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Estaba nervioso.

¡Era malditamente normal! Es decir, ¿aquello iba en serio?

Primero su mejor amigo de toda la vida desaparecía sin dejar rastro, luego reaparecía en su puerta y le confesaba estar embarazado de un científico loco que iba a casarse con Vipper, después se enteraba que su medio hermano el anormal tenía problemas con su pareja.

Y como la cereza del pastel, el tío del novio del rubio se había aparecido en su casa pidiendo la mano de Skull.

Madre del amor hermoso. Mátalos a todos.

—Oye, ¿qué sabes de esto? —miró acusadoramente al mayor—. Se me hace muy extraño que después de tu llegada ese tipo viniera aquí, ¿le contaste sobre la...?

—¡Ni siquiera le dije a Alaude dónde estaba!

Tsuna siguió mirándolo con fijeza mientras cambiaba el paño que se encargaba de bajar la fiebre del motorista, era molesto que fuera tan delicado siendo que hasta pocos cuatro meses atrás ganaba competencias a nivel internacional.

—Claro. Meterse en tu mente es demasiado fácil, nii-san —bufo desviando sus ojos hacia la puerta—. No me extrañaría que Alaude-san se apareciera por aquí también, no tienes otro lugar a donde...

—¡Sí tengo!

—G dejó en claro que no quiere ser partícipe de sus peleas —obvió rodando los ojos—. Y Xanxus es poco probable que te reciba en casa aún cuando Squalo podría permitirlo, ya sabes como es.

Eran muy extrañas las relaciones familiares que se cargaban.

Tsunayoshi era hijo de una conocida actriz, Sawada Nana, quien le había mantenido oculto de su padre cuando se enteró de que era un omega.

(Y eso era jodidamente raro, se supone que los niños no conocen de ese mundo hasta los siete años, pero ella lo supo nada más verlo nacer. Tenía un buen instinto).

Sin embargo, nada escapa del astuto Reborn y los había encontrado más fácil de lo que a los castaños les pudo haber gustado. Añadido a eso, en aquel entonces (o los ocho) su madre estaba gravemente enferma y a día de hoy seguía internada en uno de los mejores hospitales del país.

Antes de llegar con el azabache, los Sawada se habían mantenido dándole la vuelta al mundo e irremediablemente acabó por conocer no sólo a su hermano (con quien tuvo un encuentro bastante accidentado), sino también a su primo el sádico y una pandilla completa de psicópatas.

¡Entre ellos sus dos mejores amigos, Skull y Mukuro!

Contrario a Tsuna, Giotto fue criado desde el nacimiento por su padre. El pobre sentía envidia del castaño, pero a fin de cuentas ambos de querían y adoraban a su tutor.

Otra cosa era que, como los orgullosos hijos del asesino, tenían una peculiar manera de mostrar aprecio.

Giotto frunció el ceño e hizo un puchero al tiempo en que la puerta se abría de golpe y el inconsciente despertaba.

—¿Qué...?

Unos orbes rojizos le miraron y recordó lo que acababa de pasar, sintió su alma querer escapar.

Caminos entrelazados. (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora