14.

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Escuchar el leve pitido de la maquina respiratoria lo traía de vuelta al mundo de los vivos, su vista era borrosa, lo último que recordaba era caer lentamente desde el décimo piso y los rostros consternados de sus principales cuidadores. También un sentimiento de inquietud y la sensación del viento rozar sus mejillas como si quisiera borrar el rastro de sus lágrimas...Se acomodó lentamente en la cama del hospital, su suicidio nuevamente había sido frustrado, nadie entendía lo mucho que sufría...

Su alfa, Dino Cavallone, le había traicionado con un centenar de omegas y, para empeorar todo, el día de su aniversario una de ellas había osado aparecerse ante él anunciando un embarazo del que él, como pareja del rubio, no era partícipe.

Dino iba a ser padre, pero no de un hijo suyo...

Todavía la imagen estaba fresca en su memoria, el recuerdo de aquel amargo momento.

¡¿Por que me hiciste algo así?!

Dino le miró con completa culpabilidad, empeorando su malestar.

—No fue mi intención que te enterarás así —suspiró—. Tsuna me dijo que eras demasiado sensible y cuando empecé temí decirte.—¡¡¿E incluso sabiendo eso lo seguiste haciendo?!! ¡¡¡Puedo ver que jamás te importé, eres lo peor!!!Suspiró desganado, aquella fue la última vez que lo vio... ¡Vaya, alfa destinado se fue a encontrar!

Observó la puerta abrirse viendo al hermano de Ryohei entrar, este revisaba unos documentos que supuso eran parte de sus reporte.

—Bien, Enma, esta ya es la segunda vez que intentas suicidarte —suspiró fijando su mirada en él—. Tus tutores están preocupados, se ha decidido que un cambio de aire de vendría bien así que, en cuanto mejores, serás enviado a Namimori.

Suspiró.

Bueno... No podía ser peor.


°


Tsunayoshi estaba fuera de sí, debatiéndose entre la molestia, la preocupación y su instinto asesino mañanero. Cozart, Enma y todos los demás.

Incluso Mukuro y Skull.

Todo el mundo tenía vidas amorosas demasiado complicadas, comenzaba a darle ganas de hacerle caso a Reborn. ¿Ser soltero toda la vida era buena idea? No se preocuparía por quedar embarazado de un papanatas que no le correspondía, no tendría miedo de que le engañaran y definitivamente no acabaría metiéndose en la relación de su hermano adorado.

Suspiró.

Lo más difícil de todo aquello, cuando su llamada acabó, fue explicarle el asunto a Reborn sin que saltara por la ventana. Los problemas iban llegando uno a uno, buscando su puerta y al asesino no le hacía gracia... Lo supo cuando su discusión de gente madura (que se grita niñería y media) acabó y finalmente se dirigieron al hogar de aquel que atendería a uno de sus muchos mejores amigos.

 Al llegar a la dicha casa, tocaron (y por tocar nos referimos a casi tirar la puerta a patadas de asesino madrugador).

El cabeza de melón miro mal al espartano y, sin ser invitados, entraron al hogar de la familia frutal.

—Buenas noches, Daemon-san. ¿Está Ethan?

—Pues...

—¡¡Tsuna-chan!!

Un rubio bajó las escaleras con rapidez, apresurado por abrazar a su corderito favorito. De entre todos los amiguitos que su lindo Muku-kun tuvo, ese niño y Kyo-chan siempre serían sus favoritos. Tenía preferencia por las cosas tiernas como Tsunayoshi, pero últimamente también le iban los hombres salvajes como Hibari así que... ¡¡No, Ethan!! ¡¡¡Estás casado y son menores de edad!!!

Caminos entrelazados. (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora