Estás seguro que no necesitas mi ayuda? -pregunte tímidamente- Hoy pareces...algo distraído, ¿qué ocurre?

-Estoy bien, Taeyong- respondió con una sonrisa forzada- Puedo hacerlo solo, no te preocupes.

Lo mire una vez más, totalmente preocupado. No sabía si debía hacerme a un costado, pero su mirada y la tensión en su cuerpo lo hacían ver frustrado.

-Maldición...esto cuesta bastante- se quejó al tratar de quitar una corta espina y suspiró molesto- Ugh...

-Déjalo, yo lo haré por ti. Podemos usar una de las tijeras que tengo justo aquí...-busqué debajo del mostrador y posé mis manos sobre algunas espinas sin darme cuenta, Jaehyun quiso mover la rosa hacia un costado y eso provocó que una espina cortara la punta de mi dedo.

- ¡Ah! - gemí de dolor y observé como la pequeña herida comenzaba a sangrar, Jaehyun se quedó atónito y rápidamente tomo mi mano, llevo mi dedo a su boca para posar un suave beso. Cerré los ojos debido al dolor y la sensación de sus labios sobre mi piel- Jaehyun...¿qu-ué haces?

Jaehyun alejó mi mano y la acarició por unos segundos, hasta que volvió a mirarme al igual que un cachorro asustado. Sus ojos brillaban y parecía estar a punto de ponerse a llorar.

- ¡Lo siento, lo siento, lo siento! - exclamó repetidas veces- ¡No era mi intención, Taeyong! Solamente quisiste ayudarme y ahora resultaste lastimado, lo siento- se disculpó una vez más con los ojos llorosos.

-Jaehyun, no debes disculparte- insistí rápidamente- ¡Estoy bien...iré a buscar unas vendas, no te pongas así!

Traté de convencerlo dos veces más de que me encontraba bien hasta que me dejo ir a buscar algunas dentro del baño, cuando regresé se encontraba allí, con ambos codos sobre el mostrador y su celular al lado. Sus ojos no dejaban de observarlo, esperando que la pantalla se encendiera, aquella imagen logró hacerme temblar.

-Jaehyunnie...puedes hablar conmigo y lo sabes- acaricié suavemente su espalda, esperando que eso lo tranquilizara- ¿Qué ocurre?

-Es sobre Yujin, ha estado actuando raro en las últimas semanas. No la he visto desde el lunes pasado, ignora mis llamadas y la única vez que pude contactarla, me dijo que me llamaría luego pero jamás lo hizo- suspiró- Creí que estaba haciendo las cosas bien y siempre evito pelear con ella, pero solamente ve mi lado negativo. Me estoy cansando y trato y trato, pero nunca recibo nada de su parte. Hemos estado saliendo hace unos 6 meses, pero no me he sentido nada más que miserable en nuestra relación y odio admitirlo, de verdad que lo hago- sus manos cubrieron su rostro y pude escucharlo sollozar- No es justo...

Envolví mis brazos alrededor de sus hombros y lo acerqué a mi cuerpo. Jaehyun no dudo en hundir su rostro en mi cuello, la sensación pesada en mi estómago no logró hacer que lo apartara lejos de mí, quería tenerlo cerca y no iba a soltarlo por nada en el mundo. El ambiente se volvió cálido y sentí una sensación húmeda sobre mi ropa, sus lágrimas habían caído lentamente sobre ella, pero ya no importaba. 

-Taeyong, siempre eres tan bueno conmigo- murmuró al lado de mi cuello y sentí su aliento cálido sobre mi piel- ¿Por qué lo eres? Yo no merezco que me trates así...

-Jaehyunnie, no digas eso- respondí y comencé a acariciar su cabello- Eres un buen chico y no me gusta verte triste, todos los días vienes con una sonrisa en tu rostro y aunque me de algo de pena admitirlo, cuando no lo haces siento que algo me falta. Yo...de verdad que te aprecio.

Sentí como Jaehyun se relajó de a poco hasta que se alejó unos centímetros, acarició mi hombro derecho con delicadeza y limpio sus lágrimas, me observó una vez más y sonrió como nunca lo he visto hacerlo antes. Me sentí bien, completamente bien ya que yo había sido la causa de ello.

Traté de aferrarme en aquellos pequeños momentos, en los que sentía que Jaehyun y yo éramos especiales. Lo había olvidado, él solamente me veía como un buen amigo, no debía confundirme con la manera en que se me quedaba viendo por unos segundos, como le gustaba tomarme de la mano y no decir nada, tampoco en la forma que mi nombre salía de sus labios. No había nada más allí, estaba seguro de ello.

Pero dolía, de verdad que dolía.   

Say It (JAEYONG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora