Kiss me goodbye.

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-Puedes mirarme todo lo que quieras, pero no me estas ayudando.

Jaehyun tenía un modo de no cortar sus palabras, sus brazos cruzados estaban sobre su pecho y la etiqueta del sombrero colgaba al lado de su nariz, había veces en que solía perder la paciencia, obviamente yo creía que eso era adorable.

- ¡Debes ayudarme a elegir, Taeyong! - se quejó una vez más, mirándose por el enorme espejo- ¿El sombrero blanco o negro?

-Te ves bien con ambos, Jaehyunnie- respondí con una media sonrisa, mientras lo observaba desde el pequeño sofá detrás de él.

Jaehyun se dio la vuelta y me miro con ojos cansados, pero yo no estaba mintiendo en lo absoluto, aquel chico podía vestirse con la ropa más andrajosa y aun así iba verse perfectamente bien. Me cansé de jugar con su paciencia y caminé hacia él, lo abracé por detrás y besé su hombro, causando que una risa tímida saliera de sus labios.

-Puedes usar lo que quieras y aun así te verás perfecto, pero si tengo que elegir...definitivamente escogería el sombrero negro. Mira, ¿puedes probarte estos? -señalé los sweaters que había escogido cuidadosamente para él, se los di y Jaehyun corrió dentro del vestidor, parecía estar completamente entusiasmado y yo no iba a quejarme en lo absoluto.

Después de unos minutos salió con un sweater color beige que le quedaba un poco largo, dos botones en cada manga y completamente liso. Asentí con la cabeza, haciéndole saber que se veía bien y regresó al vestidor. Cuando volvió, esta vez estaba usando uno en color negro, con algunas letras blancas en la parte de atrás y algo ajustado, dejando que sus biceps se marcarán a la perfección. Mi boca se secó en una cuestión de segundos y borré la mirada de lujuria de mi rostro, estábamos en público de todos modos. 

- ¿Cómo me veo? - preguntó, dando algunas vueltas- Creo que me gusta, aunque es algo ajustado, pero no incómodo, ¿qué crees?

-¡Si! ¡Definitivamente debes comprártelo! - exclamé en voz alta y la gente alrededor volteó a mirarme- Digo, te ves bien y lo apruebo. 

Me sonrojé ligeramente y la vergüenza invadió mi cuerpo, debía calmarme, pero no podía cuando Jaehyun estaba frente a mí, viéndose sumamente atractivo con cada cosa que usaba. No dejaba de observarse enfrente del espejo y recorría sus dedos entre su cabello. Era una imagen algo asesina.

Luego de unos largos minutos en medio de una pila de ropa y las quejas de Jaehyun, sobre que no estaba seguro con ciertos atuendos, salimos de la tienda con algunas bolsas en mano. Recorrimos las calles y paramos frente un puesto de helados ubicado en una esquina, mire a través de la ventanilla abierta y podía oler el suave y dulce aroma de vainilla. Hicimos nuestros pedidos y nos sentamos en unas bancas que estaban cerca de allí.

-Jaehyun...no me gusta que me miren cuando estoy comiendo- susurré por lo bajo y Jaehyun comenzó a reírse, su mirada se había clavado en mi por demasiado tiempo.

Sus ojos viajaron al costado de mi mejilla, en donde no me había cuenta que me había manchado con un poco de helado, acercó su dedo y limpió ese pequeño rastro, sonrió ante aquello y sus hoyuelos hicieron presencia.

-Lo siento, es que no puedo dejar de mirarte, aunque quiera, ante mis ojos todo lo que haces es lindo- respondió alegremente y un poco avergonzado, noté sus mejillas rosadas y no pude evitar sonreír- Taeyongie, ¿qué haré estos días en que estaremos separados?

- ¿Otra vez con eso? - pregunté y descansé mi cabeza en su hombro- Es solo por un mes y piensa en lo mucho que te divertirás y conocerás, yo nunca he viajado al extranjero, pero me gustaría.

-Podríamos viajar juntos en un futuro, si es que estás de acuerdo- respondió algo más relajado- Realmente me gustaría eso.

-Sin importar hacia donde, solamente nosotros dos y creo que eso...estaría bien- respondí finalmente.

Su mano apresó la mía y le dio un ligero apretón, antes de acercarse lentamente a mi rostro, para posar un dulce y largo beso sobre mis labios.

