Mi respiración se levantaba en bocanadas visibles en compañía del cielo gris de la mañana. El frío helado desplazándose por doquier y traía esa frescura sobre las hojas de los árboles de la vecindad, provocándome algunos escalofríos. Mis mejillas tomaron una tonalidad rosada con el pasar de los días, siempre llevaba un sombrero que cubriera mis oídos y sobre mis labios algo azules y lilas yacía una bufanda negra, ajustándose perfectamente para mantenerme caliente. El frío se filtraba entre mis guantes, entumeciendo mis dedos hasta que comenzaban a doblarse adecuadamente, rígidos y frígidos. Sin embargo, había una cierta belleza sobre la llegada del invierno, la manera en que los mantos blancos cubrían cada techo y edificio de la ciudad, las marcas de suelas de zapatos sobre los caminos helados, era algo que claramente resaltaba. Aunque eso volvía a traer ciertos recuerdos que eran dolorosos, aquel invierno en que perdí a mi madre y lo único que quedaba era observar la nevada a través la ventana de mi habitación, deseando admirar aquel espectáculo junto a ella por una última vez.
Durante ese tiempo, creía que no podría soportarlo y caería dentro de un pozo sin salida, pero no fue así. Muchas personas me envolvieron en dulces palabras y compañías en tardes oscuras, ciertamente fue algo bueno para mí. Había veces en que disfrutaba estirar mi brazo fuera de la ventana, dejando que diminutos copos cayeran sobre mis dedos para luego desaparecer entre ellos, blancos y brillantes a la vez. Aunque la nieve ahora me hacía recordar a Jaehyun, a su piel tan blanca y suave, la sensación de mis dedos acariciando cada fibra como si fuera lo más delicado del mundo, esperaba poder hacerlo de nuevo.
Faltaban solamente unos días para que volviera de su viaje, pero la espera parecía ser eterna. La primavera había llegado a su fin, dejando atrás la vista colorida que tanto me gustaba, ahora todo aquello era reemplazado por algo completamente acromático. Logré comunicarme con Jaehyun varias veces, eran noches en que no me sentía solo y ya no me encontraba tan necesitado por su presencia, bueno, solamente un poco menos. Cumplió con sus palabras y me había enviado algunas fotos, mi favorita era aquella en que posaba junto a la estatua de cera de Leonardo DiCaprio, con Mark a su lado haciéndole algunas caras raras, tan típico de él. También estaba esa foto, la cual no pude evitar mirar un poco más de dos veces, se podía ver el brazo de Jaehyun en la imagen, se observaban las orillas de lo que parecía ser una de las playas cerca de Londres, la arena lucía pálida y completamente gris, pero en ella estaban escritas mis iniciales y las suyas. Me sonrojé como jamás lo había hecho antes, ya no podía soportarlo.
Jaehyun ha enviado un mensaje a las 2:00 a.m.
Jaehyun: ¡Taeyongie!....¿hola?
Jaehyun: No puedo ver que estés en línea, seguramente estas durmiendo y me alegro por eso, últimamente te mantengo despierto, ¿cierto?
Jaehyun: Solo quiero decirte que falta poco para volver a vernos y estoy demasiado ansioso, ya no soporto estar tan lejos de ti...
Jaehyun: No puedo esperar para abrazarte, besarte, tocarte...lo siento por ser tan molesto, pero no puedo evitarlo.
Jaehyun: Te extraño demasiado y....
Jaehyun: Hay algo que quiero decirte, pero creo que por aquí no es correcto, voy a tener que aguantar un poco más.
Jaehyun ha enviado un mensaje a las 2:40 a.m.
Jaehyun: Sigue durmiendo, buenas noches.
Pensé en lo rápido que habían transcurrido los días, las noches solían ser más cortas y frías, dándole espacio a mi mente para pensar sobre algunas cosas. Mientras caminaba hacia la estación de tren, recordé cada viaje y especialmente aquella mañana tan especial, cuando vi a Jaehyun por primera vez. El impacto que causo en mí con tan solo regalarme una mirada, la forma en que me sonrió por unos segundos, antes de que se alejara de mí. Sonreí ante la idea de cómo era nuestro presente, lo lejos que habíamos llegado. Era realmente afortunado de tener a Jaehyun.
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Say It (JAEYONG)
FanfictionMi cuerpo es débil al tratar de alcanzarte, mi corazón duele al ver que no logras escucharme, quizás no soy alguien tan importante. ¿Por qué simplemente no lo dices?