Tsuna había empezado mal el día anterior, ¿qué diferencia habría con el ahora? Claramente, ninguna.
Durmió como un oso durante toda la noche, incluso durante la mañana, en su camino hacia el ruidoso teléfono de su bonito hogar, sospechaba que aquella paz y calma sólo eran el antes de una terrible tormenta.
Y Tsunayoshi, contra todo pronóstico, odiaba las tormentas.
Con mal presentimiento golpeando en sus venas, así muy dramático, y odiando a Reborn por estar sentado junto al teléfono tomando una taza de café mientras leía el periódico sin ademán de contestar, tomó el teléfono.
—¿Sí, diga?
—¿Es usted Sawada Tsunayoshi? —el castaño frunció el ceño— Necesito tratar con Sawada-san un asunto de gran importancia.
Dudó un momento, llamando la atención de su adorable tutor, pero finalmente se rindió y suspiró.
—Sí, soy yo —aunque le gustaría más ser Batman o Deadpool—. ¿Qué necesita?
—Verá...
Y, tras una larga conversación de una hora, Sawada Tsunayoshi comprobó que, nuevamente, sus presentimientos siempre acertaban.
Era algo totalmente horrible.
°
Si hubiera una palabra para definir sus sentimientos de ese momento, sería claramente la decepción.
Estaba abrumado, depresivo y claramente había perdido toda clase de esperanza en la humanidad, por ende estaba allí.
Bajo sus pies no había nada, sólo un enorme vacío que, increíblemente, estaba más repleto de algo que sus esperanzas en la vida.
¿Siquiera alguna vez las tuvo? No, jamás. Siempre había considerado a otros como un desastre, no era para menos tomando en cuenta de dónde venía y a dónde tenía que ir, sin embargo había llegado a tocar fondo.
Todo humano posee un corazón, no todo demonio es malo, no todo ángel está libre de pecados.
La vida daba vueltas y vueltas, habiendo conocido un millón de personas increíbles, personas que le dieron luz de manera poco convencional... ¿Por qué habría de acabar así?
¿Por qué todos sus sueños debían de ser rotos? ¿Por qué el mundo se empeñaba en conspirar en su contra? No siempre la vida se las apaña para hacerte las cosas sencillas, claramente, sin embargo tantos obstáculos acaban por hacer el camino demasiado tedioso y existe gente que, ante tanta presión, sólo se rinde.
Justo como él.
Y aun así allí estaba, sentado en un décimo piso y mirando a la nada, notando a la gente pasar sin hacerle más caso que alguna mirada curiosa y alguna que otra foto para postear en facebook con frases motivadoras que jamás verá y algún que otro meme.
Porque es así como es la gente en realidad, el ser humano está podrido por dentro y ya no se esfuerza en ser hipócrita.
Ya no les importa que una o dos vidas se pierdan, les da igual porque no son ellos.
Y allí sentado, a punto de saltar, él ha tocado fondo más de mil veces cuando escucha las puertas abrirse y mira de reojo a su madre.
—¡Enma, quítate de ahí en este instante!
No se mueve por un segundo y cuando lo hace, ya es demasiado tarde para que Adel o Koyo puedan hacer algo...
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Caminos entrelazados. (Cancelada)
De TodoMalas decisiones y sus consecuencias. Cuando haces algo mal lo más común es hacerte cargo y asumir tu responsabilidad -a menos claro que seas como la mayoría y le cedas la culpa a otro-. Skull tendrá que vivir con ello. Tsuna nunca esperó ver a su a...