Lo observé desde el marco de la puerta, sus manos se desesperaban en medio de tanta ropa y algunas pertenencias que no parecían acomodarse, me acerqué y traté de ayudarlo, su vuelo salía en dos horas y había acordado en acompañarlo al aeropuerto. No sabía cómo exactamente me sentía en mi interior, estaba emocionado por él, ya que conocer nuevos lugares siempre es algo bueno y extraordinario, pero también sentía una ligera molestia en mi pecho. Un mes, ciertamente no era mucho tiempo, pero realmente se iba a ir lejos y eso cayó pesadamente sobre mis hombros.

Me encontré con las grandes pantallas sobre las paredes, cada una con listas de horarios de llegada y salida. La gente se alineaba en el mostrador de recepción con maletas y equipaje, esperando pacientemente ser atendidos. Todo era un completo caos, un mar de rostros moviéndose en una corriente invisible, fluyendo como el agua a sus próximos destinos como un río ancho por los pasillos. Los pequeños grupos a veces se detenían y causaban una especie de remolino, pero los demás fluían por el exterior y continuaban su destino.

Jaehyun seguía haciendo algunos trámites al lado de la recepción, chequeando que todo estuviera listo. Me senté en una de las sillas restantes, mordí mi dedo pulgar y mis pies no dejaban de moverse de manera ansiosa, solamente faltaba media hora para que anunciaran su vuelo y mi corazón se sintió pesado. Realmente iba a irse, pero debía mantener la compostura ante él, como lo había hecho los últimos días.

- ¡Ah, ya esta todo listo! - exclamó exhausto y cayó sobre el asiento- Olvidé lo molesto que era hacer todo esto, no he viajado desde hace mucho. La gente esta como loca y casi logran atropellarme en el camino.

No respondí, pero tomé su mano y eso pareció sorprender a Jaehyun, ya que pareció haberse asustado ante mi repentino comportamiento, pero no se quejó y la apretó aún más fuerte, mientras observaba todo el lugar. Nos quedamos en silencio por unos minutos, disfrutando los últimos momentos que nos quedaban de la compañía de ambos. Todo termino cuando una voz llamó por los parlantes, haciéndonos saber que el avión estaba a punto de partir.

Jaehyun me arrastró hasta el final de la fila y sin decir nada más, me pegó contra él, susurrándome palabras que no lograba entender, su voz temblaba y me di cuenta que algunas lágrimas caían a lo largo de sus mejillas. Lo aparté unos segundos y tomé su rostro en mis manos, limpié sus lágrimas y choqué su frente con la mía, respirando lentamente y escuchando pasos a nuestros costados, susurros y conversaciones por los alrededores.

-Te extrañaré tanto, Taeyong...-susurró por lo bajo - No quiero irme, ¿qué haré sin ti?

-Yo también te extrañaré y no tienes idea de cuanto me duele verte ir, sé que te he dicho que deberías irte y lo sigo diciendo, pero aun así...

Me ahogué repentinamente, mi voz se cortó debido a que un nudo se formó en mi garganta. No quería llorar, ya que Jaehyun no dejaba de mirarme con ojos suplicantes y tristes, realmente iba a extrañar su presencia. Me acercó de nuevo y me besó como jamás lo había hecho, haciéndolo durar lo más que podía. Todo lo demás se había esfumado en el aire y en ese momento solo nos encontrábamos él y yo. Aquella voz volvió a sonar por todo el aeropuerto y me alejé de él, sin soltar su mano de la mía.

-Te prometo que trataré de comunicarme contigo cada vez que pueda, también te enviaré fotos de cuando vaya al London Eye- respondió con una media sonrisa- ¿Esta bien? ...adiós, Tae.

Asentí con la cabeza y lo vi irse detrás de la multitud, mi mano ya se sentía vacía y mis ojos no se despegaban de su figura, alejándose cada vez más. Reí un poco al ver que no dejaba de despedirse con sus brazos en alto y chocó con un guardia de seguridad, quien le lanzó una mirada amenazante. Me miro una última vez y desapareció por el pasillo. 

-Adiós Jaehyun, vuelve pronto...te amo.

Murmuré aquellas palabras, con mi pecho y corazón a punto de desplomarse. El bullicio de la multitud volvió a escucharse y me quedé allí, completamente solo.  

Say It (JAEYONG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora